COMETAS QUE VUELAN, NADIA ANJUMAN Y SUS VERSOS VIVOS
Hace unos días, y por casualidad, pude ver en la televisión alemana una gran película titulada, “The kite runner” o lo que nosotros traduciríamos como “El volador de cometas”. La cinta está basada en el libro del mismo nombre del escritor Khaled Hosseini (Kabul, 1965). La historia nos lleva hasta el Afganistán de los años 60, cuando aún el país estaba libre del sometimiento talibán. La historia, sencilla trata sobre la amistad y la cobardía del ser humano.
Si ustedes tienen la posibilidad de ver la película les aseguro que no la olvidarán.
Esta película y la situación en Afganistán me sirven para hoy rendir homenaje a una poetisa afgana que fue asesinada en 2005 por su marido. Se llamaba Nadia Anjuman (1980). Según lo que he leído, el hombre le propinó una paliza cuando ella empezó a ser reconocida por su trabajo. Al parecer, el marido no pudo soportar que publicara su primer libro de poemas en 2005, cuando aún era una estudiante de la Universidad de Herat, titulado “Flor roja obscura” muy difundido en Afganistán, Irán y Pakistán. El asesino estuvo un mes en la cárcel y ahora, libre, tiene la custodia de la hija de ambos, que en el momento del asesinato contaba con seis meses de edad.
Este suceso fue el detonante para que el escritor afgano, residente en París, Atiq Rahimi (Kabul, 1962) escribiera “La piedra de la paciencia”, galardonada con el premio Goncourt y en la que denuncia la violencia, las guerras y la desigualdad entre sexos.
Durante el régimen Talibán, Anjuman y otras escritoras del Círculo Literario de Herat estudiaron a escritores prohibidos como William Shakespeare o Fyodor Dostoevsky. Si hubieran sido atrapadas, hubieran corrido el riesgo de ser colgadas.
Hace un año leí un artículo en El País sobre un sitio web impulsado por una periodista americana que logró reunir 40 voces femeninas que a través de Internet habían encontrado la manera de infringir el silencio impuesto por los talibanes. El sitio web es el Afgan Woman Writing Project (AWWP).
El proyecto AWWP empezó en 2009, impulsado por la escritora y periodista americana Masha Hamilton, que estuvo en Afganistán como reportera en 2004 y 2008.
En 2007, Hamilton lanzó una iniciativa para llevar libros a las aldeas olvidadas de Kenia, otro país donde trabajó de periodista.
Hamilton, a través de las ayudas de otras mujeres volcadas en proyectos humanitarios en Afganistán, consiguió que algunas afganas aceptaran escribir sus historias y las enviasen por Internet. Todo un riesgo en un país donde el poder de los talibanes aún dicta ley en algunas provincias.
Antes de dejarles con los versos de Anjuman, me gustaría que se dieran una vuelta por el blog del gran periodista Ramón Lobo. Se llama “En la boca del lobo”. El 13 de noviembre de 2009 escribió un artículo titulado “Cuadernos de Kabul: Zabur, el volador de cometas”. Lo tienen que leer para comprender que siente un niño afgano con el simple vuelo de una cometa, con ese pequeño deseo de libertad entre sus manos.
“Todo depende del nailon”, explica Zabur. “Si es bueno y sabes hacer volar la cometa cortarás muchas de las que están cerca de ti. Si el nailon no es bueno sólo conseguirás golpear a la otra cometa, nunca derribarla”. Uno bueno cuesta más que una cometa. Dependiendo del gusto y las manías del volador de cometas son necesarios mil o dos mil metros. “Cuando corto una, el otro niño no se enfada. No dice nada. Sólo recoge la suya y se va a casa. Cuando me cortan a mi tampoco me enfado. Sólo recojo mi cometa y voy a casa a pegarle celo en los rotos. Sólo juego los viernes que hay viento. En los demás días voy al colegio”.
Ramón Lobo (Lagunillas, Zulia, Venezuela, 1955) es un periodista y escritor español. Es hijo de padre español y madre inglesa y desde 1960 está afincado en España.
Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, desde 1975 trabajó en diversos medios de comunicación como, Radio Intercontinental, El Heraldo de Aragón, Radio 80, Actual, La Voz de América, Expansión, Cinco Días, La Gaceta de los Negocios y El Sol.
Desde agosto de 1992 destaca su faceta como periodista de guerra del diario El País, cubriendo conflictos y guerras en todos los continentes: Croacia, Serbia y Kosovo, Bosnia-Herzegovina, Albania, Chechenia, Irak, los Territorios Palestinos, Líbano, Argentina, Haití, Ruanda, Nigeria, Guinea Ecuatorial, Sierra Leona, Uganda, Congo, Zimbabue, Namibia, Afganistán o Filipinas.
Entre sus trabajos se encuentran se encuentran “El héroe inexistente”, dividido en tres bloques: La guerra de los Balcanes, desde Bosnia-Herzegovina hasta Kosovo-Serbia; los conflictos en Chechenia, Irak y Haití, y las guerras africanas en Ruanda, Zaire, República del Congo, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona, y el libro “Isla África” situado en la guerra de Sierra Leona y los niños-soldado.
Y ahora llega el turno del bello verso de Anjuman en homenaje a todas las mujeres que sufren detrás de un burka, detrás de cualquier tipo de velo, detrás de cualquier hombre, de cualquier guerra, de cualquier incomprensión.
“Estoy enjaulada en esta esquina
llena de melancolía y pena…
mis alas están cerradas
y no puedo volar…
Soy una mujer afgana
y debo lamentarme.”
© 2011 Araceli Cobos