Archivos de la categoría: NICOLÁS GUILLÉN

23Abr/10

AL SON DE NICOLÁS GUILLÉN

AL-SON-DE-NICOLaS-GUILLeN

¡Qué bonitos son todos los poemas de Nicolás Guillén! Que ganas le dan a uno de cantarlos aunque no sean canciones o de bailarlos aunque no tengan partitura. Son los de Guillén, poemas frescos, irónicos, verdaderos, hechos, y se nota, desde lo más profundo de su corazón.
Nicolás Guillén (Camagüey, Cuba 1902, La Habana, Cuba 1989) hizo de su producción poética la representación de la poesía negra o afroantillana.
Su militancia comunista, que data de 1937, le valió prisiones y persecuciones pero tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, desempeñó cargos diplomáticos de relieve.
En 1954 fue galardonado con el Premio Lenin de la Paz.
Nicolás Guillén es el poeta de los niños, de los adolescentes y de los adultos, y de los viejos también, por eso, siempre es un placer leerlo.
Me lleva persiguiendo el cubano toda la vida, y menos mal. Adoro esa primera poesía que se le queda a uno en el corazón para siempre cuando es aún un niño. Se titula “Por el mar de las Antillas “ y dice así:

“Por el mar de las Antillas
anda un barco de papel:
anda y anda el barco barco,
sin timonel.

De La Habana a Portobelo,
de Jamaica a Trinidad,
anda y anda el barco barco,
sin capitán.

Una negra va en la popa,
va en la proa un español:
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.

Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más:
anda y anda el barco barco,
sin descansar.

Un cañón de chocolate
contra el barco disparó,
y un cañón de azúcar, zúcar
le contestó.

(…)”

Las historias de Sapito y Sapón son inolvidables, el poema “Dos Venaditos”, o “¿Quién?”.

Cuando eres adolescente y adulto te topas con otro Guillén y le vuelves a adorar por su vitalidad. Y escuchas “Soldadito boliviano” cantada por Paco Ibánez, o escuchas “Me matan si no trabajo” cantada por Ana Belén, y le entiendes aún mejor.

“Soldadito de Bolivia,
soldadito boliviano,
armado vas con tu rifle,
que es un rifle americano,
soldadito de Bolivia,
que es un rifle americano.

Te lo dio el señor Barrientos,
soldadito boliviano,
regalo de mister Johnson,
para matar a tu hermano,
para matar a tu hermano,
soldadito de Bolivia,
soldadito boliviano.

¿No sabes quien es el muerto,
soldadito boliviano?
El muerto es el Che Guevara,
y era argentino y cubano,
soldadito de Bolivia,
y era argentino y cubano.

(…)

Pero aprenderás seguro,
soldadito boliviano
que a un hermano no se mata,
que no se mata a un hermano,
que no se mata a un hermano,
soldadito de Bolivia,
que no se mata a un hermano.”

***

“Me matan si no trabajo,
y si trabajo me matan.
Siempre me matan, me matan, ay,
siempre me matan.

(…)

Ayer vi un niño jugando
a que mataba a otro niño.
Hay niños que se parecen
a los hombres trabajando.
Ay, quién les dirá cuando crezcan
que los hombres no son niños,
que no lo son.”

© 2009 Araceli Cobos