Archivos de la categoría: LIBROS

08Dic/09

HELENA O EL MAR DEL VERANO. JULIAN AYESTA

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Es curioso pero es así. Es curioso pero hay novelas que te seducen desde el título y son capaces de atraparte en el índice. Suena un poco estúpido, pero es así.
Me ocurrió una vez leyendo “Helena o el mar del verano”, esa deliciosa novela que además de ser una joya imprescindible de la literatura española de posguerra, es imperecedera.
Esta novela de Julián Ayesta, escritor asturiano de Gijón, 1919-1996, es, por cierto, la única novela que escribió. Fue publicada por primera vez en 1952 y reeditada por la editorial El Acantilado muchos años después. En apenas noventa páginas conocemos a un niño de clase alta con sus miedos y sus amores, sus deseos y sus preocupaciones, y a la bella Helena, su amor idealizado de verano.
La novela está estructurada en tres partes, que el autor, con un punto de ironía y dulzura presenta como En verano, En invierno y En verano otra vez. El humor, las descripciones sencillas, la prosa ágil y siempre precisa y acertada hacen de esta novela algo inolvidable. Una novela que no cuesta abrir más de una vez para volver a disfrutarla.
Para este niño, del que nunca llegamos a conocer su nombre, el verano significa Helena, el mar y la alegría. En invierno le llegan los miedos, las incertidumbres, los confesionarios, los pecados. Un mundo angustioso que él mismo imagina y del que sólo puede salvarse cuando llega el verano, cuando acaricia el pelo rubio de Helena o se queda absorto mirando sus grandes ojos azúles.
En la primera parte, que transcurre en el verano, ya se dan pistas del mundo interior del niño, de sus preocupaciones. En este fragmento los niños se asustan porque un cura, al que los padres habían invitado para comer aquel día, sufre un pequeño accidente:
“Y de repente todos los hombres se arremolinaron porque la butaca de don José se rompió y él cayó para atrás y se clavó en la cabeza un clavo que los niños habíamos pinchado en el tronco de un roble lleno de hiedra. Y era una cosa rara, una cosa horrible que no se podía pensar ver un sacerdote todo sangrando, con todo el pescuezo lleno de sanger muy brillante y muy roja y toda cayendo por la espalda un hilo rojo, rojo, sobre la sotana negra. Y era tan horroroso y tan pecado que los niños teníamos miedo de verlo porque creíamos que los sacerdotes no tenían sangre, sino sólo alma por dentro y huesos.”

Y en invierno la angustia por pecar se hace más fuerte y Ayesta lo describe así y nos hace reir y sentir ternura por el personaje a partes iguales:

“Y mientras se estaba en pecado mortal todos los días eran grises aunque hiciera sol y todas las cosas salían mal y le preguntaban siempre a uno la única lección que no había estudiado, y papá estaba de mal humor y mamá más triste, y cuando se jugaba al fútbol no le pasaba a uno o si le pasaban desperdiciaba uno los pases de la manera más tonta, y además siemrpe que uno estaba en pecado mortal perdía el Sporting aunque jugase en casa o empataba, que jugando en casa era como perder. Y era dificilísimo explicárselo porque uno pensaba: “Bueno, porque se esté en pecado Dios no puede castigar a toda la demás gente que quiere que el Sporting gane.”

Pero el verano llega otra vez y con él la libertad que viene representada en el mar y en Helena:

“Las calles de Gijón están en una sombra lila muy limpia y fresca y no hay nadie, porque son las calles de por la mañana llenas de olor a las algas del mar”

“Helena y yo íbamos silenciosos. De cuando en cuando Helena se paraba, cogía unas cuantas zarzamoras y me ofrecía la mitad. Una, las del sol, estaban calientes y mates; otras, las de la sombra, estaban frías y brillantes. Otras veces las cogía yo y le ofrecía a Helena y comíamos juntos, mirándonos a los ojos, con la cara llena de manchas de jugo morado. Y seguíamos andando muy juntos, sin hablar nada, pero temblando.”

El autor asturiano escribió algunas piezas teatrales. Era licenciado en Derecho y Filosofía y Letras. Fue diplomático de carrera. Entre otros lugares fue embajador de Beirut, Colombia, Viena, Amsterdam o la extinta Yugoslavia, justo antes de su desmembramiento.

© 2009 Araceli Cobos

02Dic/09

RETORICA BELICA. ARUNDHATI ROY

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La escritora Arundhati Roy se ha convertido en una activista mundial a través de sus ensayos políticos. Uno de sus libros más interesantes es el titulado “Retórica bélica”, publicado en la editorial Anagrama, donde se recogen varios artículos en contra del nacionalismo hindú, la política de George W. Bush y la globalización.
La historia ha dejado ya algo anticuada esta obra de ensayos, pero algunas de las reflexiones que Roy lanza son, desgraciadamente, aún de actualidad. Abrir este libro nos puede ayudar a entender parte de los conflictos que aún se viven en el mundo..
En “Retórica bélica” se habla de la escalada nuclear entre India y Pakistán, las matanzas de musulmanes en el estado indio de Gujarat, el auge del militarismo, la violencia racial, la violencia religiosa, las ideologías que hacen de etnia sinónimo de nación, y de muchas otros horrores como el atentado terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
Por ejemplo en “Retórica bélica: Las armas atómicas no son juguetes», escribe pensamientos tan interesantes como éstos:

“La vida sólo resulta normal porque lo macabro se ha vuelto normal.”

“¿Qué significa la devastación de un valle para gobiernos que no se inmutan ante la posibilidad de la destrucción de la Tierra? Ha subido tanto el listón del horror, que sólo el genocidio o la posibilidad de una guerra nuclear son dignos de mención. La resistencia pacífica es mirada con desprecio.”

“Las armas nucleares no afectan únicamente al millón de soldados destacados en la frontera y que permanecen con el dedo en el gatillo en permanente estado de alerta máxima. Nadie es inmune a sus efectos. Tanto si son utilizadas como si no, menoscaban todos aquello que es humano. Incluso alteran el significado de la vida.
¿Por qué las toleramos, pues? ¿Y por qué toleramos que los hombres que las poseen chantajeen a toda la humanidad?.”

En su artículo “Ahimsa (Resistencia pasiva)», habla de la resistencia pasiva y de la globalización y sus consecuencias:

“La condena del terrorismo, por parte de cualquier gobierno, sólo es creíble si se muestra respetuoso con la disidencia no violenta, persistente, razonable y dialogante. Pero lo que ocurre, justamente,es todo lo contrario. A lo largo y ancho del mundo los movimientos de resistencia pasiva son aplastados sin piedad. Y el hecho de que no sean respetados ni escuchados hace que mucha gente crea justificado recurrir a la violencia.”

“En el siglo XXI resulta imposible ignorar la interrelación entre el fundamentalismo religioso, el nacionalismo nuclear y el empobrecimiento de amplios sectores de la población como consecuencia de la globalización propugnada por las grandes multinacionales.”

Cabe destacar también las reflexiones recogidas en “Cuando los santos ya no inician marchas de protesta: Los extraños destinos de Martin, Mohandas y Mandela»:

“En 1967, Martin Luther King, en un discurso militante, sin medias tintas, denunció la invasión estadounidense de Vietnam. Dijo: “Nos enfrentamos diariamente a la cruel ironía de ver en la televisión cómo mueren juntos jóvenes negros y blancos por una nación que ha sido incapaz de sentarlos juntos en las mismas escuelas. Contemplamos su brutal solidaridad cuando queman las chozas de una aldea de mala muerte, pero sabemos muy bien que dificilmente vivirían en el mismo bloque de pisos en Chicago.”
El New York Times, para contrarrestar la creciente oposición a la Guerra de Vietnam entre los jóvenes negros estadounidenses, utilizó este magnífico argumento de lógica más bien especiosa: “En Vietnam se ha dado a los negros, por primera vez, la oportunidad de desempeñar el papel que les corresponde en la lucha por su país.”
El diario neoyorquino olvidó mencionar que, tal como había recordado Martin Luther King, “en Vietnam mueren dos veces más negros que blancos, de acuerdo con sus respectivos porcentajes en la población estadounidense.”

“La lucha de los negros estadounidenses por sus derechos civiles nos dio algunos de los más destacados dirigentes políticos, pensadores, oradores y escritores de nuestra época. Martin Luther King Malcolm X, Fannie Lou Hamer, Ella Baker, James Baldwin y, por descontado, el maravilloso, mágico, mítico Muhammad Ali.
¿Quién ha recogido su herencia?
¿Gente como Colin Powell? ¿Condoleezza Rice? ¿Michael Powell?
Estos personajes son exactamente lo contrario de los mitos o los modelos de comportamiento. Pueden “parecer” la encarnación de los deseos de éxito material de los negros, pero en realidad, constituyen una gran traición. Son los criados con librea que guardan las puertas del deslumbrante salón de baile para que no penetren en él los miembros de las razas de color. Su papel y su utilidad son ser montados por la administración Bush siempre que necesite ponis pardos para sus guerras racistas o sus safaris africanos.
Si ésos son los nuevos mitos de los negros estadounidenses, habrá que prescindir de los antiguos, porque no pertenecen al mismo panteón”

Ante una mente tan lúcida como la de Roy sólo queda seguir abriendo sus libros y reflexionar sobre lo que ha pasado y aún pasa en el mundo.

© 2009 Araceli Cobos

27Nov/09

LA VOZ MALIGNA. VERNON LEE

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Dicen, se oye, comentan, que el cuento es un género literario que no goza de muchos admiradores hoy en día. Aquel escritor que decida iniciarse en el mundo de la literatura escribiendo cuentos está, cuando menos, haciendo un alarde de romanticismo desmesurado. Parece ser que lo de leer cuentos está cayendo en desuso. En mi opinión todo es cuestión de con cuales se haya topado uno a lo largo de su vida.
Los cuentos son muy difíciles de escribir tanto para adultos como para niños. Conseguir la atención y plantear una historia con su principio y su fin en tan pocas páginas, es, como se suele decir, un auténtico encaje de bolillos.
Hoy he elegido un cuento, que será el primero de otros muchos que me gustaría dar a conocer por si alguien aún no se ha encontrado con ellos y desea abrirlos. Cuentos, que me han gustado, y, en ocasiones, no sabría decir porqué, y esos, justamente, son los que más me gustan. Esos que terminan tan sutilmente como empiezan y te dejan un insuperable sabor de boca, que pocas novelas pueden llegar a conseguir.
Vernon Lee, cuyo verdadero nombre era Violet Paget (1856-1935), publicó un estudio sobre la música italiana del siglo XVIII, con tan sólo veinticuatro años. Fue tan completo que desde ese momento, fue considerada una especialista en la materia. Pero Lee dio un paso más y cultivó no sólo la crítica, sino también la novela, el relato, el ensayo…Aunque era inglesa, vivió casi toda su vida en Florencia. La fantasía de Lee es infinita, es cuidada y elegante. En 2006 la editorial Atalanta publicó el libro “La voz maligna”, cuyo título original es “The Wiked Voice”, donde se reúnen tres de sus mejores cuentos fantásticos. El que aquí voy a destacar es el titulado “La muñeca”. Este cuento trata sobre una coleccionista de arte que se encuentra con un objeto fascinante cuando en uno de sus viajes visita un palacio de una familia noble. La extraña adquisición cambiará su vida.
Esta es la descripción que Lee hace del palacio:

“El palacio era inmenso. Había un salón de baile tan grande como una iglesia, varias salas de recepción con pisos sucios y mobiliario del XVIII, opaco y ajado, y un fastuoso aposento tapizado de satén amarillo y oro donde había dormido cierto emperador; unos estantes horribles con fotografías descoloridas en las paredes, dos biombos muy ordinarios y unos cojines de lana de Berlín delataban que habían vivido allí ocupantes más actuales.”

Si aún os han quedado ganas de cuentos y objetos extraños, os invito a leer el siguiente comentario.

© 2009 Araceli Cobos

27Nov/09

LOS OJOS DE DAVIDSON. H.G. WELLS

anticuario
“Cerca de Seven Dials hubo, hasta hace un año, una pequeña tienda de aspecto muy destartalado sobre cuya puerta, en letras amarillas y gastadas por la intemperie, estaba escrito: “C. Cave, naturalista y anticuario”. El contenido del escaparate era curiosamente heterogéneo. Comprendía varios colmillos de elefante, un juego incompleto de piezas de ajedrez, algunas cuentas y armas, una caja con ojos de cristal, dos cráneos de tigre y uno humano, varios monos disecados comidos por las polillas (uno de ellos sostenía una lámpara), un armario pasado de moda, un huevo de avestruz o algo parecido ensuciado por las moscas, algunos aparejos de pesca y un acuario vacío, extraordinariamente sucio. Había además, en el momento en que comienza esta historia, una masa de cristal labrada hasta adquirir forma de huevo y pulida con esmero.”

Así comienza el cuento “El huevo de cristal”, de H.G.Wells que la editorial Atalanta ha recogido en un libro titulado “Los ojos de Davidson”cuyo título original es “ The Remarkable Case of Davidsons Eyes”. Herbert George Wells nació en Inglaterra en 1866. En 1888 se graduó en Biología en la Universidad de Londres. A Wells se le asocia, ahora y para siempre, con sus primeras admirables obras como: “La máquina del tiempo”, “La isla del doctor Moreau, “Los primeros hombres en la luna”, “El hombre invisible” o “La guerra de los mundos”.
Los expertos en Wells dicen que sus cuentos combinan con gran maestría la fantasía y la cincia-ficción, género del cual es considerado el padre fundador.
Al abrir “El huevo de cristal” nos vamos a encontrar con un personaje peculiar que con su extraña personalidad nos enganchará hasta el final, un anticuario, el señor Cave. En su tienda guarda con celo un huevo en el que cree ver un “país singular”, un “mundo visible” que mucho se le puede parecer, según el relato, al planeta Marte. La fascinación que produce sobre el señor Cave este objeto le ayudará a soportar una tediosa vida al lado de su mujer y sus hijastros.
En este párrafo se relata alguna de las cosas que el anticuario ve a través del cristal:

“…entre ellos había una multitud de criaturas aladas más pequeñas, semejantes a grandes libélulas, mariposas nocturnas y coleópteros voladores, mientras que por toda la gran extensión de césped escarabajos gigantescos de colores brillantes se arrastraban perezosamente de un lado a otro.”

© 2009 Araceli Cobos

24Nov/09

EL AMANTE DEL MAR. BENOÎTE GROULT

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La escritora francesa Benoîte Groult consiguió su mayor éxito editorial en 1988 con su novela “Les Vaisseaux du Coeur”, traducida al español como “El amante del mar”. Hay que abrir esta obra si uno quiere soñar, si alguien aún cree en amores blindados y auténticos.

George una muchacha parisina de buena familia pasa sus vacaciones en Bretaña y allí se enamora de un antiguo amigo de la infacia, ahora convertido en un atractivo pescador, Gauvain. Dos mundos diferentes les separan pero ellos se las ingeniaran para encontrarse durante toda su vida en diferentes partes del mundo, sáltandose las reglas de las vidas correctas que cada uno lleva por separado.

Primero París y después un archipiélago del océano Índico, y después…

El libro comienza con un prólogo divertido que aclara que lo que nos vamos a encontrar después no es una aburrida historia de amor como otra cualquiera, que, afortunadamente hay sexo y ternura a partes iguales y también ironía, algo muy de agradecer en una pareja de amantes.

El primer capítulo comienza así:

“Tenía dieciocho años cuando Gauvain, entró para siempre en mi corazón, sin que lo supiéramos, ni él ni yo. Sí, comenzó por el corazón o por lo que yo tomaba por corazón en aquella época y que no era más que la piel.”

Y aquí un fragmento de la primera visita de Gauvain a París:

“En los intervalos, por un prurito de decencia y para no someternos del todo a lo irracional, nos dedicamos a visitar la torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Louvre…El recorrido de los turistas tras el de los amantes. Dado que Gauvain no ha visitado nunca la capital, lo embarco en un bateau-mouche. Pero todos nuestros paseos se interrumpen bruscamente: apoyados el uno contra el otro, aguijoneados por el amor, fingimos, al principio, deambular como decorosos peatones, hasta que una mirada demasiado intencionada sobre mis senos, un roce involuntario de su fornido muslo, un modo de mirar en el que adivino algo muy distinto al interés por la fachada del Louvre, nos llevan de regreso a nuestra habitación del hotel, disimulando a duras penas una premura que nos sonroja un poco.”

¿Quién puede resistirse a esta historia del rudo bretón y la fina parisina?

Y también, por supuesto, hay frases para la reflexión, como éstas:

«La decisión de emparejarse por un sentimiento de ternura, cuando ya se ha tenido la experiencia de un «matrimonio para toda la vida» y de una pasión llamada carnal, puede constituir una aventura deliciosa. En este estadio de la existencia, el amor lo es todo, por supuesto, y al mismo tiempo ya no lo es todo.»

«Sentada junto a su figura enmudecida, durante sus últimos días pasados en estado de coma, descubrí horrorizada que en adelante, mientras siguiera existiendo, nunca más podría pronunciar por teléfono la sencilla frase de : «¡Hola, mamá!¿Eres tú?». Al desaparecer, se llevaba consigo la primera palabra de nuestro lenguaje, la que me confería seguridad en la vida. La primera traición de una madre, a veces la única, es abandonarnos de este modo, sin alertarnos en voz alta.»

© 2009 Araceli Cobos

12Nov/09

LA LUNA NUEVA. TAGORE

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Abrir un libro de Tagore es imprescindible. Pero cuidado porque con Tagore uno puede darse cuenta de la realidad de la forma más dulce que es quizás la más dolorosa. Hay libros imposibles de olvidar, uno de ellos es : “La luna nueva” una colección de poemas donde el escritor de Calcuta, ahonda en el mundo de la infancia. Cuenta de una forma desgarradora el amor de la madre por el hijo, y del hijo por la madre, por eso sería muy interesante que tanto madres como hijos, en algún momento de sus vidas, lo leyeran. Uno de los relatos más bellos, en mi opinión es el titulado “La llamada”

“¡Qué oscura era la noche en que se fue! Todos dormían. También hoy está la noche oscura, y yo la llamo: “Vuelve, cariño; el mundo se ha dormido; y nadie sabrá nunca que has venido un momento, de no ser las estrellas que nos miran.” (…)

Los que estaban jugando continúan sus juegos; así de derrochadora es la vida. Yo escucho su alborozo y te llamo: “Vuelve, cariño; el corazón de tu madre va rebosando amor; si tú vinieras por un beso tan solo, nadie lo envidiará.”

Otros versos igual de intensos están recogidos en “Así es el niño”

«Si se lo propusiera el niño podría salir volando ahora mismo por el cielo.

Pero hay algo que le hace no dejarnos.

Le encanta descansar su cabeza en el pecho de su madre, y no puede soportar la idea de perderla de vista.
(…)

El niño no sabe llorar. Vivía en el mundo de la dicha perfecta.
Pero por algo eligió derramar lágrimas.

Pues aunque con la sonrisa de su amoroso rostro se gana el corazón de su madre, sus lagrimitas por congojas de nada le ayudan a tejer una doble atadura de compasión y amor».

© 2009 Araceli Cobos