LA CENA. HERMAN KOCH

«Si tuviese que dar una definición de la felicidad, diría lo siguiente: la felicidad se basta a sí misma, no necesita testigos. «Todas las familias felices se parecen entre sí, pero cada familia desdichada ofrece un carácter peculiar», reza la primera frase de Ana Karenina, de Tolstói. Sólo me atrevería a añadir que las familias desdichadas, y sobre todo los matrimonios desdichados, nunca pueden estar solos. Cuantos más testigos tengan, mejor. La desdicha busca siempre compañía. La desdicha no soporta nunca el silencio, sobre todo los silencios incómodos que se producen cuando se está a solas.» 

Les invito a una cena, en un restaurante exclusivo de Ámsterdam. Todo está pensado y escrito por el autor de los Países Bajos Herman Koch ( Arnhem,1953), todo un descubrimiento para mí. Aviso de que ya hay dos parejas sentadas a la mesa. A continuación hago las presentaciones:

Claire y su marido Paul Lohman, Serge Lohman y su mujer Babette. Serge y Paul son hermanos. Claire y Paul no tienen ninguna gana de asistir a la cena. Serge es un conocido político nacional y un futuro primer ministro de Holanda. A pesar de que es su hermano, Paul se siente incómodo con Serge pero hay citas que no se pueden eludir y ésta es una de esas. Claire tampoco desea ir, está inquieta, cree que algo sucede con Michael, su hijo de dieciséis años, su único hijo. Paul sabe lo que ocurre con el muchacho pero no se lo quiere contar a su mujer. Paul se pregunta: «¿Cómo habría sido esa noche si, apenas una hora antes, me hubiese quedado abajo esperando el momento de irnos al restaurante, en vez de subir la escalera y entrar en el cuarto de Michael?»  Serge y Babette tienen tres hijos, Rick, de la misma edad que Michael, Valerie de trece años y Beau.

Aperitivo:

-Champán rosado

-Aceitunas griegas, del Peloponeso, ligeramente aliñadas con la primera cosecha de aceite de oliva virgen del norte de Cerdeña y rematadas con romero de «cosecha propia

Entrantes:

-Cangrejos de río aderezados con vinagreta de estragón y cebolla

-Rebozuelos de los Vosgos

-Chablis

-Mollejas de cordero marinadas en aceite de Cerdeña con rúcula con tomates procedentes de Bulgaria

-Queso de cabra caliente con canónigos, piñones y nueces picadas

-Vitello tonnato

-Ostras

Los cuatro hablan de vinos, de la última película de Woody Allen, de las adopciones, la menopausia,… pero nadie se atreve a abordar el tema que les ha obligado a citarse en el restaurante. Un tema espinoso que nunca esperaron tener que tratar en toda su vida. Nadie está preparado para este tipo de cosas, pero todos los padres serían capaces de hacer cualquier cosa para proteger a sus hijos, por muy grande que fuera el mal que habrían hecho. Por encima de las normas sociales, del cumplimiento de éstas, está el amor a un hijo. Las familias acomodadas también tienen problemas con sus cachorros, esos niños muchas veces malcriados a los que consentimos todo y pocas veces atendemos de forma adecuada. Michael y Rick se han metido en un buen lío.

Segundo:

-Filete de gallina de Guinea envuelto en finas lonchas de tocino alemán

-Turnedó

-Discos de lasaña de berenjena con ricotta

Debido a un despiste, Paul ha cogido el teléfono de Michael. Ha visto que él y su primo Rick han grabado un video golpeando a un mendigo. El padre no da crédito. Michael era un hijo ejemplar:

«Michael jugaba al fútbol y al tenis y desde hacía seis meses se había apuntado al gimnasio. No fumaba, era muy comedido con el alcohol y en más de una ocasión había mostrado su rechazo a las drogas, ya fuesen blandas o duras. Llamaba «muermos» a los porretas de su clase, y Claire y yo estábamos encantados . Contentos de que nuestro hijo no mostrara problemas de conducta, que rara vez hiciera novillos y siempre llevase los deberes hechos. Era un estudiante excelente, aunque no se mataba estudiando, sólo se esforzaba lo justo, y nunca recibíamos quejas. Las notas eran por lo general «correctas», sólo en Educación Física siempre sacaba un diez.»

Hasta el capítulo 21 el escritor no nos desvela lo que ha sucedido, han quemado a una mendiga, una indigente, han hecho algo peor que pegar una paliza a un mendigo como ya hicieron. Esos chicos buenos, adolescentes, de familias blancas y acomodadas, que cuando beben un poco más de la cuenta…

Con que ironía maestra, impecable e implacable narra Koch las conductas de los chicos y las impresiones de sus padres cuando quieren justificar lo injustificable.

Postres:

-Porfait elaborado con moras del huerto, chocolate casero, virutas de almendras y nueces picadas

-dame blanche, helado de vainilla con salsa de chocolate

-Queso

-Espresso

-Grappa

Han llegado a los postres y, por fin, hablan de sus hijos, del «incidente» para encontrar una solución. Intentan disculparles.

Digestivo:

En ocasiones, para entender los comportamientos de los hijos, tenemos que echar la vista atrás y analizar los nuestros, los que tenemos como padres. En una ocasión Paul tiene una discusión con el director del instituto de Michael, metáfora, en mi opinión, de lo que hará después el chico con la mendiga en el cajero automático.

«No recuerdo si se dijo algo más. El caso es que de pronto estaba de pie. Me había levantado de la silla y miraba al director. Lo que sucedió a continuación se debió en gran parte a la diferencia de altura y al hecho de que el hombre siguiera sentado mientras yo lo miraba desde arriba, podría decirse que me erigía por encima de él. Era una suerte de ley tácita, como el agua que fluye de arriba abajo o, para seguir con los perros, el hecho de que el director estaba en desventaja por estar sentado, una posición más vulnerable. Lo mismo sucede con los perros. Durante años, se dejan alimentar y acariciar por su amo, no hacen daño ni a una mosca, son una delicia de mascota; pero de pronto, un buen día, el amo pierde el equilibrio, da un traspié y se cae. En un abrir y cerrar de ojos, los perros se le echan encima, le hincan los colmillos en el cuello y lo matan a mordiscos, a veces desgarrándolo por completo. Es el instinto; lo que cae es débil, lo que está en el suelo constituye una presa.»

Propina:

«Claire y yo. Claire, Michael y yo. Compartimos algo. Algo que antes no existía. Seguramente no compartíamos lo mismo los tres, pero quizá tampoco fuese necesario. No hay que saberlo todo del otro. Afortunadamente los secretos no estorbaban.»

¿Qué ocurrirá con los chicos? ¿Hay alguno más implicado? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los padres para salvar a sus hijos y sus carreras? ¿Qué más secretos esconden?

Deben abrir el libro y sentarse con ellos para degustar un cena que no les dejará indiferentes, les cuestionará muchas cosas y les hará reflexionar sobre muchas otras. Este libro fue «la sorpresa editorial del año 2009 en Holanda».

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