HERTA MÜLLER. EN TIERRAS BAJAS
En una ocasión leí una entrevista a Herta Müller (Nitkzydorf, 1953) en la que explicaba que según ella la literatura describe realidades, realidades inventadas, y con ello interviene en la vida de los que leen esos libros. Me parece una frase acertadísima e insuperable para definir el poder de la literatura. El poder de transportarnos a mundos que no son los nuestros y que de repente lo son, a personas que no conocemos y que de repente interiorizamos, a problemas que no tenemos o no creíamos tener y de repente están ahí, si, ahí y son los mismos que nosotros padecemos.
Herta Müller, premio nobel de literatura 2009, creció en Rumanía. Descendiente de suabos emigrados a este país, es escritora en lengua alemana. Es única porque en sus trabajos, de forma bella e inteligente, mezcla la dulzura de la poesía con la fuerza de la prosa.
Su primer libro “Niederungen” traducido al español como “En tierras bajas” se publicó años después de estar en la editorial y con recortes impuestos por la censura rumana. El libro se compone de unas bellísimas y duras narraciones breves sobre la vida de un pueblo alemán, el suabo, el de la propia escritora, emigrado a Rumanía. Todo está contado desde la perspectiva de una niña. La niña nos relata la vida cotidiana de su gente, sus incertidumbres, sus problemas, sus temores, sus represiones, sus costumbres…
Es muy difícil elegir uno de estos relatos que llegan directamente al corazón. Como se que volveré a abrir a frau Müller, hoy me quedaré con este: “El baño suabo”. Un pequeño relato que habla de eso, del momento en que una familia de suabos se dispone a bañarse. Así de sencillo y así de hermoso lo cuenta Müller:
“La madre se mete en la bañera. El agua aún está caliente. El jabón hace espuma. La madre se restriega unos fideos grises del cuello. Los fideos de la madre nadan sobre la superficie del agua. La bañera tiene un borde amarillento. La madre sale de la bañera. El agua está caliente. El jabón hace espuma. El padre se restriega unos fideos grises del pecho. Los fideos del padre nadan junto con los fideos de la madre sobre la superficie del agua. La bañera tiene un borde parduzco. El padre sale de la bañera. El agua aún está caliente, le dice el padre a la abuela. La abuela se mete en la bañera. El agua está tibia. El jabón hace espuma. La abuela se restriega unos fideos grises de los hombros. Los fideos de la abuela nadan junto con los fideos de la madre y del padre sobre la superficie del agua. La bañera tiene un borde negro. La abuela sale de la bañera. El agua aún está caliente, le dice la abuela al abuelo. El abuelo se mete en la bañera. El agua está helada. El jabón hace espuma. El abuelo se restriega unos fideos grises de los codos. Los fideos del abuelo nadan junto con los fideos de la madre, del padre y de la abuela sobre la superficie del agua. (…) La familia suaba se instala, recién bañada, ante la pantalla del televisor. La familia suaba, recién bañada, aguarda la película del sábado por la noche.”
El relato es fantástico por su ironía, por su estructura, por las descripciones sencillas y directas. Como cambia el agua de temperatura, como la bañera se va ensuciando, y como después, todos están limpios y contentos y dispuestos a pasar la noche del sábado frente al televisor como otra familia cualquiera, de cualquier parte del mundo.
Abrir cualquiera de los relatos de Müller es una delicia. “Mi familia”, o “La oración fúnebre”, o el que da título al libro, “En tierras bajas”. Está editado por Siruela.
La escritora rumana destaca por sus relatos acerca de las duras condiciones de vida en Rumanía bajo el régimen comunista de Nicolae Ceausescu y destaca como una dictadura puede deteriorar las relaciones humanas.
Otros de los libros traducidos al español de Müller son:
“El hombre es un gran faisán en el mundo”, (“Der Mensch ist ein grosser Fasan auf der Welt”), “La piel del zorro”(“Der Fuchs war damals schon der Jäger”) y “La bestia del corazón” (“Herztier”).
© 2009 Araceli Cobos