DESPISTES Y FRANQUEZAS DE BENEDETTI Y MUCHO MÁS
Mario Benedetti (Paso de los Toros, Uruguay, 1920- Montevideo, Uruguay, 2009) es uno de los pocos escritores que me ha hecho llorar. Fue hace mucho, por culpa de su libro “Despistes y franquezas”. Dentro de este libro, precioso, completo, irónico, inteligente e imprescindible, se encuentra el relato “Pacto de sangre”. Este relato, que cada vez que lo leo, me sigue haciendo llorar y reir, pero más llorar, trata de un abuelo que vive postrado en una cama en casa de su hija y su yerno. Ellos creen que no habla, pero su nieto, Octavio, descubre que puede hacerlo. Desde ese momento deciden guardar el secreto y hacen un pacto de sangre. El abuelo, que no sabe que hacer con las horas que pasa tumbado, imagina cuentos para su nieto hasta que ocurre algo inesperado. El relato es todo ironía y ternura , no se lo pierdan.
Aquí les dejo un par de fragmentos:
“Viene mi hija por la mañana temprano y no me dice qué tal papá sino qué tal abuelo, como si no proviniera de mi prehistórico espermatozoide. Viene mi yerno al mediodía y dice qué tal abuelo. En él no es una errata sino una muestra de afecto, que aprecio como corresponde, ya que él procede de otro espermatozoide, italiano tal vez puesto que se llama Aldo Cagnoli. Qué bien, me acordé del nombre completo. A uno y a otro les respondo siempre con una sonrisa, un cabeceo conformista y una mirada lacrimosa como de costumbre, pero inteligente. Esto me lo estoy diciendo a mí mismo, de modo que no es vanidad ni presunción ni coquetería senil, algo que hoy se lleva mucho.”
“Ducharme no. Eso no podría hacerlo sin ayuda, pero para mi higiene general viene una vez por semana (me gustaría que fuese más frecuente, pero al parecer sale muy caro) el enfermero y me baña en la cama. No lo hace mal. Lo dejo hacer, qué más remedio. Es más cómodo y además tiene una técnica excelente. Cuando al final me pasa una toalla húmeda y fría por los testículos, siento que eso me hace bien, salvo en pleno invierno. Me hace bien, aunque, claro, ya nadie puede resucitar al muerto. A veces, cuando voy al baño, miro en el espejo mis vergüenzas y nunca mejor aplicado el término. Mis vergüenzas. Unas barbas de chivo, eso son.”
El relato “Miles de ojos”, que trata de la vida cotidiana de un ex torturador es muy interesante. “Triángulo isósceles” habla de la ex actriz Fanny Araluce y como se las ingenia para demostrar que es una gran actriz. Fántastico también. Por cierto este relato me recordó a uno de Oscar Wilde titulado “La actriz” igual de brillante e interesante. En “El ruido y la imagen” se alaba a la palabra escrita por encima de la imagen, una gran reflexión. “El Niño Cinco Mil Millones”, por su realismo es duro e impactante. “El puercoespín mimoso” es entretenido y gracioso. Y así puede uno seguir hablando de tantos despistes y tantas franquezas del genial Benedetti.
También se incluyen en esta obra varios poemas de los que dejo aquí algunos versos:
De “Cava memorias”:
La soledad es un desierto
está en litigio
no tiene sombra
y es puro hueso.”
De “La roca”:
“La indiferencia de la roca
me conmueve y me aplaza.
(…)
no obstante apuesto a que
la indiferencia de la roca
quiere comunicarnos
una alarma infinita.”
De “Enigmas”:
“Todos tenemos un enigma
y como es lógico ignoramos
cuál es su clave su sigilo
rozamos los alrededores
coleccionamos los despojos
nos extraviamos en los ecos
y los perdemos en el sueño
justo cuando iba a descifrarse.”
Benedetti perteneció a la Generación del 45. Tras el Golpe de Estado en Uruguay en 1973 debe abandonar el país y se exilia a Buenos Aires, posteriormente a Perú, Cuba y Madrid. Su obra, extensísima, abarcó la narrativa, el drama y la poesía. Su voz recitando sus poemas fue grabada en varias ocasiones en compañía de Daniel Viglietti. Joan Manuel Serrat musicalizó varias de sus poesías en el disco “El sur también existe”.
etiquetas: Mario Benedetti, Despistes y franquezas, escritores uruguayos, Golpe de Estado en Uruguay, Joan Manuel Serrat, Daniel Viglietti, El sur también existe, Generación del 45, escritores latinoamericanos, literatura latinoamericana, Oscar Wilde, La actriz.
© 2011 Araceli Cobos