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17Jun/13

LAS PALABRAS MÁGICAS. UNA LECCIÓN DE GÓMEZ CERDÁ

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No voy yo a descubrir, a estas alturas, el talento de Alfredo Gómez Cerdá (Madrid, 1951) pero si me veo en la obligación de recordar el primer libro de él que cayó en mis manos siendo aún una niña. Lo he vuelto a encontrar entre las estanterías de mi habitación cuando he vuelto a España y lo he leído de nuevo. «Las palabras mágicas», publicado en 1983 por El Barco de Vapor, es un libro increíble, lleno de ternura, sensibilidad y verdades que, por supuesto, se lee de forma muy diferente cuando ya tienes treinta años más y además eres madre.
Aunque tanto los amigos de Ramón, como su médico, su profesor o incluso el psicólogo de la escuela a la que asiste piensan que Ramón es un chico sano, fuerte, dispuesto, reflexivo y buen alumno, su madre Margarita siempre tiene palabras duras para él, su hijo ante sus ojos es un muchacho travieso, desobediente, bruto, vago, sucio, mentiroso, respondón, holgazán y sobre todo meón. Ramón sufre de enuresis, algo que su madre no soporta. ¿Por qué se comporta Margarita de esa manera?
«¿Por qué no me haces caso y sigues mis consejos? Lo que te digo es por tu bien. Pero tú… como si oyeses llover. Lo único que te preocupa es leer cuentos por la noche, en la cama, en vez de dormir. Por eso estás tan débil, por eso te pasa lo que te pasa.»

«No puedes mantenerte con lo poco que comes. Te quedarás enclenque y los niños se reirán de ti. Además, si te lo haces encima, es por no comer. ¡Te lo digo yo! No tienes fuerzas ni para aguantarte lo necesario, como hace todo el mundo.»

Margarita, lo único que consigue con tantos malos comentarios hacia su hijo es que éste crea realmente que el es un niño malo.

«Todo lo que hago le parece mal a mi madre, y todo lo que digo, y yo creo que hasta todo lo que pienso. Y es que…debo ser malísimo»

Pero Cipri, uno de los mejores amigos de Ramón, con los que juega en el parque a ser piratas y a imaginar miles de historias fantásticas tiene un plan, un gran plan que hará que Margarita empiece a pensar en que ella tiene también un problema y que sus riñas a Ramón por cualquier cosa pueden hacerle mucho daño a su hijo.
Sólo hace falta esperar para que Margarita y Ramón pronuncien las palabras mágicas. Pero… ¿cuáles son esas palabras mágicas que pueden hacer que todo cambie?
Si supieran ustedes cuales son… Si todos las aplicásemos más…si las utilizáramos con más frecuencia…
Estoy segura de que si pronunciáramos las palabras mágicas con nuestros hijos cada vez que cometemos un error, porque los padres también nos equivocamos, porque no somos perfectos y porque estamos aprendiendo a ser padres con todas las torpezas que eso conlleva, toda la educación con nuestros hijos iría mucho mejor. Así es que recomiendo este libro a todos los padres porque es mejor que cualquier manual moderno de esos que se venden en las librerías bajo títulos tan estúpidos de «Cómo ser padres».
¿Ya saben de qué palabras mágicas se tratan? ¿Aún no? Pues lean el libro, es fantástico.

Goméz Cerdá tiene infinidad de libros publicados de los que les podría recomendar todos, pero quizás ya que he nombrado uno de los más antiguos, nombraré alguno de los más actuales como «Barrio de Medellín», que recibió el Premio Ala Delta en 2009 y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y que no les dejará indiferentes tampoco.

10Jun/13

LA ROSA BLANCA Y LA NUBE GRIS

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Llevaba algunos días sin llover, pero apareció de repente la nube gris y gordinflona que todos esperaban en el jardín.
La rosa blanca le dijo a la nube:
-¡Qué bien que has llegado! Me muero de sed.
La nube le contestó:
-¿Qué has hecho con las últimas gotas que te di? Te advertí de que guardases algunas y no lo bebieras todo de una vez.
La rosa blanca le explicó:
-Me quedaban sólo tres gotas y las regalé. Una se la di a la mariquita, otra a la abeja y la otra al escarabajo.
La nube exclamó:
-¡Qué tontorrona eres!¡Eres bella, si, pero rematadamente tontorrona!
La rosa se quedó extrañada y algo enojada y preguntó:
-¿Por qué dices eso?
La nube, socarrona, le advirtió:
-Nunca vuelvas a hacer eso. Le has dado de comer a tus enemigos. La mariquita siempre está encima de ti, el escarabajo, cuando menos te lo esperas, te roe tus preciosos pétalos, y la abeja todo el día se pasa libando en ti. ¿Ves que tontorrona eres?
La rosa le intentó explicar que ella no pensó en nada de eso. Ellos le pidieron agua y ella, simplemente, la regaló, sin importarle todo lo demás.
-Peor aún, contestó la nube sorprendida. Tienes que darte cuenta de quién te rodea y quienes son tus amigos de verdad.
-Todos somos amigos, aclaró la rosa. Estoy segura de que si alguna vez yo necesitara ayuda de verdad ellos me ayudarían.
-Además de tonta, ingenua, ¡en fin!, dijo la nube. Me voy.
-No, no te vayas, suplicó la rosa. Necesito agua.
-Pues pídesela a tus amigos.
-Ellos no tienen, aclaró la rosa. Ellos, al igual que yo, te estaban esperando.
-Pero yo no tengo que descargar el agua hoy aquí, me esperan en otra parte, dijo la nube algo altanera.
-¡No seas tan egoísta!, pidió la rosa angustiada. Sólo un par de gotitas.
La mariquita, la abeja y el escarabajo estaban escuchando toda la conversación entre la nube y la rosa desde el principio. Dolidos en su amor propio, se reunieron al lado de la rosa y le susurraron algo en sus pétalos.
En cuestión de segundos, un enjambre de abejas, un puñado de escarabajos, y montones de mariquitas, revoloteaban al lado de la nube.
-Quitaos de aquí, pidió la nube molesta. Me estáis haciendo cosquillas, y no puedo aguantar. Voy a tirar todo el agua aquí por vuestra culpa.
Las mariquitas con sus alas, las abejas con sus antenas, y los escarabajos con sus patas no paraban de rozarse con la nube una y otra vez, hasta que pasó lo que la nube se temía.
En un ataque de cosquillas empezó a perder el agua que llevaba y todo el jardín quedó repleto de agua. Todas las plantas y todos los animales disfrutaban del frescor de la lluvia. Y en el cielo, la nube gruñona y ahora menos gordinflona se iba corriendo para otra parte.
Pero a la rosa blanca le dio tiempo de explicarle a la nube gris que debemos ayudar a los demás sin importarnos y sin tan siquiera pensar que recibiremos de ellos, porque esa es la verdadera bondad, algo que no tiene nada que ver con el egoísmo y algo que tiene mucho que ver con la verdadera amistad.

24May/13

Y MÁS ALLÁ, EL MAR. MARJALEENA LEMBCKE

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La abuela Mummo, y la madre, los hermanos y el padre que cree en la magia de la noche de San Silvestre, y Leena. Todos piden sus deseos mientras vierten plomo fundido de la paleta al cubo de agua fría. Todos menos Mummo:

«A mi no me interesa el futuro, decía. Yo no voy a volver a casarme, no voy a tener más hijos, ni voy a conseguir más dinero, ni voy a tener más éxito. A lo sumo podría averiguar cuándo me voy a morir, ¡y eso no quiero saberlo!»

«Y más allá, el mar» novela de la escritora finlandesa Marjaleena Lembcke (Kokkola, 1945) es una obra tan delicada, tan sencilla y a la vez tan apasionante que, aunque, en principio esté escrita para jóvenes, yo, y como ya va siendo habitual, la recomiendo a cualquier adulto que desee leer algo diferente.
Está editada por El Barco de Vapor dentro de la serie roja.
Lembcke vive desde 1967 en Alemania y es muy conocida por sus libros para adolescentes. En 1999 fue galardonada con el Premio austriaco de Literatura Juvenil.
En esta obra Leena, la protagonista, acompaña a su padre en un viaje hacia el norte. Quieren llegar a Hammerfest.

«Yo cité a mi desconocido abuelo:
Hammerfest es el paraíso en la tierra. En verano, la ciudad adquiere un resplandor rojo, iluminada por un sol ardiente, y en invierno es blanca como el alma pura. En verano florecen los rosales delante de las casas, y el cielo está lleno de aves migratorias que buscan el mejor sitio del mundo para incubar.
Mi padre sonrió y prosiguió:
-Hammerfest está muy al Norte. No me extrañaría que más allá de Hammerfest no hubiera nada. Sólo el mar y, luego, el fin del mundo. El hombre no pasa de allí.
-El que tiene suerte, logra ir a Hammerfest una vez en su vida, añadí.
El reloj dio las doce, y empezó un nuevo año.»

Durante todo el viaje el padre guarda un secreto, Leena quiere saber qué ocurre. El viaje estará lleno de sorpresas, pero, sin duda, la muchacha no se imagina lo que le espera. Ella está enamorada de un muchacho llamado Per Erik, y esto y la poesía es lo único que le interesa en su peculiar mundo. Aunque Mummo, la conoce como a nadie. Mummo la abuela sabia. La que dice cosas tan bellas como que el pan con lágrimas sabe mejor, y cosas tan duras como que cuanto más alto se sube, más bajo se cae.

«Yo iba a cumplir los quince unas semanas más tarde y, como siempre, estaba enamorada. Había esperado que el plomo me revelara si mi amor era correspondido. Pero el chico del que entonces me había enamorado tenía dieciocho años y, con predicciones de San Silvestre o sin ellas, mis posibilidades eran muy escasas. Yo soñaba y escribía poesías sobre lo inalcanzable.
Mi madre opinaba que eso era lo mejor que podía hacer.
-Las poesías se siguen conservando cuando el sentimiento ha desaparecido hace tiempo.»

Cuando emprenden el viaje, tanto padre como hija tienen miedo:

«Mientras guardábamos silencio, preparé frases que me hubiese gustado decirle. No me gustaría que discutiéramos, quería decirle. No me gustaría decepcionarte, quería decirle. Me gustaría ser la hija que tú deseas. Me gustaría que estuvieras orgulloso de mí. Y si no puedes estar orgulloso de mí porque no tengo nada especial de lo que uno pueda estar orgulloso, me gustaría que, a pesar de todo, me quisieras. Me gustaría que te alegraras de que estoy contigo. De que estamos viajando juntos.
Pero no dije nada de eso.»

«Mi padre echó café en los vasos y dijo:
-A los dos nos da un poco de miedo este viaje. Yo no sé cómo debe comportarse uno la primera vez que viaja solo con una hija casi mayor. Dependemos el uno del otro. Cómo va a salir esto, es algo que ni yo mismo sé. Sólo puedo decirte lo que a mí me gustaría. A mí me gustaría que fueran unos días bonitos y que más tarde los recordaras con gusto. Yo tengo mis propias ideas sobre lo que es importante y bonito y sobre lo que me gustaría enseñarte. Si no quieres verlo, no lo mires. Pero trata de comprenderme. Yo amo la naturaleza, y amo especialmente la naturaleza del Norte, y me gustaría mostrártela para que también tú aprendas a amarla. Me gustaría enseñarte tantas cosas… Tengo la sensación de que corre prisa. Tú madurarás rápidamente y pronto no permitirás que yo te enseñe nada.»

Las reflexiones, tanto del padre como de la hija, son muy sabias y, desde luego, describen una realidad universal. Y nos enseñan que a la edad de quince años, una edad complicada, los adolescentes son aún muy niños quizás unos niños con mucho orgullo pero con los sentimientos a flor de piel a los que no hay que dejar de dar cariño y apoyo por muy mayores que ya se presenten ante nuestros ojos, y que un padre de un muchacho o una muchacha con quince años tiene muchos temores de cómo puede hacer todo para no equivocarse.

15May/13

AURORA. UN POCO DE NIETZSCHE

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Hace unos días recibí dos correos electrónicos, los cuales, dicho sea de paso, agradezco mucho. En uno me hacían la siguiente pregunta: ¿Por qué no escribe o actualiza su blog más continuamente?
Tengo varias razones para, desgraciadamente no hacerlo, no se si alguna valdrá como respuesta pero las escribo a continuación:

-Soy madre de un niño de casi cinco años con el comparto la mayoría de mi tiempo el libre y el que no está libre, como cualquier madre.
-Muchas veces leo tanto que olvido que tengo que hacer los post de esos libros y acumulo varios a la vez, con lo cual llega el caos, el temido caos.
-Creo que un blog de literatura es para leerlo más tranquilamente que otro tipo de blogs y, en mi opinión, hay muchos escritores y novelas ya en él. Esto me ha hecho pensar, en alguna ocasión, que quizás no esté dejando tiempo a los lectores del blog a asimilar los contenidos, a leer algunos de los libros que muestro… en definitiva a conocer mi blog.

La otra pregunta era que qué es lo que más leo o vuelvo a leer. Pues bueno, además de algún que otro libro que releo cada año, lo que más me gusta es leer textos filosóficos, y es porque los textos filosóficos me relajan, me ayudan a comprender mi entorno, a mí misma y me abren la mente muchísimo. Aprendo cada día de los fabulosos filósofos que ha habido y que hay. Pero…¿por qué amo la filosofía? Porque un profesor que tuve en el instituto me enseñó a amarla, Alberto Iglesias, gran profesor y gran persona. Así es que desde aquí mi pequeño homenaje en forma de recuerdo a esos profesores que pasan por nuestras vidas con el único objetivo de enseñar con ilusión y con cariño haciendo del estudio un sitio mágico y fascinante.

Como se dice para muestra un botón. Así es que hoy quiero, para que este post no hable sólo de mí, dejar algunas reflexiones de Nietzsche para ponernos a pensar. Son de su libro «Aurora». Y si hay algún filósofo por ahí o alguien que me pueda enseñar y recomendar otros textos, le estaré muy agradecida.
Gracias a todos por seguir mi blog, por tener tanta paciencia a pesar de mis ausencias, por vuestros comentarios y correos electrónicos. Muchas gracias de todo corazón.

Los «caminos».- Los presuntos «caminos más cortos» siempre han llevado grandes peligros a la humanidad; cada vez que ésta recibe la buena nueva de que se ha encontrado ese camino más corto, se aparta de su camino…y pierde el camino.

Para reflexionar.-Aceptar una creencia sólo porque es costumbre no significa más que esto: ¡tener falta de honradez, ser cobarde, ser vago! Entonces, ¿no serán la falta de honradez, la cobardía y la vagancia las premisas de la costumbre?

¡Qué es querer!.- Nos reímos de quien sale de su habitación en el mismo minuto en que el sol sale de la suya y dice: «Quiero que salga el sol»; y de quien no es capaz de detener una rueda y dice: «Quiero que ruede»; y de quien, derrotado en la lucha, dice: «Yazgo en el suelo, pero es que quiero yacer en el suelo.» Pero, ¡risas aparte!, ¿acaso hacemos algo distinto que esos tres cuando utilizamos la palabra quiero?

Razón.-¿Cómo ha venido al mundo la razón? Como debe ser, de forma irrazonable, por una casualidad. Habrá que adivinarlo como un acertijo.

«¡No egoísta!».-Uno está hueco y quiere llenarse, otro está sobresaturado y quiere vaciarse. A ambos los mueve el impulso de buscar un individuo que les sirva para su fin. Y este proceso, entendido en el sentido más sublime, se denomina en ambos casos con una sola palabra: amor. ¿Cómo?, ¿qué el amor es algo no egoísta?

Gobernar.- Unos gobiernan por el placer de gobernar; otros, para no ser gobernados. Éste es sólo el menor de dos males.

Mendigos.- Deben suprimirse los mendigos: porque enoja darles y enoja no darles.

Portadores de cadenas.- ¡Cuidado con todos los espíritus que están encadenados! Por ejemplo, de las mujeres inteligentes cuyo destino les ha proscrito a un entorno pequeño y sofocante y que se hacen viejas en él. Puede que yazgan al sol aparentemente ociosas y medio ciegas: pero a cualquier paso extraño, a cualquier cosa insospechada, respingan para morder; se toman venganza de todo cuanto ha abandonado su caseta de perro.

Independencia.- Independencia (denominada «libertad de pensamiento» en su dosis más baja) es la forma de la renuncia que adopta definitivamente el dominador, el que largo tiempo ha buscado algo que poder dominar y no ha encontrado nada más que a él mismo.

Querer equivocarse.- Los hombres envidiosos de fino olfato tratan de no aprender a conocer mejor a sus rivales, para poderse sentir superiores a ellos.

Infantil.-El que vive como los niños, o sea, sin luchar por conseguir su pan, y sin creer que sus acciones tienen una importancia definitiva, continúa siendo infantil.

Paz doméstica y paz anímica.- Nuestro estado de ánimo habitual depende del estado de ánimo en el que sepamos mantener nuestro entorno.

Apariencia de heroísmo.- Arrojarse en medio de los enemigos puede ser el rasgo distintivo de la cobardía.

Aprobar algo.- Se aprueba el matrimonio, en primer lugar porque no se le conoce, en segundo término porque nos hemos acostumbrado a él, y en tercero porque se ha contraído, es decir, en casi todos los casos. Y a pesar de ello no se ha demostrado nada de la bondad del matrimonio en sí mismo.

Consejo probado.- De todos los consuelos ninguno hace mayor bien a los necesitados de consuelo que la afirmación de que para su caso no existe consuelo. Ahí radica la distinción de que volverán a levantar la cabeza.

Enfermedad.- Por enfermedad hay que entender: una aproximación intempestiva de la edad, la fealdad y los juicios pesimistas: cosas que siempre van juntas.

Maestría.- La maestría se alcanza cuando ni se yerra ni se vacila en la ejecución.

Mudar la piel.- La serpiente que no puede mudar la piel perece. Igual los espíritus a los que se impide mudar sus opiniones; cesan de ser espíritus.

Y por último aquí dejo una de mis reflexiones favoritas:

¡No olvidar!.- Cuanto más alto nos elevamos más pequeños parecemos a quienes no pueden volar.

23Abr/13

CUADERNO DE RUTE. RAFAEL ALBERTI

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En el año 1977 la revista-libro Litoral dedicó sus números 70-71-72 al gran poeta gaditano Rafael Alberti. Presentaba así un libro inédito del escritor titulado «Cuaderno de Rute». Lo escribió en 1925 en esta bella y mágica localidad de la Subbética Cordobesa. Y hoy Día Internacional del Libro yo quiero rescatar, recodar y homenajear así tanto a la lectura, como al libro, como al gran poeta, como a los lectores y de paso, a la Subbética Cordobesa, de donde vienen todos mis antepasados tatarabuelos, bisabuelos, abuelos y padres. Y a la vez que les invito a abrir este bello libro les invito también a dejarse llevar por la ruta de la Subbética y visitar pueblos como el antes citado, Rute, además de Zambra, Iznájar, Lucena, Priego de Córdoba, Cabra, Zuheros …. les sorprenderá tanta belleza. Pueblos que están dentro de la Ruta del Califato, admirados por todos sus visitantes. La Ruta del Califato une los dos núcleos más importantes de la época árabe en España: Córdoba y Granada.
El libro «Cuaderno de Rute» se inicia con una carta de su hija Aitana y acaba con la correspondencia que en aquel año mantuvo con sus colegas y amigos poetas, como por ejemplo Emilio Prados, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca o José Bergamín.
El libro está ilustrado con los dibujos del propio Alberti. No olvidemos que Alberti siempre sintió un gran amor por la pintura incluso antes que por la poesía.
En la primera parte del libro hay coplas, canciones y poemas que como se detalla no fueron incluidos en el libro «El alba del alhelí». Entre todo este material destacaré algunas:

«¿En que lengua y de qué modo
decirte, mi mar salado,
que estoy de ti enamorado,
enamorado del todo?»

Del poema «El colorín colorado»:

«El colorín colorado
va del jardín al terrado,
colorado colorín.

Va del terrado al jardín,
colorín y colorado.

Y en su vuelo acelerado
sólo persigue este fin (…)»

Y mi poema preferido de esta primera parte el titulado «Sueño»

«En San Roque, llorando,
un niño castigado.

-Madre,
déjame bajar al campo.
Una cabrita me espera
en un aprisco olvidado.
Se me morirá de sed
si no bebe entre mis manos.

(…)

-Madre,
déjame bajar al campo.
Un arroyo de sangre,
tiñe de rojo el pasto.
Su cuerpecito leve
apacienta el ganado.

-Madre,
déjeme enterrarlo.»

En la segunda parte del libro se recogen seis narraciones cortas inspiradas en personajes reales que vivían por aquellos años en Iznájar, Rute y Almería. Les puedo asegurar que de la gente de la que aquí se habla se sigue hablando.

Uno de los que más me gusta es el titulado «Carabina». Aquí les dejo el primer párrafo del relato.

«Yo, sentado en la tabernilla de Julián el Quemado, que está en el barrio bajo, junto al paseo de los señores, aguardando, impaciente, la llegada de Carabina, mi amigo. Carabina, además de leñador y sillero, es el borrachín más grande de toda la provincia. Los pocos dineros que gana, se los tira en aguardiente. Como toda la vida anda bebido, ya no le quieren en las casas ni para sillero, ni para leñador, porque, además de escupir y hacer otras fechorías por los patios y corredores, persigue a las criadas, requiebra a la cocinera y, luego, le roba patatas, cebollas, azúcar, todo lo que puede.
Su mujer, ya harta, aburrida, no quiere recibirle, cuando a las tantas de la madrugada llega, solo y triste, dando golpazos en la puerta:

Abre pronto a tu marido,
que el pobre viene arrecido!

(…)»

Los relatos «Budia» y «La enlutada» son además de preciosos muy característicos de Rute. Pueblo al que Alberti se refirió en el libro como pueblo «blanco, empinado, presidido en su lugar más alto por el trágico Monte de las Cruces, y ancho panorama de tierras amarillas carminosas, ordenadas de olivos y viñedos. Algo duro, casi siniestro respiraba todo el aire de Rute»

Ya saben, abran el libro y paseen por los senderos de la Subbética entre olivares y magia. Y vayan a Rute porque los que lo conocemos desde niños sabemos, como Alberti que…. «Hay algo oscuro y fuerte por estas serranías».

14Abr/13

CERRÉ LA PUERTA. BAJÉ LAS ESCALERAS… ANA MARIA MOIX, ÚNICA

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Lo descubrí con la frente apoyada en el escaparate…

Lo descubrí con la frente apoyada en el escaparate
de la pastelería y en los ojos blancos, increíbles, le reconocí:
Era Hitler y estuve a punto de decírselo: te ves más viejo
desde la última vez. Pero me pareció tan triste
que hice como si no le conociera.Cerré la puerta. Bajé las escaleras. Tropecé con el sereno…

Cerré la puerta. Bajé las escaleras. Tropecé con el sereno….

Cerré la puerta. Bajé las escaleras. Tropecé con el sereno
y se rompió el silencio. Le supliqué con un gesto que no lo dijera
y lo dijo: «Hoy no vienen, señorita; no les toca «. Y aún no habia
vuelto yo la esquina oí como le iba con el cuento al guarda de la
taberna: «Está loca esa chica. Cada día, a las doce,
baja para abrir la puerta a los muertos». Tuve que retener
a tío Jacobo que quería retarle a un duelo. Tío Jacobo murió
antes del 36 y no estaba acostumbrado a la mala educación de los
serenos para con las señoritas.

Tenía muchas ganas de incluir en el blog algún trabajo de la poeta Ana María Moix (Barcelona, 1947, 2014), porque me gusta, porque sigo su obra, porque siempre dijo cosas muy interesantes porque era inteligente, porque no se callaba y porque abrir un libro de ella es una delicia. Su paraíso poético me fascina. Estas dos poesías que incluyo aquí son dos de mis preferidas.

En un artículo de julio de 2012 que recogía Publico.es la escritora hablaba sobre la crisis en el mundo de la cultura y decía cosas tan interesantes como éstas. Aseguraba que el mundo de la cultura está en crisis desde hace treinta años porque «se ha bajado los pantalones» ante el mundo del dinero y el que manda es «el señor de la calculadora», mientras al intelectual se le ha «tapado la boca» con cifras de ventas y subvenciones. «Ahora toda la culpa la tiene la crisis económica, que, sí, es brutal, pero la crisis del mundo cultural viene precisamente de la época de la abundancia», opinó la narradora.

Moix ha publicado «Baladas del dulce Jim» (1969), «Call me Stone» (1969) y «No time for flowers» (1971), así como la recopilación «A imagen y semejanza» (1983). Fue la única mujer incluida en la antología «Nueve novísimos poetas españoles» (1979) por José María Castellet.
Como narradora ha publicado, entre otras obras, «Julia» (1970), «Ese chico pelirrojo al que veo cada día» (1971), «La maravillosa colina de las edades primitivas» (1981), «Las penas» (1982), «Las virtudes peligrosas» (1985) y «Vals negro» (1994).
En 2002, y después de un silencio editorial de ocho años, la autora catalana reunió diez relatos en el volumen «De mi vida real nada sé». Ese mismo año, la editorial Lumen lanzó al mercado la «Biblioteca Ana María Moix» para reeditar la narrativa completa de la escritora.
Moix es ganadora de los siguientes premios:
Premio Vizcaya de Poesía 1970 por «No time for flowers»
Premio Ciudad de Barcelona 1985 por «Las virtudes peligrosas»
Premio Ciudad de Barcelona 1995 por «Vals negro»

Siempre pendiente de sus amigos, de proteger la obra y la memoria de su hermano Terenci Moix, nada pendiente de sus trabajos, de su legado, así la describen los que la conocieron.