El MUNDO VISTO DESDE EL CIELO. ANGELES CASO

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En muchas de las entrevistas que Ángeles Caso ha concedido la he escuchado hablar de su padre con un inmeso cariño y admiración. El libro que hoy vuelvo a abrir es un libro elegante, bello, bien estructurado. Es un libro de Caso, quizás el que, hasta ahora, más me ha gustado de ella. Tiene algo de mágico, tiene mucho de la escritora, y mucho de su vida, pero oculto entre párrafos que hablan de sus pasiones: la naturaleza, la pintura o la música. Pasiones que le inculcó su padre desde bien pequeña, como ella misma ha dicho en alguna ocasión.
“El mundo visto desde el cielo” , en mi opinión tiene mucho de compilación de recuerdos de su infancia y adolescencia, pero es, claro está, sólo mi percepción sobre la obra.
En la novela, editada por Planeta, se habla de cómo el arte puede llegar a ya no sólo a formar una gran parte de la vida de una persona, sino a ser su propia vida. El arte llega a ser una enredadera que trepa por dentro del artista hasta llenarlo, hasta que tiene que respirar por sus hojas olvidando que él mismo existe o que solamente existe para crear, y nada más.
Esto le sucede al protagonista de la obra Julio Canac. Un personaje con mucha personalidad pero atrapado entre el amor por Áurea, las telas y su pasado. Se le oculta la vida, la verdadera, la que él quiere vivir. La escritora asturiana lo resume así en uno de los párrafos del libro:
“Tal vez la vida a menudo se nos oculte. Vamos viviéndola, rutina, horarios, deberes, costumbres, creemos que vamos viviéndola, y ella está sin embargo escondida, agazapada detrás de un matorral de menudencias, lanzando a nuestro paso tenues crujidos, insignificantes corrientes de aire que nuestra conciencia no percibe.”

Canac fue abandonado de pequeño por su madre. El cuadro “La Tempestad”, de Giorgione le persigue. Le atormenta su pasado pero lo entiende. Y eso es lo que le pide durante todo el libro a su hija Aline, comprensión, porque a él se le escapó de entre las manos. Dejó a su hija y agarró el pincel, lo mismo que con él hiciera su madre, dejarle abandonado por un amor más fuerte que ella, el de un hombre desconocido.
Dos personajes auténticos, Canac y Áurea, pasionales, cada uno a su manera, a los que uno no sabe si odiar o querer durante todo el libro. Se conocen en un autobús, se enamoran pero cada uno guarda un secreto, un secreto que se volverá VERDE. Y el verde para Canac significa el final, o el principio, quién sabe. Él la ve como una odalisca, como un ser perfecto. Ella no sabemos si le venera, si le veneró alguna vez, si le quiere de verdad, o nunca le quiso, y ahí radica el encanto de Áurea.
En una ocasión Canac le pregunta si quiere ser su musa y ella le responde:

“No. Tu musa no. ¡Qué estupidez! Quiero ser la esclava de tu genio. Yo ordenaré tus tubos, limpiaré tus pinceles, cogeré tu teléfono, prepararé tu comida, barreré tu estudio, impediré que nadie haga ruido a tu lado, seré tu guardiana, tu cocinera, tu criada, tu secretaria, tu chófer, tu madre, tu amante…Y tú me lamerás, cuando quieras descansar, como un perro. Tú serás el perro de mi cuerpo. Yo seré la perra de tu pintura.”

Deja en el libro algunas reflexiones Caso que me gustaría dejar escritas aquí, por si nos sirven en algún momento:

“Pero ya sabes, nada eres si no veneras a los pintores más cotizados, nada eres si no has leído el libro del que todo el mundo habla, nada eres si no dices que te gusta lo que todo el mundo dice que le gusta hasta que alguien se atreve a decir que no le gusta y entonces todos dicen que no les gusta como ha dicho alguien y como han dicho todos…Mentiras, mentiras, mentiras…Necedades. Somos una panda de necios fin de siglo, Aline, una panda de ateos sacralizando lo humano porque añoramos irremediablemente lo divino.”

“Qué ridículo es el amor después del amor, Aline. Qué vergonzante y vulgar y sentimental y ridículo. No es cierto que deje nostalgias, irreparables añoranzas de lo perdido.”

Que me perdone Caso pero “El mundo visto desde el cielo” me ha traído el recuerdo de una película de Roman Polanski Bitter Moon donde Peter Coyote se enamora perdidamente de Emmanuelle Seigner hasta que a ellos también les llega el final. Del autobús al olvido, como Canac y Áurea.
Y al hilo de todo esto les invito a que se pasen por el blog que la escritora tiene en el diario Público. Un blog de temas de actualidad donde Caso da sus opiniones, entre ellas, que casualidad, las generadas por el caso Polanski.

© 2009 Araceli Cobos

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