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15Feb/11

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR…, DECÍA LUIS CERNUDA

SI-EL-HOMBRE-PUDIERA-DECIR-LUIS-CERNUDA

“Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la
verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería al fin aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar
preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia
mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que
quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu,
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he
vivido.”

Este poema titulado “Si el hombre pudiera decir…”, escrito en 1931 y recogido en la obra “Los placeres prohibidos”, pertenece al escritor sevillano Luis Cernuda (Sevilla 1902, México, D.F 1963), que reunió todos sus libros bajo un título global y muy revelador: “La realidad y el deseo”. Así era su vida una continua batalla entre la realidad del mundo que le rodeaba, los límites que ésta le imponía y su verdadero anhelo, su deseo. Fue un inadaptado, un solitario, un dolorido. Ese carácter explica el porqué de su singularidad dentro del grupo de poetas de la generación del 27. Al comienzo, compartió con ellos algunas de las tendencias de éstos como el surrealismo o la poesía pura, pero pronto se desmarcó y edificó sus versos con sobriedad y gran profundidad.
Sin duda, Cernuda ocupa uno de los más altos puesto de la lírica española del siglo XX.
Leer a Cernuda es un placer muy doloroso.

“No es nada, es un suspiro,
pero nunca sació nadie esa nada
ni nadie supo nunca de qué alta roca nace.

Ni puedes tú saberlo, tú que eres
nuestro afán, nuestro amor,
nuestra angustia de hombres;
palabra que creamos
en horas de dolor solitario.

Un suspiro no es nada,
como tampoco es nada
el viento entre los chopos,
la bruma sobre el mar
o ese impulso que guía
un cuerpo hacia otro cuerpo.

(…)

Sombra, si tú lo sabes, dime;
deja el hondo fluir
libre sobre su margen invisible,
acuérdate del hombre que suspira
antes de que la luz vele su muerte,
vuelto él también de aire,
suspiro entre tus manos poderosas.”

Este poema de “Invocaciones” (1934-35), titulado “No es nada, es un suspiro”, empieza con una frase conversacional, esa frase con la que respondemos a alguien que nos oye suspirar. Cernuda, a partir de ahí, teje con sus versos su dolor, su anhelo, su vida.

© 2011 Araceli Cobos

11Feb/11

MIGUEL MIHURA. TRES SOMBREROS DE COPA

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Supongo que uno nunca olvida aquella primera obra de teatro que fue a ver siendo aún un niño o un adolescente. Yo recuerdo que la mía fue “Tres sombreros de copa” de Miguel Mihura en el precioso teatro Arriaga de Bilbao.
Miguel Mihura (Madrid, 1905, 1977) es, sin duda, el mejor ejemplo del buen teatro cómico de posguerra. “Tres sombreros de copa” es un hito fundamental del teatro actual. Se estrenó en 1953, sin éxito de público: su humor aún resultaba demasiado “nuevo”. Los diálogos están llenos de disparates y divertidos absurdos. Con el tiempo, el madrileño se acercó más a los gustos del público y obtuvo éxitos, que aunque no alcanzaron la altura de la obra citada, fueron deliciosos igualmente, como por ejemplo: “Maribel y la extraña familia”.
Como nadie es perfecto, durante la Guerra Civil, se refugió en San Sebastián con el bando nacional y militó en la Falange Española. Allí fue director de una revista de propaganda para los soldados del frente. Más tarde, en 1941, esta revista se convertirá en “La Codorniz”, considerada como el estandarte paródico de las convecciones sociales del momento.
A partir de la década de los cincuenta se produce ese cambio en la obra de Mihura que antes explicaba, la sátira se impone sobre el humor.
Participó en el guión de la película “Bienvenido, Mister Marshall en 1942 junto a Bardem y Berlanga.
Pero dejando a un lado sus amores políticos, nos centramos en el escritor y en su obra. Aquí les dejo un fragmento de “Tres sombreros de copa”. Si la abren se divertirán.

Dionisio es un joven bastante tímido que vive en un ambiente clásico y algo aburrido. Pronto va a casarse de una forma, convencional, como tiene que ser. Pero algo inesperado le va a suceder. La noche anterior, en el hotel donde se hospeda, coincide con una estrafalaria compañía de “music- hall”. Y surge lo que nadie podría imaginar, al lado de Paula, una bailarina de la compañía que le descubre otra forma de vivir, otro mundo. ¿Tendrá Dionisio valor para seguir a Paula?
El fragmento que les escribo a continuación pertenece al acto III, poco después de que Paula se haya enterado que Dionisio está prometido y va a casarse.

“DIONISIO: ¿Has tenido muchos novios?
PAULA: ¡Un novio en cada provincia y un amor en cada pueblo! En todas partes hay caballeros que nos hacen el amor… ¡Lo mismo es que sea noviembre o que sea en el mes de abril! ¡Lo mismo que haya epidemias o que haya revoluciones… ! ¡Un novio en cada provincia…! ¡Realmente es muy divertido…! Lo malo es, Dionisio, lo malo es que todos los caballeros estaban casados ya, y los que aún no lo estaban escondían ya en la cartera el retrato de una novia con quien se iban a casar…. Dionisio, ¿por qué se casan todos los caballeros…? ¿Y por qué, si se casan, lo ocultan a las chicas como yo…? ¡Tú también tendrás ya en la cartera el retrato de una novia…! ¡Yo aborrezco las novias de mis amigos…! Así no es posible ir con ellos junto al mar… Así no es posible nada… ¿Por qué se casan todos los caballeros…?
DIONISIO: Porque ir al fútbol siempre, también aburre.
PAULA: Dionisio, enséñame el retrato de tu novia.
DIONISIO: No.
PAULA: ¡Qué más da! ¡Enséñamelo! Al final lo enseñan todos….
DIONISIO: (Saca una cartera. La abre. Paula curiosea.): Mira…
PAULA (Señalando algo): ¿Y esto? ¿También un rizo de pelo…?
DIONISIO: No es de ella. Me lo dio madame Olga… Se lo cortó de la barba, como un pequeño recuerdo… (Le enseña una fotografía) Éste es su retrato, mira…
PAULA (Lo mira despacio. Después.): ¡Es horrorosa Dionisio…!
DIONISIO: Sí.
PAULA: Tiene demasiados lunares…
DIONISIO: Doce. (Señalando con el dedo). Esto de aquí es otro…
PAULA: Y los ojos son muy tristes… No es nada guapa, Dionisio…
DIONISIO: Es que en este retrato está muy mal… Pero tiene otro, con un vestido de portuguesa, que si lo vieras…(Poniéndose de perfil con un gesto forzado) Está así…
PAULA: ¿De perfil?
DIONISIO: Sí. De perfil. Así.
PAULA: ¿Y está mejor?
DIONISIO: Sí. Porque no se le ven más que seis lunares.
PAULA: Además, yo soy más joven…
DIONISIO: Sí. Ella tiene veinticinco años…
PAULA: Yo, en cambio… ¡Bueno! Yo debo de ser muy joven, pero no sé con certeza la edad mía… Nadie me lo ha dicho nunca… Es gracioso, ¿no? En la ciduad vive una amiga que se casó… Ella también bailaba con nosotros. Cuando voy a la ciudad siempre voy a su casa. Y en la pared del comedor señalo con una raya mi estatura. ¡Y cada vez señalo más alta la raya…! ¡Dionisio, aún estoy creciendo…! ¡Es encantador estar creciendo todavía…! Pero cuando la raya no suba más alta, esto indicará que he dejado de crecer y que soy vieja… Qué tristeza entonces, ¿verdad? ¿Qué hacen las chicas como yo cuando son viejas…? (Mira otra vez el retrato.) Yo soy más guapa que ella…!
DIONISIO: ¡Tú eres mucho más bonita! ¡Tú eres más bonita que ninguna! Paula, yo no me quiero casar. Tendré unos niños horribles… ¡y criaré el ácido úrico…!”

© 2011 Araceli Cobos

06Feb/11

DESPISTES Y FRANQUEZAS DE BENEDETTI Y MUCHO MÁS

DESPISTES-Y-FRANQUEZAS-DE-BENEDETTI

Mario Benedetti (Paso de los Toros, Uruguay, 1920- Montevideo, Uruguay, 2009) es uno de los pocos escritores que me ha hecho llorar. Fue hace mucho, por culpa de su libro “Despistes y franquezas”. Dentro de este libro, precioso, completo, irónico, inteligente e imprescindible, se encuentra el relato “Pacto de sangre”. Este relato, que cada vez que lo leo, me sigue haciendo llorar y reir, pero más llorar, trata de un abuelo que vive postrado en una cama en casa de su hija y su yerno. Ellos creen que no habla, pero su nieto, Octavio, descubre que puede hacerlo. Desde ese momento deciden guardar el secreto y hacen un pacto de sangre. El abuelo, que no sabe que hacer con las horas que pasa tumbado, imagina cuentos para su nieto hasta que ocurre algo inesperado. El relato es todo ironía y ternura , no se lo pierdan.
Aquí les dejo un par de fragmentos:

“Viene mi hija por la mañana temprano y no me dice qué tal papá sino qué tal abuelo, como si no proviniera de mi prehistórico espermatozoide. Viene mi yerno al mediodía y dice qué tal abuelo. En él no es una errata sino una muestra de afecto, que aprecio como corresponde, ya que él procede de otro espermatozoide, italiano tal vez puesto que se llama Aldo Cagnoli. Qué bien, me acordé del nombre completo. A uno y a otro les respondo siempre con una sonrisa, un cabeceo conformista y una mirada lacrimosa como de costumbre, pero inteligente. Esto me lo estoy diciendo a mí mismo, de modo que no es vanidad ni presunción ni coquetería senil, algo que hoy se lleva mucho.”

“Ducharme no. Eso no podría hacerlo sin ayuda, pero para mi higiene general viene una vez por semana (me gustaría que fuese más frecuente, pero al parecer sale muy caro) el enfermero y me baña en la cama. No lo hace mal. Lo dejo hacer, qué más remedio. Es más cómodo y además tiene una técnica excelente. Cuando al final me pasa una toalla húmeda y fría por los testículos, siento que eso me hace bien, salvo en pleno invierno. Me hace bien, aunque, claro, ya nadie puede resucitar al muerto. A veces, cuando voy al baño, miro en el espejo mis vergüenzas y nunca mejor aplicado el término. Mis vergüenzas. Unas barbas de chivo, eso son.”

El relato “Miles de ojos”, que trata de la vida cotidiana de un ex torturador es muy interesante. “Triángulo isósceles” habla de la ex actriz Fanny Araluce y como se las ingenia para demostrar que es una gran actriz. Fántastico también. Por cierto este relato me recordó a uno de Oscar Wilde titulado “La actriz” igual de brillante e interesante. En “El ruido y la imagen” se alaba a la palabra escrita por encima de la imagen, una gran reflexión. “El Niño Cinco Mil Millones”, por su realismo es duro e impactante. “El puercoespín mimoso” es entretenido y gracioso. Y así puede uno seguir hablando de tantos despistes y tantas franquezas del genial Benedetti.
También se incluyen en esta obra varios poemas de los que dejo aquí algunos versos:

De “Cava memorias”:

La soledad es un desierto
está en litigio
no tiene sombra
y es puro hueso.”

De “La roca”:

“La indiferencia de la roca
me conmueve y me aplaza.

(…)

no obstante apuesto a que
la indiferencia de la roca
quiere comunicarnos
una alarma infinita.”

De “Enigmas”:

“Todos tenemos un enigma
y como es lógico ignoramos
cuál es su clave su sigilo
rozamos los alrededores
coleccionamos los despojos
nos extraviamos en los ecos
y los perdemos en el sueño
justo cuando iba a descifrarse.”

Benedetti perteneció a la Generación del 45. Tras el Golpe de Estado en Uruguay en 1973 debe abandonar el país y se exilia a Buenos Aires, posteriormente a Perú, Cuba y Madrid. Su obra, extensísima, abarcó la narrativa, el drama y la poesía. Su voz recitando sus poemas fue grabada en varias ocasiones en compañía de Daniel Viglietti. Joan Manuel Serrat musicalizó varias de sus poesías en el disco “El sur también existe”.

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© 2011 Araceli Cobos

30Ene/11

RAMIRO PINILLA. LA GRAN GUERRA DE DOÑA TODA

RAMIRO-PINILLA-Y-LA-GRAN-GUERRA-DE-DOnA-TODA

Pocos libros son capaces de reunir, a la vez, inteligencia, ironía, humor y hasta un poquito de historia. Hay un libro especial al que tengo muchísimo cariño. Cariño por muchas razones que luego explicaré. Lo he leído en varias ocasiones y siempre me ha sorprendido. El libro lo escribió Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) en 1978. Pinilla es, simplemente, un genio de la literatura, un señor de la literatura, al que me encantaría conocer. “La gran guerra de Doña Toda”, la obra de la que quiero escribir hoy, debería ser de obligada lectura en los intitutos o en las universidades. Dicen que uno se ríe mucho con “El Quijote”, pero si ustedes tienen la oportunidad de abrir alguna vez “La gran guerra de Doña Toda” no podrán parar de sonreir. En mi opinión, es una obra maestra.
No es Ramiro Pinilla un escritor del que se hable mucho, ni tan siquiera su obra está reconocida como debería. Sin duda, no se le ha hecho la suficiente justicia a este domador de frases y de la palabra, a este sastre que escribe fino. Es cierto, que entre sus logros, figuran el Premio Nadal por “Las ciegas hormigas”, que recibió también el Premio de la Crítica. Y es verdad que quedó finalista del Premio Planeta con “Seno”, y que tiene el Premio Nacional de Narrativa por “Verdes valles, colinas rojas III” y otros premios, pero…no sé, falta más. Falta que Ramiro Pinilla sea un nombre imprescindible en las letras españolas, porque su obra lo merece.
Les dejo con un poco de “La gran guerra de Doña Toda”. Después de leerla nunca la olvidarán. Me atrevería a decir que la cogerán hasta cariño.

El libro comienza así:

“Doña Toda Garzea quedaría en la memoria de las generaciones como Señor de Vizcaya y Pariente Mayor, Juntero de las Juntas de Gernika e incluso Patriarca, porque también antepuso su apellido a los de sus esposos para que los Garzea siguieran siendo los Garzea. Llegaría a controlar los mundos religioso, militar y social de medio País y a pesar doscientos kilos. Tanta iba a ser su necesidad de sentir cerca el mar, que al cumplir los cien años la empezó a pedir, y tres décadas después su hijo Ombecco, de noventa y dos años, viajó con una expedición a la costa y le trajo una ballena oliendo a salitre. Sufriría en la torre de los suyos un asedio de cincuenta y siete años, cinco meses y once días, y tendría sesenta y nueve hijos, casaría veinticuatro veces y se comería, uno a uno y por hambre, a sus veinticuatro maridos, pero a sus trece años se había enamorado como una flor.”

Toda Garzea es hija del conde Errando Garzea y la condesa Maxepa de Ugarte. Los Garzea, familia numerosísima, viven en una torre sitiada por los Jaunsolos, otra estirpe vasca de los alrededores.
En la torre de los Garzea todo está dispuesto para celebrar un bautizo al que va a acudir todo el tronco familiar, incluso un primo lejano que viene de las Américas donde anda buscando la leyenda del Potosí. Toda se enamora perdidamente de este individuo llamado Gabín.
Tanto es su amor por el, tantas son las ganas de retenerlo que decide hacer algo monstruoso. Toda avisa a los Jaunsolos del bautizo. Según les comunica sería la manera perfecta de acabar con toda la estirpe de los Garzea de un plumazo. La única condición que pone la muchacha es no tocar a Gabín.
Aquí comienzan todas las alegrías para Toda y todas las desgracias para los Garzea. Toda sólo piensa en su futura boda y en Gabín. Ha mandado a paseo todo, su estirpe, su apellido, el honor,…pero no es tan fácil quitarse la historia y los sentimientos que van unidos a la sangre. ¿Lo conseguirá? ¿Qué ocurrirá en la torre de los Garzea? Ni se lo imaginan, las historias más disparatadas, divertidas, e inimaginables que ustedes hayan podido pensar nunca.
El libro tiene tantas lecturas… Sin duda la irónica me interesa mucho. El humor con el que Pinilla habla del orgullo de los apellidos, de pertenencia a una familia. El escritor vasco quiere quitar, a través de Doña Toda una venda de los ojos con humor, con inteligencia. La torre es el mundo de Toda, su vida, su sangre, sus horizontes. Por eso, el libro acaba con una frase que abre los ojos de todos, sobre todo del que los quiera abrir. Toda, al final de su vida, se plantea si todo lo que ha hecho por orgullo y estupidéz ha merecido la pena. Su mundo ha sido muy pobre encerrada en la torre firme y orgullosa. A ella le hubiera gustado ver el mar. Si, eso es lo que a ella le hubiera gustado.

“…justo cuando moría Doña Toda sin cerrar lo ojos, para, muerta, poder seguir viendo la ballena, pues una vida empedrada de supercherías le había impedido ver la verdad de la mar.”

Toda ha vivido en su todo, pero este todo era una gran mentira llena de orgullo, el orgullo de los Garzea.

Aquí transcribo algunos párrafos del libro. Este se refiere a cuando doña Toda decide tener muchos hijos para que la estirpe continúe.

“Hacia el año quince del Sitio resultó claro para todos que los hijos de Doña Toda no salían tan brillantes como al principio, por mucho que se le llevaran a la madre las mejores ratas cocidas, de las que Gabín también consumía una pequeña porción, pues ella, en su mezcla de locura y amor y de responsabilidad por traer guerreros para las almenas, requería al esposo a todas horas para el lecho, llamándolo en los momentos más intempestivos con un cuerno donado por Don Xerbaxo. (…) El alimento fundamental para los sitiados llegó a reducirse al musgo de los muros, que lo tomaban como ensalada, y los más conscientes habían de defender con ferocidad las ratas que se cazaban del apetito general para ofrendárselas a Doña Toda. No le bastaban. La veían adelgazar por momentos, y a su leche, antes tan amarilla y cremosa, adquirir las características del agua.”

Doña Toda, ante las necesidades, decide matar a su marido para comérselo y así seguir alimentando a sus hijos.

“Se amaron como dos poseídos. Durante varias horas se olvidaron del mundo. En lo más alto del paroxismo, Doña Toda buscó a tientas la espada, y empuñándola, abrazó a Gabín. Se la hundió tiernamente en la espalda, en la línea exacta del corazón, sin que él, borracho de amor, sintiera la punzada. Por el contrario, lanzó el gran suspiro del macho en la apoteósis de la entrega. (…) Luego lo partió en trozos con la misma espada, encendió fuego y lso ahumó, depositándolos amorosamente en un gran arcón repleto de sal, que llevaba allí meses preparado al efecto.”

El sitio continúa y Doña Toda se va quedando sin hombres para procrear.

“Ellos eran demasiado felices para sentirse heridos. Eran tan felices como los enamorados cuando se quedan solos. Habían visto tales cosas allí dentro, se habían identificado tanto con los anteriores maridos de su madre, la habían visto devorar a unos padres que, con un poco de suerte, podían haber sido ellos mismos, que todos habían empezado a desearla desde los tres años. Las peregrinaciones a la cámara nupcial dejaron de tener un carácter místico para ser rotúndamente eróticas. Los hijos de Doña Toda, tanto adolescentes como niños, rodeaban el lecho en que la madre, que ya pesaba ciento setenta y cinco kilos, amamantaba a dos pechos sus últimos partos, y extendían el brazo para tocarle la carne blanca, adiposa e interminable. Cuando se ponían demasiado pesados, ella se los apartaba a manotazos, aunque sin imaginar qué fondo encerraba su intención. De modo que, al descubrirlo en aquellas miradas del año cuarenta y cuatro del Sitio, se escandalizó como una novicia. Estaba, una vez más, viuda. Sorprendió a sus diecinueve hijos, en un rincón de la cámara, jugándosela a las canicas.”

Es muy divertido como trata el escritor vasco el tema de las Juntas. Cuando los junteros se reúnen bajo el árbol de Gernika para tratar de los asuntos que conciernen al territorio y sus vecinos, y como ironiza sobre estos temas. En una ocasión se plantean la adquisición de un semental gallego, pero finalmente lo rechazan, por eso mismo, por ser gallego, o la elección de un jardinero para cuidar del árbol. En este tema no llegan tampoco a un acuerdo porque el jardinero no tenía apellidos vascos. Toda una historia difícil de olvidar, la genial guerra de Doña Toda. Y que cada uno saque las lecturas que quiera.

Al principio mencionaba que tengo a este libro mucho cariño por diferentes razones. Además de porque me gusta este escritor vasco y lo bien que está escrita la novela, quiero destacar aquí que el libro llegó a mis manos gracias a un profesor de literatura que tuve en la Universidad del País Vasco mientras realizaba mis estudios de Periodismo. Este profesor se llamaba Felix Menchacatorre Egaña. Inteligentísimo, irónico, amable y buenísima persona nos invitaba a leer obras maestras y gracias a él yo conocí la obra de Pinilla, de Poe o de Stendhal, por nombrar algunos. Años después lo volví a encontrar, por casualidad, andando por el paseo de La Concha en San Sebastián. Por supuesto, él no se acordaba de mi, pero le saludé y le paré para darle las gracias por todo lo que me había enseñado. Sentía la necesidad de hacerlo y así lo hice. Me sonrió, me deseó lo mejor y se alegró de que le agradeciera algo que para él era normal, ayudar y enseñar a sus alumnos. ¡Qué gran profesor! Muchísimas gracias por enseñarme tanto allá donde estés.
Félix Menchacatorre, natural de Getxo murió en 2008 mientras realizaba el Camino de Santiago al frente de un grupo de alumnos, a los 59 años. Era licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, y se doctoró en Literatura Española en la Universidad de Cincinnati. Llevaba más de 25 años en los programas de USAC (Univesity Studies Abroad Consortium) de los que era el máximo responsable.

© 2011 Araceli Cobos

23Ene/11

PORQUE PODEMOS SER MEJORES

PORQUE-PODEMOS-SER-MEJORES

Porque a veces lo olvidamos, porque a veces estamos demasiado pendientes de nosotros mismos, porque somos orgullosos, porque no cedemos, porque somos egoístas, porque somos imperfectos, porque nos preocupamos por otras cosas, porque nos guardamos lo mejor por pereza, porque sacamos lo peor porque es más fácil y por todo, porque habría que aprender cada día a ser mejores personas y luchar por ello y porque la poesía, como he dicho en otras ocasiones, ayuda, aquí dejo un precioso poema de Nicolás Guillén titulado “La muralla”. Para que no critiquemos, para que amemos a nuestra familia, a nuestros amigos, a la gente que pasa y pasará por nuestra vida, para que nos duelan las injusticias, para que no nos pueda la pasividad, para que derrochemos humildad, cariño, amor, simpatía. Para que no nos olvidemos de que podemos ser mejores.

“Para hacer esta muralla,
tráinganme todas las manos:
Los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.

Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa,
allá sobre el horizonte.

(…)

Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla.”

© 2011 Araceli Cobos

18Ene/11

INVITACIÓN A UN ASESINATO. CARMEN POSADAS

LA-INVITACIoN-A-UN-ASESINATO-DE-CARMEN-POSADAS

Todos los seguidores de los libros de Carmen Posadas (Montevideo, 1953) saben el gusto que la escritora uruguaya profesa a algunos autores ingleses como Charles Dickens o Ágatha Christie. En su última novela, titulada “Invitación a un asesinato” deja más que claro su admiración por la Christie a la que, de alguna manera, incluso rinde homenaje. Algunas de las técnicas de la escritora inglesa, la reina del misterio, se dejan ver entre las páginas de esta obra. Por ejemplo la forma en que tiene de presentar a los personajes Posadas.
Pero Carmen Posadas es una gran escritora como lo viene demostrando en sus anteriores libros. Tienen ya, todos ellos, un sello especial, unas características únicas, una ironía difícil de encontrar en otros escritores de este tipo de novelas. Le gusta dar un toque de humor hasta a los temas más duros. Cosa que es de agradecer. Los libros de Posadas se leen con gusto y con ganas. Son dinámicos y divertidos. Son diferentes. Dan un toque fresco a la literatura de ahora.
En el primer capítulo, la escritora, nos deja una cita de su admirado Oscar Wilde que resume a la perfección lo que nos deparará la obra.
“En esta vida hay que saber elegir bien a los amigos pero mejor aún a los enemigos.”
Y de eso, de enemigos va la cuestión. Olivia, una mujer cínica, frívola, despreocupada, bella, inteligente y caprichosa, divorciada por quinta vez y, aparentemente, sin un duro, invita a algunos de sus más queridos enemigos a un crucero por las Baleares. A bordo del “Cianuro espumoso”, otro guiño a la escritora inglesa, recorrerá un último viaje. Esta Scarlett O Hara guarda muchos secretos, demasiados. Todos tendrían algún motivo para asesinarla, o quizás ella tenga un motivo para morir. Nadie sabe nada, nadie se espera nada. Todos embarcan para llevarse la gran sorpresa de su vida.
Su hermana Ágata, la desgraciada, la sin suerte, la fea, embarca con ellos. Además, un actor homosexual, una modelo a la que Olivia ha robado su novio poco antes de casarse, y su mamá, un médico del que estuvo enamorada y algo más, y otros personajes que se enlazan con una maestría típica de la uruguaya. No deja ni una sola pieza suelta del rompecabezas, ninguna.
En la novela se tocan temas como las adopciones ilegales o los amores virtuales por internet.
Además, y como siempre, Carmen Posadas nos deja unas cuantas frases interesantes salpicadas en su obra que pone en boca de sus personajes más astutos. Dejo aquí alguna de ellas para que reflexionen e inmediatamente les de ganas de abrir esta última novela de una escritora a la que, ya, la revista Newsweek en 2002 destacó como una de las autoras latinoamericanas más importantes de su generación:

“…los hombres, incluso los más inteligentes y triunfadores, o mejor dicho, precisamente éstos, son criaturas frágiles, vanidosas, y sobre todo dependientes. De ahí que cualquier mujer que sepa manipular con astucia estos tres defectos masculinos tiene todas las de ganar muy por delante incluso de sus congéneres más bellas y jóvenes.”

“…los hombres, según su experiencia, son románticos de espoleta retardada y un amor inacabado es siempre un amor maravilloso y deseable de retomar.”

“…ser bella es una actitud (…). Sentirse bella es ser bella. (…) no estás gorda sino hermosa y en el corazón de todos los hombres hay una gordita.”

“Se dice con frecuencia que, así como un hombre es el último en enterarse de las infidelidades de su mujer, una mujer, en cambio, sabe siempre cúando su marido la engaña. Y, según teoría de Olivia, esto es así, no porque ellas sean más inteligentes o sensibles sino porque las mujeres son menos proclives al autoengaño. Siempre, según su teoría, tanto unos como otras, tarde o temprano, acaban topándose con una primera y muy delatora evidencia. Pero, mientras que ellos la ignoran y entierran en el más oscuro rincón del subconsciente, ellas prefieren tirar del hilo y acaban así por descubrir la madeja.”

Los que ya conozcan la obra de la escritora uruguaya seguirán sorprendiéndose y se darán cuenta de que Posadas sigue el camino marcado en sus anteriores novelas. Para el que la lea por primera vez, la novela, editada por Planeta, les enganchará tanto que no tendrá más remedio que leer las anteriores, seguro. Es muy difícil no caer en la trampa de una mujer bella e inteligente como es Carmen Posadas.

© 2011 Araceli Cobos