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26Feb/15

LA EXCLUSIVA DEL ASESINO. SALVADOR ROBLES

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Empezaré este post diciendo que «La exclusiva del asesino», última novela de Salvador Robles (Águilas, Murcia 1956) , es, hasta ahora, su mejor obra. Es un trabajo de valientes, porque Robles se ha tirado al vacío y da un giro total al estribillo de sus, hasta ahora, letras literarias. Abandona los personajes de siempre, para adentrarnos en una historia que no podrán parar de leer.
Como díría Jorge Luis Borges de su amigo Adolfo Bioy Casares a propósito de su novela «La invención de Morel» que luego prologaría»: «He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta».
En mi opinión esta novela es perfecta dentro del género que representa, el policíaco. Pero no crean que Robles no se trabaja a los personajes. Esto sería imposible en el. Todos ellos respiran investigación psicológica robleriana por los cuatro costados, lo que la hace aún más interesante si cabe.
Desde luego, esta me parece su mejor novela hasta ahora. Después de mis dos debilidades que son: «Contra el cielo» y «El último día el primero», que, por pura casualidad son de los más recientes.
Y aunque Robles ya es de los grandes, esto sólo significa que va creciendo en cada trabajo.
El libro publicado por M.A.R editores, resume la trama así:
«… nos encontramos con un asesinato que exigirá una investigación; con un periodista al que todo señala como culpable y a un compañero de periódico que escribe en la sección de Sucesos y que parece saber más sobre los hechos que la policía. La novela gira en torno a las exclusivas de un periodista, las pesquisas de la policía y la presunción de culpa, por una lado; y a la belleza y sensualidad provocadora de la modelo y de su hermana actriz, por otro. Belleza provocadora si quien mira es un asesino»
Suficientes ingredientes para que abran esta novela que les va a encantar desde el comienzo.
En la cubierta se explica que Salvador Robles «ha cimentado su obra literaria en historias que se asientan sobres sentimientos, profundas verdades, hallazgos y enseñanzas de la vida que llevan a la reflexión, a la emoción y a la importancia de los valores. «Lo que se nombra adquiere vida. Así nacen los infundios»; es una de la ideas centrales de la obra. A lo largo del libro se despliega una constante reflexión sobre la belleza y la fama, las puertas que éstas se abren y los peligros que encierran. Al acabar esta novela, el lector se cuidará mucho de considerar a nadie culpable sólo porque lo haya leído en un periódico o visto en la televisión.»
El libro se presenta el próximo lunes día 2 en Bilbao, en Elkar (Licenciado Poza, 14) a las 18.30. Salvador Robles estará con Joseba Iraola, escritor y colaborador de la Cadena SER, e Izaskun Suberbiola, periodista y ex presentadora de TV.
Pero como yo soy una afortunada y tengo el libro en mi poder desde hace tiempo les haré un pequeño regalo. Les presento los dos primeros capítulos para dejarles con las ganas de más y mucho más. Es muy fácil desearlo, tanto como para un periodista conseguir una exclusiva. Disfrútenlo.

1
Muerte de una modelo

El cadáver de Patricia Serra Huertas, la modelo más famosa del país, llamada a convertirse en una de las estrellas internacionales más rutilantes del universo de la moda, fue hallado por Carmelo Ábalos, el entrenador de fútbol sala del equipo de Metrópoli, a media mañana de un frío día de noviembre, en el asiento delantero del coche “Golf GTI” que se encontraba estacionado en batería en el aparcamiento del Pabellón Deportivo Multiusos. Con la cabeza apoyada en el volante y el largo flequillo cubriéndole parcialmente las facciones, como si la mujer estuviese sumida en un profundo sueño, acaso el efecto inevitable de una agitada noche de sexo, drogas y alcohol, el entrenador no habría advertido el verdadero estado de la automovilista si, en una torpe maniobra, su “Ford Focus” no hubiese golpeado el parachoques delantero del vehículo en el que aparentemente dormía la supuesta noctámbula.
En los días sucesivos, la misteriosa muerte de la modelo, una mujer cuya espectacular belleza la había elevado a la cúspide del deseo entre sus compatriotas, a tenor de las encuestas publicadas por los periódicos que otrora se denominaban serios, además de incrementar en miles de ejemplares la tirada de los diarios, triplicó la audiencia media de los programas de cotilleo televisivos nacionales (y algunos internacionales), los cuales, durante los siguientes días, todos a una, echaron el resto, exclusivas incluidas, para informar (y desinformar) con todo lujo de detalles del truculento crimen y de sus rocambolescas derivaciones.

2
Otros días vendrán

A las diez de la noche del miércoles, 28 de noviembre, el sonido del teléfono móvil, “El tema de Lara”, de la banda sonora de la película “Doctor Zhivago”, la música que más a tono creativo le ponía, sobresaltó a Daniel Velasco Pastor, quien en esos momentos se hallaba en su domicilio, un apartamento de cuarenta y tantos metros cuadrados sito en el barrio de Los Monaguillos, en las afueras de Metrópoli, frente a la pantalla del ordenador, devanándose los sesos para atinar con la frase final que, conforme a su peculiar estilo narrativo, desenfadado y no exento de lirismo, redondeara las treinta líneas de la crítica de cine que, de lunes a sábado, bajo el seudónimo de Dan Lasco, publicaba en las páginas culturales del diario La Primicia Metropolitana. Norberto Ayuso, el director del periódico, consideraba el nombre y el apellido de Daniel Velasco demasiados comunes para suscitar el respeto del público. Las críticas cinematográficas de un periódico serio requerían estar firmadas por un comentarista cuyo nombre artístico, de resonancia internacional, fuese capaz de hacer volar la imaginación de los lectores hasta el otro lado del Atlántico, al mismísimo corazón de Hollywood: “¿Qué te parece Dan Lasco, Daniel?”, le sugirió el director. No le pareció mal. Eran apócopes que correspondían a su patronímico y a su primer apellido y, además, le conferían un toque exótico, el que acaso necesitaba para granjearse el respeto y, por lo tanto, el interés, de los innumerables lectores de las ediciones de papel y digital de La Primicia Metropolitana, uno de los tres diarios con más lectores del país y el segundo de más tirada.
Daniel apartó los ojos del ordenador y los dirigió al teléfono móvil. Contestó como un autómata, sin ni siquiera fijarse en el nombre que aparecía sobreimpresionado en la pantallita del aparato.
-Dígame.
-Buenas noches, Daniel.
-¿Con quién hablo?
-¿Es que no me reconoces?
-¡Patricia! Te oigo como si me llamases desde la Cochinchina.
-Espera, voy a cambiarme de sitio.

-¿Me oyes mejor ahora?
-Mucho mejor.
. -¿Qué haces, Daniel?
-Estoy terminando de escribir el comentario de la película que he visto hoy. Las productoras aguardan a las semanas venideras para lanzar sus grandes estrenos con vistas a la Navidad. Así que, como ya he hecho sendas críticas de las pocas películas que se estrenaron el viernes pasado, para cubrir el espacio del que dispongo, he tenido que recurrir a una cinta española que acaban de editar en formato deuvedé.
-¿Cómo se titula?
-“Otros días vendrán”.
-Un título muy sugestivo. ¿Me la recomiendas?
-Te la recomiendo.
-¿Con entusiasmo?
-Con un entusiasmo moderado, no se trata de una obra maestra.
-A tu entusiasmo, aunque sea moderado, no me resisto. Te prometo que la veré; si puedo, mañana mismo. Me apetece saber cómo serán esos días que vendrán. ¿Mejores de los que se han ido?
-Tal vez, prefiero no revelártelo para no chafarte la historia.
-Si son peores, aprovecharé la coyuntura para sumergirme en la morriña durante un par de horas… O, quién sabe, quizá sea la película la que abra un paréntesis en mi añoranza antes y después de “Otros días vendrán”.
-¿Añoranza?
-Añoranza de ti, Daniel.
-¿De mí, o de ti junto a mí?
-Vaya preguntita.
-Disculpa, Patricia.
-No te he llamado sólo para hablarte de mi añoranza, o, por lo menos, no sólo de ella.
-Me lo suponía. Adelante, te escucho.
-Preferiría decírtelo en persona.
-No sé si será una buena idea. Me temo que desembocaremos en el tema monográfico de siempre, y, la verdad, me da mucha pereza volver a discutir sobre lo mismo. La cosa podría acabar como el rosario de la aurora, y no quisiera estropear los buenos recuerdos que guardo de ti, que son abundantes y variados.
-El tema, ahora, tiene unos matices que lo hacen mucho más interesante que otras veces.
-¿Estás segura?
-Segurísima. Iba a habértelo explicado por correo electrónico, pero no me fío mucho de este medio, deja demasiadas huellas; y, además, a los pocos correos que te he remitido en las últimas semanas, sólo me has respondido con frases escuetas: “Un saludo”. “Estoy bien”. “Ya nos veremos”…
-Estoy tratando de dar forma de novela a un texto que tengo escrito desde hace tiempo, y ver películas y escribir las críticas también me llevan su tiempo.
-Terminarás esa novela a lo grande. Eres un excelente narrador, Daniel… ¿Quedamos entonces?
-De acuerdo –dijo Daniel, como si aceptara a regañadientes la invitación a una fiesta de compromiso-. ¿Te viene bien mañana, a primeras horas de la tarde, en la cafetería del Museo de Bellas Artes?
-¿Mañana? A esas horas, estaré en Londres, dándome los últimos retoques, dejándomelos dar más bien, antes de participar en el desfile de la colección primavera-verano de Vivianne Westwood. Tenemos que vernos ahora mismo, ya. No quiero irme a Londres sin decirte una cosa… importante.
– Son más de las diez de la noche, y estoy en pijama, delante del ordenador, junto al cual campea un plato con un emparedado de queso, atún y tomate: mi cena habitual.
-Lo que quiero decirte no puede esperar un par de semanas, que es el tiempo que estaré fuera de Metrópoli a partir de mañana. Te lo suplico, Daniel.
-¿Te encuentras lejos de la cafetería Arizona, la que está en la Plaza del Bolero de Raquel?
-A unos quinientos metros. Estoy en casa.
-Pues entonces nos veremos allí. Procuraré llegar cuanto antes; como mucho, tardaré media hora.
-¿Vas a traer el coche?
-Sí.
-¿Por qué no vienes aquí?
-Prefiero verte en la cafetería.
-¿Qué es lo que temes, Daniel?
-Nada, pero lo mejor es que nos veamos en otro lugar menos… menos…
-¿Comprometido?
Desde el otro lado del hilo telefónico a la modelo le llegó un resoplido.
-Parece que, más que a nada, temes a todo.
-En tu casa, hay desperdigados demasiados recuerdos. Y si hemos de hablar, mejor será hacerlo sin distracciones.
-Está bien, Daniel, nos veremos dentro de un rato en el aparcamiento al aire libre del parque de Los Atardeceres.
-¿En el parque, a estas horas? Es un sitio muy solitario, Patricia, sobre todo en una noche tan desapacible como la de hoy. Hace un frío que corta el aliento y está chispeando. No me extrañaría nada que de un momento a otro la lluvia se transformara en nieve.
-Lloviznaba hace un rato, ya no. Además, no te preocupes, Daniel, yo también iré en coche… ¿O prefieres que me acerque a tu apartamento? Ahí también atesoramos unos cuantos recuerdos, aunque sean bastantes menos que los que guardan las paredes y… y la cama de mi casa.
-Prefiero el parque.
-Muy bien, espérame en el aparcamiento de Los Atardeceres dentro de unos treinta minutos, cuarenta como máximo.
-¿Qué estás tramando, Patricia? Me resulta todo tan extraño…
-Confía en mí, Daniel. Te prometo que, después de esta noche, las cosas serán muy diferentes entre nosotros. Ya lo verás.
Y lo fueron. Trágicamente diferentes.

Aquí les dejo las siguientes presentaciones que tendrá la obra en el resto de España.
Día 12 de marzo, en la Librería Alibri (Carrer Jaume Balmes, 26), en Barcelona, a las 18.45. Acompañarán a Robles: Yoly Hornes, novelista y profesora de Escritura Creativa; y la poeta Pepa Cantarero.
Día 13 de marzo, en la Librería Burma (Calle Ave María, 18), en Madrid, a las 19,30. Es escritor contará con la presencia de la psicóloga Elena Nebreda, y el editor Miguel Ángel de Rus.
Día 14 de Marzo, en la Librería Letras (Paseo San Roque, 12), en Ávila, a las 13 horas. La novelista Noemí Valiente estará junto al autor de la obra.
Día 23 de Marzo, en Elkar (Fermín Calbentón, 21), en San Sebastián, a las 18.30. En esta ocasión Txaro Cárdenas, responsable de la revista Moon Magazine presentará el libro junto a el escritor bilbaíno.