30May/10

UN PERRO ABANDONADO NO TIENE RENCOR

UN-PERRO-ABANDONADO-NO-TIENE-RENCOR

“Con una pata colgando,
despojo de una pedrada,
pasó el perro por mi lado,
un perro de pobre casta.
Uno de esos callejeros,
pobres de sangre y estampa.
Nacen en cualquier rincón,
de perras tristes y flacas,
destinados a comer
basuras de plaza en plaza.
Cuando pequeños, qué finos
y ágiles son en la infancia,
baloncitos de peluche,
tibios borlones de lana,
los miman, los acurrucan,
los sacan al sol, les cantan.
Cuando mayores, al tiempo
que ven que se fue la gracia,
los dejan a su ventura,
mendigos de casa en casa,
sus hambres por los rincones
y su sed sobre las charcas-
Qué tristes ojos que tienen,
que recóndita mirada
como si en ella pusieran
su dolor a media asta.
Y se mueren de tristeza
a la sombra de una tapia,
si es que un lazo no les da
una muerte anticipada.
(…)
El perro me entiende; sabe
que maldigo la pedrada,
aquella pedrada dura
que le destrozó la pata
y él, con el rabo, me dice
que me agradece la lástima.
(…)
Ya estaba mi pobre perro
muerto de las cuatro patas
Hacia el cielo de los peros
se fue, anda que te anda,
las orejas de relente
y el hociquillo de escarcha.
Portero y dueño del cielo
San Roque en la puerta estaba:
ortopédico de mimos,
cirujano de palabras,
bien surtido de intercambios
con que curar viejas taras.
“Para tí…un rabo de oro;
para tí…un ojo de ámbar;
tú…tus orejas de nieve;
tú…tus colmillos de escarcha.
Y tú, mi perro reía,
tú…tu muleta de plata”
Ahora ya sé por qué está
la noche agujereada:
¿Estrellas…luceros…? No,
es mi perro cuando anda…
con la muleta va haciendo
agujeritos de plata”

Este poema bello y triste a partes iguales, titulado “El perro cojo”, lo escribió el gran poeta granadino Manuel Benítez Carrasco (Granada 1922-1999). Y así escribió muchos más, poemas sencillos, llanos, sin pretensiones, con la belleza del que no presume de nada. Este poema quería incluirlo en Un libro abierto porque quisiera que todo el mundo que lee este blog se conciencie, si aún no lo están, de lo que supone el maltrato a los animales. Este poema es la radiografía de la tristeza animal. Los animales son seres que comparten el mundo con nosotros, no los maltratemos, no les abandonemos, no los utilicemos inutilmente, no los despreciemos. Amar a los animales debería ser algo natural. Es increible pensar que alguien pueda hacer daño a un animal, pero tristemente es así. Desde niños hay que inculcar el amor a los animales. Nuestros hijos deben crecer amando la fauna, la flora, la naturaleza. El respeto a la naturaleza es básico. Hay que cuidar al planeta, hay que protegerlo. La única forma de comenzar es por el amor y el respeto a los seres vivos que conviven con nosotros.
Precioso final el de este poema:

“Ahora ya se por qué está
la noche agujereada:
¿Estrellas…luceros…? No,
es mi perro cuando anda…
con la muleta va haciendo
agujeritos de plata.”

Benitez Carrasco escribió la continuación de este poema, que les invito a leer, titulado “El niño, el perro y el milagro”, donde dice que los perros no saben de rencores ni de venganzas, por mucho dolor que les hayan causado.

© 2009 Araceli Cobos

25May/10

DEJAD CRECER LA HIERBA. PINO BETANCOR

EL-PLANETA-DE-BETANCOR

La poetisa Pino Betancor (Madrid 1928, Las Palmas de Gran Canaria 2003) escribió los deliciosos y bellos versos “Dejad crecer la hierba” en 1989, el año en que se firmaba la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Más tarde, y acompañados de las ilustraciones de su hijo, Germán Millares Betancor, fueron acogidos en el servicio de Ediciones del Cabildo de Gran Canaria donde Jesús Bombín tenía previsto publicarlos justo en 2001, el Año Interamericano de la Niñez y la Adolescencia. Pero fue en 2002 cuando se publicaron.
En estos versos de belleza y ternura inigualables, Betancor les habla a los niños del planeta. A ellos van dirigidos estos versos. Como madre, sólo puedo animar a que abran el libro y compartan con sus hijos esta belleza en verso. A mi hijo Maximilian ya se lo he leido, aunque sólo tiene 21 meses, y lo pienso hacer muchas veces más.
El poema comienza así:

“El tiempo se detuvo y de repente
quise hablar con vosotros,
niños del mundo.
De este mundo en peligro de ser aniquilado.
De esta gran rosa azul
amenazada.”

Betancor dedica el libro a todos los niños que han sufrido y sufren una guerra y a sus nietos, que según escribe ella son “los hombres y mujeres del futuro” que deben de luchar “por un mundo más justo y más humano.”

El poema tiene estos versos para recordar siempre:

“Dejad que crezca el árbol,
que siga siendo
la casa de las aves,
susurrante verdor
de los caminos.

Dejad crecer la hierba,
que los campos no dejen
de ser mares de espigas
alfombras de olivos verde-gris,
tapices de rosados almendros.

Dejad crecer la hierba…!
Que el agua saltarina de los ríos
vuelva a ser lecho puro
donde vivan los peces,
líquida agua marina
entre los labios.

Dejad crecer la hierba…!
En este mundo nuestro.
planeta azul y verde,
pudiera de repente apagarse la vida.

(…)
La tierra es nuestro hogar,
y es para todos.
Los pueblos son estancias
de un único edificio
que

que debeis preservar de la ruina.

(…)

“Extended vuestras manos,
que no halla ningún muro
que entorpezca los pasos.
Alargad bien los brazos,
porque en la otra ribera
hay también otros niños
que cantan y que rien
y que lo mismo juegan.

Y más allá otro niño,
tiene una sóla rama,
o unos cuantos guijarros,
pero son tán bonitos…!
Y un globo, si lo sueltas,
puede volar tán alto…!

Pero tambiébn hay niños
que no rien ni saltan,
que por todo juguete
le ponen en las manos,
en sus pequeñas manos,
un fusil negro y frío.

Ya no hay cometas rojas.
Ya no hay balones blancos.
Ni siquiera una rama,
ni pequeños guijarros.

Sólo pequeñas balas,
sólo pequeños llantos,
y unos ojos, aún nuevos,
donde habita la muerte.

¡Que no existan fronteras
que puedan separaros…!
Que la palabra patria
tenga el mismo sonido
en los diversos labios.
Y signifique tierra, estrella,
camino para todos.

Hubo ya tantas guerras
en este mundo nuestro…
Por cosas tan pequeñas
han muerto tantos hombres…!
Y también tantos niños…!

(…)

Si la Tierra es de todos,
que sean los mejores,
los más buenos y sabios,
los que dicten las leyes.”

Pino Betancor nacío en Madrid, hija de padres canarios. Estudió canto y baile y desde muy joven empezó a escribir prosa y poesía. Al contraer matrimonio con el poeta José María Millares Sall se estableció en Las Palmas de Gran Canaria, donde colaboró con periódicos y revistas locales. Su creación poética está compuesta entre otras obras por las siguientes: “Manantial de silencio”, “Los cantos diversos”, “Las moradas terrestres”, o “Las oscuras violetas”.

© 2009 Araceli Cobos

20May/10

SILLAS. JOSE MARIA MILLARES SALL

LA-SILLA-DE-SALL

Conocí a José María Millares Sall (Las Palmas de Gran Canaria, 1921- 2009) a través de sus pinturas, y después las casualidades de la vida, hicieron que le tuviera que entrevistar, hace ya unos siete años en su casa de Las Palmas de Gran Canaria, en el número 62 de la calle Cebrián. En la redacción del periódico donde trabajaba por aquel entonces, EL MUNDO-LA GACETA DE CANARIAS, me advirtieron de que no era un tipo fácil. Acababa de morir su mujer, hacía un año, y se había vuelto un poco adusto. Había que tener tiento con él. Yo, que ya había visto sus pinturas pensé que no podía ser así, pero no dije nada.
Y allí estaba él aquella mañana, sentado en una silla de su salón, rodeado de fotos y recuerdos, al lado de un retrato de su mujer, la excelente poetisa Pino Betancor. Allí estaba el poeta, sentado en su silla y agarrando su bastón. Allí estaba con una gran ternura en la cara y una sonrisa. Me estrechó la mano con fuerza, sin levantarse, y me sonrió. Fue el principio de una amistad muy corta ya que no seguí viviendo en Canarias, pero tuve la suerte de conocer a este gran poeta al que quiero, desde aquí, rendir mi pequeño homenaje.
Y quiero rendirlo así, recordándole en esa silla sentado, y a través de su poemario “Sillas”, porque así fue como le conocí. Este ejemplar me lo regaló después de la entrevista. No le dejé que se levantara de su silla para despedirme. Después nos intercambiamos correspondencia, pero no le volví a ver, por eso le recuerdo en su silla y me alegra homenajearle a través de este poemario original e irónico, que por cierto fue galardonado con el Premio de Poesía Tomás Morales en 1998 y está editado por las Ediciones del Cabildo de Gran Canaria.

En el poemario habla de la personalidad que tienen las sillas, las tiernas, las tristes, las sonoras, las graciosas, las sarcásticas… sin duda uno de las obras de Millares Sall que hay que abrir.

Aquí dejo algunos ejemplos. Este es el primer poema que abre el libro y nos habla de las sillas en general:

“Son tiernas, son sonoras,
son críticas, graciosas, son tristes, son sarcásticas,
pulcras, almibaradas, pero todas
las sillas, pobres sillas, las grandes, las pequeñas,
serán siempre amorosas, líneas humanas, sillas,
asientos simplemente:
sólo sillas”

En el capítulo dedicado a las “Sillas tristes” me quedo con el poema “Silla abandonada”:

“Está sola, vacía ante la mesa,
desnuda ante la luz que llora en la ventana,
escuchando los pasos que se arrastran:
esos pasos
que ya no han de volver.”

Y para terminar de “Sillas sonoras” me gustaría destacar “Silla política”:

“La lista, la avispada con patas de tijera,
política, de porte proletario,
que se cuentan por miles cuando grita,
y enervan, y jalean, y a voces, ignorantes,
oscuras marionetas,
hedores manifiestan.”

José María Millares Sall fue cofundador de la revista literaria “Planas de Poesía” (1949) que tanta significancia tuvo en la literatura de la posguerra española. Con motivo de esta publicación y por el contenido de sus números fue encarcelado en 1951, y luego, con posterioridad, procesado durante más de un año.
En 1952, estando en libertad provisional contrajo matrimonio con la poeta Pino Betancor. En 1956 el matrimonio se traslada a Madrid. Es una época de gran fecundidad literaria para Sall. Allí entabla contacto con los escritores del momento como Gabriel Celaya o José Hierro. A finales de los setenta el poeta vuelve a la isla.
Su trayectoria personal y su abundante obra literaria le hicieron acreedor en 2009 del Premio Canarias de Literatura.

© 2009 Araceli Cobos

14May/10

GIL DE BIEDMA, El POETA DESNUDO

GIL-DE-BIEDMA-El-POETA-DESNUDO

Prefirió siempre la calidad a la cantidad, por eso no son muchas las obras que dejó Jaime Gil de Biedma (Barcelona1929- 1990). Exquisito en sus trabajos pronto abandonó la poesía, después de una crisis que le hace recluirse en el nihilismo. Pero ya había hecho, como se suele decir, todo lo que tenía que hacer.
El desencanto que observa en los intelectuales de izquierdas, después de la transición a la democracia en España, le lleva a la desesperación. También luchó durante toda su vida por escapar del conformismo, que según él, impregnaba a la burguesía. Esa burguesía en la que él nació. Sus padres pertenecían a la alta burguesía castellana y se trasladaron a Barcelona para trabajar en la Compañía de Tabacos de Filipinas. Todo esto le condujo a abandonar la poesía practicamente hasta su muerte.
Gil de Biedma es uno de los autores más importantes de la Generación del 50. Su poesía busca la contemporaneidad y la racionalidad a través de un lenguaje coloquial. Siempre limpia, su obra se muestra desnuda de toda referencia innecesaria.
Su vida interior quedó completamente marcada por su condición de homosexual. Le llevó a vivir al límite toda una serie de experiencias íntimas autodestructivas.
Me gustaría invitar a abrir tres de sus poemarios. Los dos primeros “Compañeros de viaje” (1959) y “Moralidades” (1966) muestran la parte más social de su poesía. En estas piezas hay una clara crítica política, un ataque a la hipocresía burquesa, una denuncia a la opresión del pueblo por parte de la españa franquista y también un claro rencor a la discriminación femenina.
De “Compañeros de viaje” me gustaría señalar el poema “El arquitrabe”, al que el añade : Andamios para las ideas.

“Uno vive entre gentes pomposas. Hay quien habla
del arquitrabe y sus problemas
lo mismo que si fuera primo suyo
-muy cercano, además.

Pues bien, parece ser que el arquitrabe
está en peligro grave. Nadie sabe
muy bien por qué es así, pero lo dicen.
Hay quien viene diciéndolo desde hace veinte años.

Hay quien habla, también, del enemigo:
inaprensibles seres
están en todas partes, se insinúan
igual que el polvo en las habitaciones.

(…)

Uno sale a la calle
y besa a una muchacha o compra un libro,
se pasea feliz. Y le fulminan:
Pero cómo se atreve?
¡El arquitrabe…!”

De “Moralidades” señalaré dos:

“Happy ending”, poema precioso que dice así:

“Aunque la noche, conmigo,
no la duermas ya,
sólo el azar nos dirá
si es definitivo.

Que aunque el gusto nunca más
vuelve a ser el mismo,
en la vida los olvidos
no suelen durar.”

“A una dama muy joven, separada”, es un poema que habla de la mujer, de su situación. Gil de Biedma siempre se interesó por este tema.

“En un año que has estado
casada, pechos hermosos,
amargas encontraste
las flores del matrimonio.

Y una buena mañana
la dulce libertad
elegiste impaciente,
como un escolar.

Hoy vestida de corsario
en los bares se te ve
con seis amantes por banda
-Isabel, niña Isabel-,

(…)

Que la sinceridad
con que te has entregado
no la comprenden ellos,
niña Isabel. Ten cuidado.

Porque estamos en España.
Porque son uno y lo mismo
los memos de tus amantes,
el bestia de tu marido.”

De “Poemas póstumos” me quedo con un clásico de Biedma. Se titula “No volveré a ser joven”.

“Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

(…)

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.”

© 2009 Araceli Cobos

09May/10

EL COPARTICIPE SECRETO. JOSEPH CONRAD

UNA-AVENTURA-EN-ALTA-MAR

“El copartícipe secreto” es un precioso y cuidado relato que escribió Joseph Conrad (1857-1924). Conrad pasó los primeros veinte años de su juventud navegando por el mundo, el resto se dedicó a escribir. Las aventuras en el mar serán el origen de su mundo literario.
A los diecisiete años, se enroló como marinero en Marsella, y prestó servicio en diferentes barcos. Navegó por el golfo de Siam, el océano Índico y el archipiélago malayo. Una vez nombrado capitán de la marina mercante inglesa, comandó un vapor fluvial en el Congo Belga, origen de sus más célebres relatos. Así cumplía su ansiado sueño de visitar África.
En esta aventura literaria Conrad presenta a un capitán de barco que se ve en una extraña situación. Una noche observa como por una de las escalas del barco un hombre trepa pidiendo ayuda. Este desconocido proviene de otro barco, el Sephora. El le rescata sin saber que de alguna manera se convertirán en grandes cómplices, y buenos compañeros.
Es un relato que merece la pena abrir y disfrutar hasta el final. Les encandilará.
Así describe el capitán al desconocido:

“Tenía la cara delgada y de un tostado descolorido, como si hubiese estado enfermo. Y no era de extrañar. Poco después me enteré de que le habían arrestado cerca de siete semanas en su camarote. Pero no había nada enfermizo en sus ojos ni en su expresión. En realidad no se parecía en absoluto a mí; sin embargo, mientras estábamos apoyados en mi cama, hablando en voz baja, juntas nuestras cabezas morenas y de espaldas a la puerta, alguien lo bastante osado para abrirla sigilosamente habría gozado de la insólita visión de un doble capitán cuchicheando animadamente con su otro yo.”

© 2009 Araceli Cobos

03May/10

GLORIA FUERTES, LA POETA DE LOS NIÑOS Y MUCHO MAS

GLORIA-FUERTES-LA-POETA-DE-LOS-NInOS

Somos muchos los niños que crecimos escuchando o leyendo las poesías de Gloria Fuertes, y son muchos los niños que las siguen leyendo y escuchando, porque Gloria Fuertes es y será, para muchos y para siempre, la poeta de los niños. Pero la escritora es muchísimo más.
Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998) fue una poeta que nació en el barrio de Lavapiés. Con tan sólo cinco años ya escribía sus propios cuentos y los ilustraba. Empezó a escribir versos a los catorce años, a los quince años los leía en Radio España de Madrid. A los diecisiete escribe su primer poemario, que sería publicado en 1950 bajo el título “Isla ignorada”.
La escritora utiliza la ironía en su obra como forma de describir una realidad que se le presenta dura, la Guerra Civil dejó una profunda huella en ella.
Entre 1940 y 1953 comenzó a colaborar en revistas infantiles. De 1955 a 1960 estudió biblioteconomía e inglés en el International Institute. En 1961 obtuvo la beca Fullbright en Estados Unidos para impartir clases de literatura española en la Universidad de Bucknell, además de recibir en 1972 la beca de la Fundación Juan March de Literatura Infantil.
A mediados de los años 70 colabora activamente en varios programas de Televisión Española dedicados al público infantil. Así se consagra en la poeta de los niños para siempre.
Mas apreciada y estudiada en el extranjero que en España, la mayoría de los trabajos críticos sobre la autora madrileña provienen del hispanismo norteamericano y es escasa la crítica literaria española sobre Fuertes.
Camilo José Cela llegó a definirla así: “La angélica y alta voz poética a la que los hombres y las circunstancias putearon inmisericordiosamente.”
Entre sus obras infantiles se encuentran: “Canciones para niños”, “Villancicos”, “Canguro para todo”, que fue mención de honor en el Premio Hans Christian Andersen de literatura infantil, “El hada acaramelada”o “La momia tiene catarro”.
Para adultos maravillosos trabajos recogidos en “Aconsejo beber hilo”, “Ni tiro, ni veneno, ni navaja” o “Cuando amas aprendes geografía”.

En “Isla ignorada” se expresa así:

“Soy como esa isla ignorada
que late acunada
por árboles jugosos
en el centro de un mar
que no me entiende
rodeada de nada, sola sólo.”

Su antibelicismo estuvo presente en muchos de sus trabajos:

“El día que se implante la Paz,
sobre la Tierra
caerá una nevada tenaz
y duradera.”

Para los niños escribió auténticas maravillas. Es muy difícil seleccionar algo porque todo estaba escrito con infinito encanto, humor y ternura.
Me quedo con algunos versos de “Como se dibuja a un niño” porque resume todo el amor que puso en el público infantil:

“Para dibujar a un niño
hay que hacerlo con cariño.
Pintarle mucho flequillo,
que esté comiendo un barquillo;
muchas pecas en la cara,
que se note que es un pillo;
pillo rima con flequillo
y quiere decir travieso.
Continuemos el dibujo:
redonda cara de queso.

(…)

Se ríe continuamente
porque es muy inteligente.
Debajo del brazo un cuento,
por eso está tan contento.

Para dibujar a un niño
hay que hacerlo con cariño.”

Hay que abrir, siempre, a Gloria Fuertes, para volver a ser niño, para empaparse de su infinita inteligencia. Sus obras para adultos, quizás, demasiado olvidadas, son fantásticas, inolvidables.

© 2009 Araceli Cobos