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05Mar/14

LEOPOLDO MARÍA PANERO. TAN FRÁGIL COMO UN VERSO

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«Cuentan que la Bella Durmiente
nunca despertó de su sueño.»

También se fue Leopoldo María Panero (Madrid 1948, Las Palmas de Gran Canaria 2014), el último de los hermanos Panero que quedaba vivo, otro maldito, otro gran poeta, otro al que llamaban loco. A mi no me gusta esta palabra. Porque, como ya dije en el post dedicado a su hermano fallecido el año pasado Juan Luis Panero, yo le conocí en Las Palmas de Gran Canaria, en el año 2003, cuando trabajaba allí de periodista, y me pareció un hombre enfermo, pero, por momentos cuerdo, demasiado cuerdo, tanto como para volverse loco, como le llamaban.
Como comenté no le hice una entrevista pero hablamos, charlamos, porque fue un encuentro casual, y me pareció que me dijo mucho más que si le hubiese entrevistado, seguro.
Hoy es un día triste porque se han ido, con el autor de «Así se fundó Carnaby Street», todos los Paneros, ya que quedaban todos aún en él, en este símbolo de la poesía de los novísimos, de la poesía española contemporánea, de la poesía esencial, esa que les invito a abrir de nuevo.
Fascinado por la izquierda radical estuvo en prisión por su militancia antifranquista. Estudio dos carreras, Filosofía y Letras en Madrid y Filología Francesa en Barcelona.
La película de Jaime Chávarri «El desencanto», de 1976, es un documento único para conocer a esta familia llena de talentos y de vidas a la vez que poderosas, frágiles, tan fuertes como un poema, tan frágiles como un verso. Así eran ellos.
Aquí les dejo uno de los tantos y tantos poemas de Panero, de esos de tantos y tantos que me gustan. Se titula «Dedicatoria».
El post ha comenzado con unos versos que conforman su poema «Érase una vez».

«Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.»