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05Sep/12

LA DELICADEZA DE DAVID FOENKINOS. ¿NATHALIE, FRANCOIS Y MARKUS…Y NADA MAS?

No es bueno esto de llegar de vacaciones, relajada, sin problemas aparentes y que alguien se te tire al cuello. Pero… va a pasar, lo noto. Y mira que me lo he pensado, porque creo que es la primera vez que voy a hablar de un libro que no quería incluir, porque no se si me gusta o no, creo que no, así es que como Benoite Groult decía respecto a los hombres, si dudas entre si te gusta o no, siempre es no. Pues… quizás sea que no me gusta. Voy a matizar, me ha decepcionado. Eso es. Voy a decir que me ha decepcionado porque puse muchas ilusiones en él. Como no soy quien para hablar mal de un libro sino de darlo a conocer desde mi lectura, este comentario a esta obra servirá para que ustedes me contradigan, o mejor aún, me hagan ver que si es un buen libro y que tal vez yo no he sabido ver su belleza.
En cualquier caso, contaré que el libro, titulado: «La delicadeza», vino a mi porque estaba tirado en la librería del aeropuerto de Málaga y mi intención era colocarlo de nuevo en la estantería, pero no, algo me impulsó a comprarlo y esto fue todo. Los libros nos buscan, yo ya sabía esto, pero aún no comprendo y quizás esto es lo que mas rabia me de, por qué me quería buscar este libro a mi. No quiero pensar el porqué porque puede haber muchas razones y no todas buenas.
Continúo.
El libro es bastante dulzón, tanto que a veces parece escrito por un adolescente (¡que miedo lo que acabo de escribir!). A esta obra ya se la nombra como la novela de los diez premios, porque los tiene. Y su autor, David Foenkinos, seguro que es un tipo inteligente, que sabe muy bien los tontos que nos ponemos en la adolescencia con esto del amor, pero ya es mayorcito, nació en el 74, como para andarse con estas cosas. ¿Lo habrá hecho queriendo y la muy imbécil de mi no lo capta? En cierta ocasión, un escritor, dijo que «El niño con el pijama de rayas» le parecía una buena novela, pero quizás para adolescentes. Pero, que por otra parte, estos eran los temas que pedían los lectores, lectura fácil, historias fáciles. Cuando leí este libro de John Boyne tuve la misma sensación, pero con esta novela me ha vuelto a suceder lo mismo. ¡Qué dilema!
Continúo.

Algunas comparaciones y frases de «La delicadeza» que me han parecido demasiado infantiles:

«Markus se sentía como Amstrong en la luna», hace referencia a cuando se enamora de Nathalie, la protagonista de la novela.

«Nathalie decidió entonces caminar hacia él, caminar despacio, muy despacio. Casi habría dado tiempo a leer una novela mientras tanto.» ¿Es necesaria esta última frase?

Otra vez respecto a Nathalie: «Sus andares eran ligeros, vaporosos, como la protagonista de una película italiana de 1967.»

El siguiente párrafo se refiere a la boda de Nathalie con Francois:

«»Había que detener en el tiempo ese instante único, de la misma manera que Amstrong había plantado la bandera americana en la Luna.»

Otro párrafo que no tiene desperdicio, lo podrán encontrar en la página 12 del libro publicado por Seix Barral. Son las suposiciones que Francois hace sobre lo que se debe beber en una primera cita.

Otra vez el bueno de Markus haciendo una comparación sobre la belleza de la protagonista: «La suya era una belleza como para poner puntos suspensivos en todas partes…»

Cuando Markus pide explicaciones a Nathalie de su beso, el autor de París escribe esto: «Nuestro reloj biológico no es racional Es exactamente como la pena de amores: no sabes cuándo se te pasará.»

Bueno, basta de ser una criticona.

Nathalie, la protagonista de la obra, es una mujer feliz. Conoce el amor de la forma más inesperada y además adora al que después se convertirá en su marido Francois. Su vida está llena de literatura y buenos momentos. Todo cambia cuando su marido muere inesperadamente. Ella debe enfrentarse al dolor y más tarde ser fuerte cuando el amor llama de nuevo. Markus, un compañero de trabajo, va conquistándola, va intentado hacerse un hueco en su cuerpo lleno de belleza pero ocupado. ¿Qué pasa mientras tanto? Eso lo deben leer ustedes abriendo este libro.

Tengo que decir, que aunque no he visto la película que está basada en el libro y que dirige el propio escritor, puede suceder, que sea ésta una de las pocas ocasiones en que la película supere en calidad al libro. Así es que prometo verla. Si alguien la ha visto y ha leído el libro también me interesaría mucho saber su opinión. Creo que sólo por ver a actuar de nuevo a Audrey Tautou ya merece la pena.

Ahora, como fin de fiesta voy a escribir un diálogo que si me ha gustado del libro (quizás sea el más dulzón, lo que faltaba ¿eh?). Y algunas frases que llaman a la reflexión.

«-Yo sobre todo lo que creo es que me siento perdida.
Nathalie pronunció esa frase de golpe y porrazo. Sin la más mínima transición. Instintivamente, Markus cogió un pedazo de pan y se puso a desmigarlo.
-¿Qué haces?, le preguntó Nathalie.
-Pues como en el cuento de «Pulgarcito». Si estás perdida, tienes que dejar miguitas de pan a tu paso.
Así podrás encontrar el camino.
-¿Y supongo que el camino me lleva hasta aquí…hasta ti?
-Sí. A no ser que tengas hambre y decida comerme las miguitas de pan mientras te espero.»

Frases:

«Nadie escucha a los que dicen que quieren estar solos.»
«Quizá haya una dictadura de lo concreto que contraría siempre las vocaciones.»
«En una historia de amor, el alcohol acompaña dos momentos opuestos: cuando se descubre al otro y hay que narrarse uno mismo, y cuando ya no hay nada que decirse.»
«¿Acaso hay algo más ilógico que una afinidad?»
«Las veladas pueden ser extraordinarias, las noches inolvidables, y, sin embargo, todas desembocan siempre en mañanas normales y corrientes.»

Pues hasta aquí hemos llegado. No puedo despedirme sin criticar una cosa más. El ritmo del libro es rapidísimo y el desenlace de las actuaciones es muy forzado en ocasiones. Sobre todo al final del libro. Pero bueno, ya está. Quizás dentro de unos años lo vuelva a leer y me sorprenda, no sería la primera vez que me pasa con un libro.
Nada que decir sobre los mini capítulos, incluso, me gustan, refrescan la novela.
David Foenkinos ha escrito otro par de libros más, no estaría mal leerlos y no criticar tanto ¿verdad? Tomo nota.