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28Feb/20

ADOLFO BIOY CASARES. UNA MAGIA MODESTA

Bioy, tú lo sabías y por eso lo escribías, las cosas bonitas, los encuentros casuales, pasan en los momentos más inesperados. Un día coges un ascensor porque tus amigos te han invitado a una cena, unos amigos que viven en el octavo piso pero tú llegas al noveno, tocas y te encuentras con ella. Si, una equivocación, ahí no viven los Roemer, pero qué más da si ha servido para conocerla, bendita equivocación, bendita coincidencia. Ella está feliz también e insiste en que te quedes y te advierte de que no la volverás a ver, y tú nada, tan correcto, tan elegante, le aseguras que volverás. Pero, como se suele decir, esa clase de trenes, pasan sólo una vez. ¿En qué estabas pensando Bioy?

«-No seas malo, exclamó.

-No soy malo. ¡Qué más querría que no dejarte nunca!, pero me esperan para comer.

-Bueno, si preferís la comida no insisto. Has de tener mucha hambre.

-No tengo hambre- protesté, pero prometí que llegaría antes de las nueve y media. Los Roemer estarán esperándome.

-Perfectamente. Corra abajo. No lo retengo aunque le aclaro: no creo que vuelva a verme.

-Volveré, dije. Le prometo que volveré»

Precioso cuento, breve, elegante, reflexivo del genio Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, 1914-1999) que se encuentra dentro del volumen Una magia modesta, donde podemos disfrutar de muchos más relatos cortos de este genio argentino de las letras. Maravillosos cuentos que nos hacen reflexionar sobre las pequeñas cuestiones de la vida a través de esa fantasía irónica que hay en ellos. Así nos encontramos caserones con fantasmas, un vendedor de pianos que habla con una gota de agua o un hombre que se da cuenta de que quizás las personas somos un puro entretenimiento de los dioses, de la misma manera que los personajes de una película lo son para nosotros.

En este caso, mi post comienza con el titulado El último piso, uno de mis favoritos, el escritor quiere decirnos que no dejemos pasar la oportunidad de ser felices, da igual lo que esté esperando. Lo bonito, la felicidad, siempre tiene excusa, todo el mundo entiende y perdona el amor. Con final inesperado les invito a que lo abran y lo disfruten. Es una delicia. Por lo menos Bioy fue feliz durante toda la cena, pensando en que luego, la volvería a ver.

Bioy el gran escritor de la fantasía, de la parodia de lo fantástico, al que todo el mundo identifico con su gran obra «La invención de Morel», prologada por Borges,  nos sorprende con otros cuentos como Una competencia.

Un hombre quiere vivir eternamente y un día visita a un tal Eufemio Benach que tiene 104 años. Éste le recibe en su biblioteca abarrotada de libros y el hombre que quiere vivir eternamente le cuestiona si los ha leído todos. Benach confirma que casi todos.

«(…)¡usted exprimió el jugo de la vida! Para mí, quien lea del principio al fin este montón de libros, hará de cuenta que viaja por infinidad de países, todos diferentes y todos maravillosos.»

Benanch se da cuenta de que lo que el hombre quiere saber es el secreto de su longevidad y así le cuenta que en su biblioteca, que le vendería a un precio justo, se encuentra el secreto de haber llegado a viejo. «Recuerde que en uno de estos volúmenes usted encontrará la revelación del secreto; yo no le diré en cuál.»

El hombre compra la biblioteca y decide emprender la lectura. Pero al ponerse al quehacer se da cuenta de algo muy revelador. Sabia reflexión.

«Para conseguir algo bueno hay que pagarlo. Hoy empieza la gran competencia. Veremos qué llega antes…la revelación del secreto o mi muerte.»

¿Qué títulos había en esa biblioteca? Les dejo algunos por si alguien persigue la idea de vivir largamente- ¿Se imaginan que el secreto está en alguno de ellos?

Sermones y discursos del Padre Nicolás Sancho.

Esperando a Godot de Samuel Beckett.

Ser y tiempo de Heidegger.

La nueva tormenta de Bioy Casares.

Cartas a un escéptico de Balmes.

Ulysses de James Joyce.

El museo de la novela de la Eterna de Macedonio Fernández.

El hombre sin cualidades de Musil.