Archivos de la categoría: LO MÁS VISTO

13Ene/24

LA CANCIÓN DE LOS VIVOS Y LOS MUERTOS. JESMYN WARD (PARTE 1)

» A veces el mundo no te da lo que necesitas por más empeño que pongas en buscarlo. A veces se lo queda para él.»

Jojo, de trece años, con su Pa y su Ma. También con su madre Leonie y su querida hermana pequeña Michaela. Con su padre Michael, con su abuelo paterno Big Joseph, el abuelo blanco, el hombre que, según Jojo, nunca ha pronunciado su nombre, con la jefa de su madre y con algunos fantasmas del pasado.

Jojo y Kayla, así es como llaman a su hermana, viven con sus abuelos negros en una granja en la costa del Golfo de Misisipi. Afortunadamente, Jojo tiene a Pa y Kayla le tiene a él porque Leonie, la madre de los niños, es una mujer despreocupada de su familia, fría y atormentada. Sólo le importa Michael y «esnifa pastillas machacadas». Todo es duro en la granja pero Jojo y Pa traen la ternura al ambiente árido y sórdido que ponen los demás a través de los comportamientos cotidianos, los gestos esporádicos, las historias del pasado y la comunión con la naturaleza. Jojo quiere ser como Pa porque de Pa, y seguramente porque la figura del padre es una imagen casi siempre ausente, le gusta todo lo que hace. «(…) la postura que ponía cuando hablaba; la forma en que se peinaba el pelo hacia atrás y se lo engominaba (…) ,me gustaba cuando me dejaba sentarme en su regazo y conducir el tractor por la parte de atrás de la casa; me gustaba como comía, de forma uniforme, rápida, ordenada; me gustaba las historias que me contaba antes de dormir. Cuando yo tenía nueve años, Pa era bueno en todo.» El amor que este nieto siento por su abuelo es abrumador y maravilloso. «Me acerqué a Pa y le di un abrazo. No recuerdo cuándo fue la última vez que lo abracé, pero parecía importante hacerlo ahora, rodearlo con mis brazos y unir mi pecho al suyo, darle una o dos palmaditas en la espalda y soltarlo. «Es Pa», pensé. «Mi Pa»

Leonie sólo tiene ojos para Michael, el padre de sus hijos. Se tiñe el pelo del color que le gusta a él y cuando Jojo está celebrando su fiesta de cumpleaños, le dice felicidades muy rápidamente y sin mirarle ni tan siquiera a la cara porque ha sonado el teléfono. Esa llamada llena de felicidad a Leonie. Michael saldrá de la cárcel en breve y la madre ausente está decidida a ir a buscarle con sus hijos. Un viaje agrio y melancólico que tendrán que sufrir los hijos. Leonie y Michel se maltratan el uno al otro pero se siguen, se entienden y viven al margen de todos los demás.

Como Ma tiene cáncer y la quimio «la ha dejado seca, la ha vaciado igual que el sol y el aire al roble negro», no le ha podido hacer a Jojo su tarta preferida, la red velvet. Leonie, que nunca está atenta a nada, que no sabe de detalles ni de gestos de cariño ha comprado un pastel «para celebrar el nacimiento de un bebé.» Aún así, Jojo está feliz hasta que la llamada de su padre se interpone. «Me inclino para soplar las velas, pero suena el teléfono y Leonie salta, y la tarta con ella. (…) Y entonces no hay tarta porque Leonie se la ha llevado con ella a la cocina y la ha puesto en la encimera, junto al teléfono. Las llamas se están comiendo la cera. Kayla grita y echa la cabeza hacia atrás. Sigo a Leonie hasta la cocina, hasta mi tarta, y Kayla sonríe. Está buscando el fuego de las velas.»

Leonie trabaja en un bar de country, el Cold Drink, un local perdido en la mitad del bosque. Minty, la dueña, comparte la coca que consume con ella. Sumida en esta espiral de autodestrucción, egoísmo y dependencia a Michael se siente, por momentos, culpable. «La cara de Jojo se me quedó clavada porque sabía que él, en secreto, esperaba que yo le iba a hacer un regalo sorpresa, algo más que esa tarta que compré para salir del paso, algo que no se acabara en tres días: una pelota de baloncesto, un libro, unas Nike de suela gruesa para añadir a su único par de zapatos.» Pero todo esto pronto lo retira de su cabeza. «Me incliné sobre la mesa. Esnifé. Un tirito limpio y abrasador hasta los huesos, y luego lo olvidé todo. Las zapatillas que no compré, la tarta derretida, la llamada de teléfono. (…) A tomar por culo todo.» A Leonie también le atormenta el recuerdo de Given, su hermano muerto hace quince años. Siempre vuelve cada vez que se droga. «Me está observando, como siempre.» Given, «el hijo que llegó muy tarde y se fue muy pronto».

Por todo esto Leonie necesita a Michael, por sus inseguridades, por sus tristezas, por su adicción. Asegura que él vio la «herida andante» que ella era y fue a ser su «bálsamo». Siempre está dispuesta a estar a su lado. Se quedó embarazada muy pronto de él, al poco de empezar a salir como novios. Tenía diecisiete años. «Desde entonces Jojo y Michaela siempre han estado ahí, aumentando la distancia entre nosotros.» Está dispuesta a hacer cualquier cosa absurda con la única intención de agradarle. «Me senté en la mesa de la cocina a pintarme las uñas de rosa pastel, el color del algodón de azúcar, porque pensaba que le iba bien a mi mano. Esperaba que el color hiciera que Michael se metiera mis dedos en su boca y dijera: » Qué rico está este caramelito.»

Leonie emprende el viaje con sus hijos y con Minty. Pronto sabremos el porqué de esta compañía. En este largo camino, vemos el lado más áspero y también la herida de la mujer. Nos damos cuenta, aunque ligeramente, de que a la chica si le importan los demás, que le duele que Pa, su padre, ya no la llame chicuela. «Ahora sólo me llama poro mi nombre, y cada vez que lo dice, suena como un guantazo.» También que quisiera, de alguna manera mostrar el amor que no sabe dar. «Michaela empieza a llorar. Jojo le acaricia la espalda y ella a él la suya, y yo me quedo ahí, viendo a mis dos hijos consolándose mutuamente. Me pican las manos, necesitan hacer algo. Podría ir con ellos y tocarlos a los dos, pero no lo hago.»

La pobre niña enferma en el viaje. Jojo estará pendiente cada segundo de ella. Jojo es el hermano, el hijo, el nieto generoso. Leonie quiere aplicar los conocimientos de medicina natural que Ma le ha transmitido y recoge hojas de zarza con el propósito de ayudar a su hija. «No quiero que Leonie le dé eso. Sé que ella cree que eso es lo que necesita, pero ella no es Ma. Ni Pa. Ella nunca ha curado nada ni ha cultivado nada en su vida, y no sabe cómo hacerlo.» Estas son las duras reflexiones que hace el niño sobre su madre. «Leonie mata cosas», apunta a propósito de unos peces que le había regalado en una ocasión y deja morir ya que nunca se preocupa de comprar comida para ellos. Todo son guiños a la clase de madre que es. Ma dirá en una ocasión que el día que su hija no compartió la comida con su nieto se dio cuenta de que Leonie carecía de instinto maternal.

Leonie cree que Jojo la ve así. «Me sienta bien ser mala; como no puedo pegarle a la cría, dejo que la rabia rebote al otro. A ése para el que nunca seré suficientemente buena. Para el que nunca seré su Ma. Sólo Leonie, un nombre envuelto en las mismas sílabas de decepción que he oído en la boca de mi madre, de mi padre, incluso de Given, durante toda mi puta vida.»

La ternura de Jojo hacia su hermana es conmovedora. Michael la pega y él la resguarda y la aleja del dolor. Su madre se desentiende de ella y él la protege, la limpia, la acaricia, la alimenta… » Todo está tranquilo dentro de casa, y por un estúpido segundo me pregunto por qué Leonie y Michael no están discutiendo por la paliza que le ha dado a Kayla. Y entonces caigo en la cuenta. Les da igual.»

En ningún momento del libro, el hijo deja de llamar a sus padres por su nombre. Sin embargo, el cariño hacia sus abuelos y hacia su hermana es absoluto.

Esta brillante novela titulada La canción de los vivos y de los muertos, de Jesmyn Ward (DeLisle, Misisipi, 1977), que les invito a abrir, fue considerada uno de las mejores obras literarias del año en 2017 y ganó el National Book Award, el premio literario más importante de los Estados Unidos. Está editada en Editorial Sexto Piso  Es un libro perfecto de principio a fin. Con una estructura magnífica, un argumento estupendo, una brillante maestría narrativa y unos personajes conmovedores y perfectamente definidos, tanto los vivos como los fantasmas está considerada como una novela de carretera, de aprendizaje, una pequeña epopeya familiar y como «un retrato del conflicto racial que aún hoy lastra las vidas de la gente corriente.» s todo eso y muchísimo más. En el siguiente post les dejaré algunas de las comparaciones más atractivas y bellas que, a mi parecer, tiene la novela.

 

05Ene/24

LA INFANCIA DE JESÚS. JOSEPH RATZINGER

 

«Difícilmente habrá otro relato bíblico que haya estimulado tanto la fantasía, pero también la investigación y la reflexión, como la historia de los «Magos» venidos de «Oriente», una narración que el evangelista Mateo pone inmediatamente después de haber hablado del nacimiento de Jesús: «Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos (astrólogos) de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (2,1s).

Así comienza el cuarto capítulo de un libro muy interesante, que les recomiendo abran y lean, escrito por Joseph Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 1927, Ciudad del Vaticano, 2022 ), antiguo arzobispo de Múnich y Freising en 1977 y papa de la Iglesia católica elegido en abril de 2005, con el nombre de Benedicto XVI hasta su renuncia en febrero de 2013. La obra, titulada La infancia de Jesús, editada por Planeta, recoge una interpretación «en diálogo con los exegetas del pasado y del presente, lo que Mateo y Lucas narran al comienzo de sus evangelios sobre la infancia de Jesús.», según expresa el propio escritor. «(…) soy bien consciente de que este coloquio entre el pasado, el presente y el futuro nunca podrá darse por concluido, y que cualquier interpretación se queda corta respecto a la grandeza del texto bíblico. Espero que, a pesar de sus límites, este pequeño libro pueda ayudar a muchas personas en su camino hacia Jesús y con él.»

En este capítulo cuarto titulado Los Magos de Oriente y la huida a Egipto, se lanza la pregunta que todos nos hemos hecho en tantas ocasiones, quiénes eran esos Magos, que fueron a adorar al niño y a entregarle sus presentes. «El término «magos» (mágoi) tiene una considerable gama de significados en las diversas fuentes, que se extiende desde una acepción muy positiva hasta un significado muy negativo.», escribe el alemán.

«La primera de las cuatro acepciones principales designa como «magos» a los pertenecientes a la casta sacerdotal persa. En la cultura helenista eran considerados como «representantes de una religión auténtica»; pero se sostenía al mismo tiempo que sus ideas religiosas estaban «fuertemente influenciadas por el pensamiento filosófico», hasta el punto de que se presenta con frecuencia a los filósofos griegos como adeptos suyos  (cf.Delling, Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, IV, p. 360). Quizá haya en esta opinión un cierto núcleo de verdad no bien definido; después de todo, también Aristóteles había hablado del trabajo filosófico de los magos (cf.ibid.).», explica Ratzinger.

El bávaro continúa afirmando que aunque no pertenecían exactamente a la clase sacerdotal persa, tenían sin embargo un conocimiento religioso y filosófico que se había desarrollado y aún persistía en aquellos ambientes. Teniendo en cuenta la cuestión de la estrella apunta lo siguiente: «Tal vez fueran astrónomos, pero no a todos los que eran capaces de calcular la conjunción de los planetas, y la veían, les vino la idea de un rey en Judá, que tenía importancia también para ellos.» «Varios factores podían haber concurrido a que se pudiera percibir en el lenguaje de la estrella un mensaje de esperanza. Pero todo ello era capaz de poner en camino sólo a quien era hombre de una cierta inquietud interior, un hombre de esperanza, en busca de la verdadera estrella de la salvación. Los hombres de los que habla Mateo no eran únicamente astrónomos. Eran «sabios»; representaban el dinamismo inherente a las religiones de ir más allá de sí mismas; un dinamismo que es búsqueda de la verdad, la búsqueda del verdadero Dios, y por tanto filosofía en el sentido originario de la palabra. La sabiduría sanea así también el mensaje de la «ciencia»: la racionalidad de este mensaje no se contentaba con el mero saber, sino que trataba de comprender la totalidad, llevando así la razón hasta sus más elevadas posibilidades.», explica el autor.

El escritor cree que se puede decir con razón que los magos de Oriente representan pues «el camino de la religiosidad hacia Cristo, así como la autosuperación de la ciencia con vistas a él. Están en cierto modo siguiendo a Abraham, que se pone en marcha ante la llamada de Dios.» Además concluye asegurando que de una manera diferente están «siguiendo a Sócrates y a su preguntarse sobre la verdad más grande, más allá de la religión oficial. En este sentido, estos hombres son predecesores, precursores, de los buscadores de la verdad, propios de todos los tiempos.»

Narra el autor que así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, «y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72, 10 e Isaías 60. Y. de esta manera, los hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en la gruta de los camellos y los dromedarios.»

«La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis-Tartesos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa. El rey de color aparece siempre: en el reino de Jesucristo no hay distinción por la raza o el origen. En él y por él, la humanidad está unida sin perder la riqueza de la variedad.»

También, según se recoge en el libro, se ha relacionado a los tres reyes con las tres edades de la vida del hombre: la juventud, la edad madura y la vejez. «También ésta es una idea razonable, que hace ver cómo las diferentes formas de la vida humana encuentran su respectivo significado y su unidad interior en la comunión con Jesús.», apunta.

«Queda la idea decisiva: los sabios de Oriente son un inicio, representan a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia. No representan únicamente a las personas que han encontrado ya la vía que conduce hasta Cristo. Representan el anhelo interior del espíritu humano, la marcha de las religiones y de la razón humana al encuentro de Cristo.»

Con estos interesantes apuntes y reflexiones concluyo, esperando haber dejado la semilla del interés por la lectura de este estupendo libro. Cargado de una nutrida bibliografía nos habla de temas tan interesantes, además del aquí tratado, como el origen de Jesús en cuanto interrogante sobre su ser y misión, el mito o la verdad histórica que existe sobre el nacimiento virginal de Jesús, su presentación en el templo, por qué los Magos siguieron la estrella o la huida a Egipto y el retorno a la  tierra de Israel.

 

 

24Dic/22

EN DONDE SUBEN Y BAJAN LAS MAREAS (RELATO FANTÁSTICO).LORD DUNSANY

Río Támesis

«(…) había cometido un acto tan horrible que se me negó sepultura en tierra y en mar, y ni siquiera podía haber infierno para mí. Esperé algunas horas con esta incertidumbre. Entonces vinieron a por mí mis  amigos, me mataron en secreto según un antiguo rito, y encendiendo grandes antorchas me llevaron con ellos.

Todo esto acontecía en Londres, y furtivamente me condujeron en el silencio de la noche, a lo largo de calles grises, entre míseras casas, hasta que llegaron al río. Y el río y la marea del mar pugnaban entre bancos de lodo, y ambos estaban negros y llenos de luces. Una súbita sorpresa asomó a los ojos de todos cuando mis amigos se les acercaron con sus deslumbrantes antorchas. Y todo esto lo veía yo mientras me llevaban, muerto y rígido, pues mi alma aún estaba entre mis huesos, porque no había infierno para ella, y se me había negado sepultura cristiana.

Me bajaron por una escalera cubierta de musgo resbaladizo y viscosidades, y así descendí poco a poco al horrible cieno. (…) Y transcurrieron algunos siglos más sobre el flujo y el reflujo y la soledad de las cosas olvidadas. Y allí permanecí, en la indiferente prisión del fango, jamás cubierto por completo ni tampoco libre, ansiando la gran caricia de la cálida tierra o el dulce regazo del mar.

A veces los hombres encontraban mis huesos y los enterraban, pero la tradición nunca moría, y siempre los sucesores de ms amigos me devolvían al lodo.»

El protagonista de este cuento titulado En donde suben y bajan las mareas, aún muerto, va a asistir a unos extraños acontecimientos. Londres desaparece y pocos días después entran en la ciudad «todas las aves cantoras». «Al verme, me miraron con recelo, se apartaron un poco y hablaron entre sí.», relata el hombre.

Las aves informan al lector que nuestro protagonista muerto pecó contra el Hombre y como entienden que no es ese asunto de aves, deciden ser amables con él.

Al fin, consigue el individuo que su alma se desprenda de sus huesos y comience a ascender hacia el cielo. El camino lo marcan los pájaros. ¿Será ese el camino hacia el Paraíso? No los sabrán hasta que lean este magnífico relato, publicado en el año 1922 y escrito por Lord Dunsany. Sólo les daré una pista del autor: «El control sobre uno mismo se debilita mientras se duerme.»

Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany (Londres, 1878, Dublín, 1957) fue un escritor y dramaturgo anglo-irlandés, conocido por sus relatos fantásticos. Sus escritos, con temáticas como el horror y lo extraño, ejercieron gran admiración e influencia en escritores tan importantes como Lovecraft, Tolkien o Jorge Luis Borges.

En los relatos de Dunsany, aparecen las tradiciones populares, los ritos celtas, los elementos oníricos y la brujería.

Ediciones Atalanta recoge este relato en el  volumen Antología universal del relato fantástico, editado y prologado por Jacobo Siruela.

09Nov/22

EL ALMOHADÓN DE PLUMAS (CUENTO FANTÁSTICO). HORACIO QUIROGA

«Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rabia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.

Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.»

Alicia, la protagonista de este cuento, del escritor uruguayo Horacio Quiroga (El Salto, Uruguay, 1878, Buenos Aires, Argentina, 1937), vive sumida en la tristeza al darse cuenta de que Jordán, su marido desde hace tres meses, no le da el amor que ella necesita ni le hace saber que la quiere. Él es un hombre que no sabe expresar sus sentimientos y a ella no le queda más remedio que «echar un velo sobre sus antiguos sueños» y no pensar en nada. Esa es la voluntad de Alicia, aceptar el fracaso, aceptar la ruptura de las ilusiones que había depositado en su matrimonio y seguir adelante. Pero Quiroga nos tiene reservada una pregunta dentro de este relato fantástico. Criaturas aparte, el tema que, en mi opinión, el autor uruguayo pone sobre la mesa es el siguiente: ¿Puede alguien enfermar por la falta de amor, de contacto físico, de conversación, en definitiva, por la falta de atención de aquel de quién está enamorado? ¿Puede esto conducir a la muerte? ¿Es tan improbable, tan de género fantástico, el enfermar por sentirse nadie al lado de la persona que uno ama profundamente que esto obliga el tener que inventar una criatura fantástica para finiquitar un problema que da miedo que pueda ser cierto? ¿Hay que pasar al plano de lo imaginario, lo fantasmagórico  porque el plano de la realidad no tiene respuestas para explicar tal hecho?

Alicia enferma. Primero tiene un ligero ataque de influenza, al que le siguen otras visicitudes como, por ejemplo, una fuerte anemia.

«Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida  en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. (…) Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada.»

¿Hubiera más ternura salvado a Alicia?

Pero no hubo más. Al día siguiente de este suceso, ella amanece desvanecida.

¿Puede tener el desamor forma de parásito, de criatura monstruosa, velluda y viscosa?

El almohadón de plumas es el titulo de este relato fantástico de Quiroga. Quiroga fue un cuentista, dramaturgo y poeta. Considerado como uno de los maestros del cuento latinoamericano, naturalista y modernista. Ha sido comparado con el escritor estadounidense Edgar Allan Poe.

Quiroga sintió siempre una atracción por temas que abordaban los aspectos más extraños de la naturaleza, a menudo salpicados de terror, sufrimiento o enfermedad para los seres humanos, justo como ocurre en este cuento. Estudiosos de su obra han llegado a la conclusión de que la pasión por esos temas se debe a la vida trágica que le tocó en suerte al escritor. El padre de Quiroga muere en una cacería al disparársele accidentalmente la escopeta, su padrastro tumbado y afásico por un derrame cerebral, logra apoderarse de un arma con la que se vuela la cabeza; Quiroga está entre quienes lo encuentran. Por si esto no fuera suficiente, años más tarde, su mujer acaba con su vida con una dosis de biocloruro de mercurio.

El almohadón de plumas fue publicado por primera vez en la revista Caras y caretas en julio de 1907.

Si después de este estupendo relato se quedan con ganas de más, les invito a que abran el libro Vampiros de Ediciones Atalanta. En este volumen de relatos, además del citado, encontrarán cuentos de grandes escritores como Poe, Tolstoi, Stoker, Hoffmann y muchos otros. Una estupenda recopilación editada y prologada por Jacobo Siruela.

 

 

31May/20

LOS CUERVOS DEL JARDÍN. ALDOUS HUXLEY

Aldous Huxley (Godalming, 1894, Los Ángeles, 1963) fue un escritor y filósofo británico. Se le considera uno de los más importantes representantes del pensamiento moderno. Se graduó en literatura inglesa en Oxford y su primer trabajo fue como profesor en el colegio donde había estudiado, Eton. En 1921 escribe su primera novela Los escándalos de Crome, que le da una sólida reputación como escritor. Fue un crítico feroz de la burguesía británica por lo que pasó a ser conocido como el enfant terrible de la literatura inglesa. En 1932 escribe la obra que le haría más famoso Un mundo feliz. En ella se nos muestra una visión pesimista de un mundo futuro donde todo se rige por un sistema inmutable de castas. Fue, durante toda su vida, un viajero incansable. El escritor tenía una gran curiosidad intelectual, le interesaba desde el misticismo hasta la conservación de los recursos naturales. Escribió novela, ensayo, teatro, cuentos. Los cuervos del jardín, obra que les invito abrir hoy, es el único relato que escribió para niños. Lo escribió para su sobrina Olivia de Hauville durante la Navidad de 1944.

Publicado por SM El Barco de Vapor, se describe así: «Todas las tardes, la señora Cuervo se encuentra su nido vacío. Pronto descubre que la malvada serpiente es quien se come todos sus huevos. Con la ayuda del sabio búho, los señores Cuervo intentarán dar a la serpiente una buena lección.»

Les aseguro que es un relato precioso que hará que los niños, además de pasar un rato divertido, disfrutando del maravilloso texto y de las originales ilustraciones del reconocido ilustrador, Premio Nacional de Ilustración 1995 y Premio Internacional de Ilustración del la Fundación SM (2006) Pep Monserrat (Manistrol de Montserrat, 1966), conozcan, a través de este cuento, a uno de los grandes autores de la literatura universal.

El relato comienza así:

«Había una vez una pareja de cuervos que tenían su nido en un álamo de Pearblossom.

En un agujero bajo el árbol, vivía una serpiente de cascabel que era muy vieja y muy grande. Cada vez que la serpiente hacía sonar sus cascabeles, el ruido era tan fuerte que hasta los niños de la escuela de Littlerock podían oírlo. Solía dormir casi todo el tiempo. Pero todas las tardes, a las tres y media, la serpiente salía de su agujero arrastrándose y subía al árbol para echar un vistazo dentro del nido de los cuervos. Si había un huevo en el nido, como generalmente sucedía, se lo tragaba de un bocado, con cáscara y todo. Luego, volvía a arrastrarse hasta su agujero y se dormía. Cuando la señora Cuervo regresaba de la tienda, donde iba todas las tardes para comprar comida, siempre se encontraba el nido vacío.

Así que, mientras buscaba su huevo por todos lados, se decía: «¿Qué le puede haber sucedido a mi querido huevecito?».

Y como nunca lo encontraba, ponía otro huevo después de tomar el té.»

Ante esta situación Amelia y Abraham, los señores Cuervo, deciden pedir ayuda al señor búho. «Él es un pensador. Sus ideas siempre son buenas.»

¿Qué se le ocurrirá al inteligente búho? Con barro y una lata confeccionará su plan. Pero para averiguar si todo esto tiene un final feliz deben abrir este precioso libro y disfrutarlo. ¿Volverá la serpiente a cantar su insoportable cancioncilla?

«No puedo volar: yo no tengo alas;

no puedo correr: yo no tengo piernas;

pero puedo arrastrarme

hasta donde canta el pájaro negro

para comerme sus huevos con pintitas,

oh, oh,

para comerme sus huevos con pintitas.»

31May/20

LA FURIA Y OTROS CUENTOS. SILVINA OCAMPO

» Es curioso que sea yo, cuya manera de narrar consiste en retener sólo elementos esenciales, quien presente (…) una obra tan sabia, tan irisada, tan compleja  y mesurada a la vez (…) En los relatos de Silvina Ocampo hay un rasgo que aún no he llegado a comprender: es su extraño amor por cierta crueldad inocente u oblicua; atribuyo este rasgo al interés, al interés asombrado que el mal inspira a un alma noble.»

Así hablaba Jorge Luis Borges en el prefacio a la antología francesa de los cuentos de Ocampo Faits divers de la Terre et du Ciel, Paris, 1974.

Hoy les invito a abrir un libro que me has fascinado, lleno de algunos de esos relatos que le asombraron a Borges. La furia y otros cuentos (1959), recoge cuentos fascinantes de la gran escritora argentina Silvina Ocampo (Buenos Aires, Argentina, 1903, 1993). Ocampo, además de una gran escritora, estudió pintura y dibujo en París donde, en 1920, conoció a Fernand Léger y Giorgio de Chirico, precursores del surrealismo. Quizás o seguramente, esto influyó, de alguna manera, en su obra. El libro cuenta con 34 relatos, todos ellos atractivos, pero aquí les presento cuatro de los que a mí más me han gustado ya que no puedo escribir sobre todos.

Todo es pura fantasía. Las historias aparecen distantes de valoraciones éticas, son de naturaleza contradictoria.

Ocampo fue creadora de una extensa obra poética, ganadora del Premio Nacional de Literatura Argentina. Junto con Borges y Adolfo Bioy Casares, compiló antologías de poesía y literatura fantástica.

En el prólogo de la edición que manejo de la editorial Alianza Tres del año 1996, Enrique Pezzoni aclara que en los relatos de Ocampo se narran anécdotas o se exponen situaciones «revestidas de una atmósfera familiar y aun trivial, característica de los medios pequeñoburgueses donde no suelen manifestarse ni la imaginación extravagante ni la ambigüedad.»

En el relato titulado Mimoso, una pareja se enfrenta a la muerte de su perro y la decisión de embalsamarlo. Los conocidos se burlan de estas extravagancias de la pareja, pero los dueños de Mimoso, durante una cena, guardan un as en la manga.

«Mercedes era más feliz con el perro embalsamado que con el perro vivo; no le daba de comer, no tenía que sacarlo para que orinara, ni tenía que bañarlo, no le ensuciaba la casa ni le mordía el felpudo.»

«Comprendió la perversidad del mundo ante el cual una mujer no puede mandar embalsamar a su perro sin que la crean loca.»

«-No hay que decir «de este perro no comeré», respondió Mercedes, con una sonrisa encantadora.

-De este agua no beberé, corrigió el marido.»

Uno de los relatos más asombrosos es el titulado La furia, aquí Ocampo presenta un cuento con unos grandes personajes, el narrador, protagonista del cuento, un niño y la niñera perversa de éste, llamada Winifred. Al final, la locura de la niñera, de la que le protagonista se enamora, hará encender la furia más terrible que en él hay.

«Por no provocar un escándalo fui capaz de cometer un crimen». Con esta cita acaba el fascinante texto.

Y comienza así:

«Por momentos creo que oigo todavía ese tambor. ¿Cómo podré salir de esta casa sin ser visto? Y, suponiendo que pudiera salir, una vez afuera, ¿cómo haría para llevar al niño a su casa? Esperaría que alguien lo reclamara por radio o por los diarios. ¿Hacerlo desaparecer? No sería posible. ¿Suicidarme? Sería la última solución. Además, ¿con qué podría hacerlo? ¿Escaparme? ¿Por dónde? En los corredores, en este momento, hay gente. Las ventanas están tapiadas.

Me formulé mil veces estas preguntas a mí mismo hasta que descubrí el cortaplumas que el niño tenía en la mano y que guardaba de vez en cuando en el bolsillo. Me tranquilicé pensando que podía, en última instancia, matarlo, cortándole, en la bañadera, para que no ensuciara el piso, las venas de las muñecas. Una vez muerto lo colocaría debajo de la cama.

Para no volverme loco saqué la libreta de apuntes que llevo en el bolsillo, y mientras el niño jugaba de un modo inverosímil con los flecos de la colcha, con la alfombra, con la silla, escribí todo lo que me había sucedido desde que conocí a Winifred.»

Otro magnífico relato, es el titulado La boda, en él se comete una asesinato. Todo gira en torno a tres jóvenes vecinas, Gabriela y las primas Roberta y Arminda. Las envidias y una araña tejerán todo el nudo del cuento. Gabriela narra lo que sucedió y comienza de esta forma tan perturbadora.

«Que una muchacha de la edad de Roberta se fijara en mí, saliera a pasear conmigo, me hiciera confidencias, era una dicha que ninguna de mis amigas tenía. Me dominaba y yo la quería no porque me comprara bombones o bolitas de vidrio o lápices de colores, sino porque me hablaba a veces como si yo fuera grande y a veces como si ella y yo fuéramos chicas de siete años.

Es misterioso el dominio que Roberta ejercía sobre mí: ella decía que yo adivinaba sus pensamientos, sus deseos. Tenía sed: yo le alcanzaba un vaso de agua, sin que me lo pidiera. Estaba acalorada: la abanicaba o le traía un pañuelo humedecido en agua de Colonia. Tenía dolor de cabeza: le ofrecía una aspirina o una taza de café. Quería una flor: yo se la daba. Si me hubiera ordenado «Gabriela, tírate por la ventana» o «pon tu mano en las brasas» o «corre por la vías del tren para que el tren te aplaste», lo hubiera hecho en el acto.

(…)

Arminda López y Roberta Carma se querían como primas que eran, pero a veces se hablaban con acritud: todo surgía por las conversaciones de vestidos o de ropa interior o de peinados o de novios que tenían.»

En El asco, se analiza los sentimientos de una mujer, Rosalía, hacia su marido.

«Antes de casarse, Rosalía le tenía asco, y después de casada, parece mentira, aún más asco. No me lo dijo, pero yo lo sé de buena fuente. Creyó que nunca llegaría a soportarlo y a quererlo, pero a veces uno se engaña sobre las cosas que son o que no son posibles. Bien se dice «sobre gustos no hay nada escrito» y otras tonterías, siempre las mismas.»

La narradora del relato es una peluquera del barrio donde vive Rosalía. Muy acertadamente en una ocasión dice: «Ser amada no da la felicidad, lo que da la felicidad es amar.»

«Nosotras, empleadas de la peluquería, sabemos todo lo que sucede en el barrio, las idas y venidas de la gente, cualquier cosa turbia que pasa. Somos como los confesores, como los médicos: nada se nos escapa. Pocos hombres y mujeres pueden vivir sin nosotros. Cuando teñimos, ondulamos o cortamos el cabello, la vida de la clienta se nos queda en las manos, como el polvillo de las alas de las mariposas.»

«El hecho de que la casa de Rosalía fuera preciosa y envidiada por todo el barrio no le servía de consuelo, sino más bien de mortificación. Tal vez pensaba que en esa casa tan bonita hubiera sido feliz con otro hombre y que las comodidades eran superfluas, un derroche de la suerte, para su vida de padecimientos.»

«El marido, embobado no sabía qué regalos hacerle. Le regaló un collar de oro, una bicicleta, un abrigo de piel y finalmente, como si no fuera bastante, un reloj, engarzado con pequeños brillantes, muy costoso.

Rosalía sólo pensaba en una cosa: en cómo perder el asco y la repulsión por el hombre. Durante días imaginó maneras del volverlo más simpático. Trataba de que sus amigas se enamoraran de él, para poder de algún modo llegar al cariño, a través de los celos, pero dispuesta a abandonarlo, eso sí, a la menor traición.

A veces cerraba los ojos para no verle la cara, pero su voz no era menos odiosa. Se tapaba las orejas, como alisándose el pelo, para no oírlo: su aspecto le daba náuseas. Como una enferma que no puede vencer su mal, pensó que no tenía cura. Durante mucho tiempo, como pan que no se vende, anduvo perdida, con los ojos extraviados. Para sufrir menos, la pobrecita comía siempre caramelos, como esas criaturas que se consuelan con pavadas.»