Archivos de la categoría: ESCRITORES

08Mar/10

TOLSTÓI. LOS COSACOS

TOLSToI-HISTORIA-DE-AMOR-EN-EL-CaUCASO

El olor a Kiziak, a Kasha y a Kaimak, que palabras, por cierto, tan bonitas, impregnan la novela “Los cosacos”, una preciosa obra de Lev Tolstói.
En 1851, cuando Tolstói tiene vientidós años, realiza un viaje al Cáucaso para participar como cadete en la línea defensiva rusa en la guerra contra los turcos. Esta experiencia le servirá de inspiración para sus primeras novelas, entre ellas esta que hoy presento.
El personaje de esta novela se llama Olenin, un joven que aburrido de su monótona vida en Moscú decide seguir la carrera militar. La naturaleza del Cáucaso, la vida sencilla en la stanitsa (aldea cosaca) y un amor que surge sin esperarlo, le abrirán un mundo nuevo lleno de sopresas, alegrias y malos momentos también.
Lúkashka, apodado “El arrebatador”, es un joven cosaco que lucha para que los chechenos hostiles, los abreks, no crucen la orilla rusa del río Terek con el objetivo de robar y saquear.
El joven cosaco y Olenin se enamoran de la misma mujer, Marianka.
Tolstói, que hace varias descripciones de ella a lo largo de su obra, en una de estas la presenta así:

“Marianka (…) era una auténtica belleza. Sus facciones habrían resultado demasiado masculinas y toscas de no haber sido por su tipo, alto y esbelto, por su pecho y sus hombros robustos y, sobre todo, por la expresión severa, pero tierna, de sus rasgados ojos negros, envueltos en una oscura sombra bajo sus negras cejas, y por el gesto cariñoso de su boca y de su sonrisa. Aunque no sonreía a menudo, cuando lo hacía resultaba siempre cautivadora.”

Las descripciones y los diálogos son directos y cuidados en esta obra. Por ejemplo cuando se describe la vida cotidiana en la aldea o los momentos de fiesta como en el capítulo XXXV, preciosa descripción la que hace el escritor ruso.

En muchas ocasiones Olenin admira la vida en el Cáucaso y recuerda su vida anterior, vacía para él.

“A cada día que pasaba allí se sentía más libre y humano. El Cáucaso era totalmente distinto a como se lo había imaginado. No había hallado nada que se pareciera a sus sueños ni a las descripciones que había oído y leído. “Aquí no hay ni caballos zainos, ni precipicios, ni ningún Ammalat- Bek, ni héroes ni villanos”, pensaba. “Los hombres viven en armonía con la naturaleza: mueren, nacenm se reproducen, de nuevo nacen, luchan, beben, comen, gozan y de nuevo mueren, sin más condiciones que aquellas normas inmutables que la Naturaleza estipuló para el sol, la hierba, la bestia, o el árbol. Ésa es la única ley que conocen”. Y, por esa razón, aquellas gentes, a su lado, le parecían hermosas, fuertes y libres, y le bastaba con mirarlos para sentir vergüenza y lástima de si mismo. A menudo se planteaba seriamente la posibilidad de abandonarlo todo, convertirse en un cosaco, comprarse una cabaña y ganado, casarse con una cosaca (aunque no con Marianka: ésta era para Lúkashka) y vivir con el tío Yéroshka, ir de caza y de pesca con él y a las campañas con los cosacos.”

El tío Yeróshka es otro personaje entrañable de esta novela. Es vecino de Lúkashka, y es a éste joven al único que no desprecia de entre toda la generación de nuevos luchadores. A lo largo de la narración también entabla una estrecha amistad con Olenin.

Se dice de esta novela que es mitad estudio etnográfico, mitad cuento moral, pero a mí también me parece que esta novela guarda una preciosa historia de amor, por todas estas cosas hay que abrir el libro y disfrutarlo.

© 2009 Araceli Cobos

03Mar/10

MIGUEL HERNÁNDEZ: EL POETA SIEMPRE SOLO

MIGUEL-HeRNANDEZ-EL-POETA-SIEMPRE-SOLO

Se cumple el centenario de la muerte del poeta Miguel Hernández. El
poeta de Orihuela, el pastor, el solitario, el que se refugió en sus versos, en su mujer, en su hijo, esperando algo que nunca llegó.
Con tan sólo veintidós años publicó su primer libro de poemas, no habría cumplido aún los veintiseis cuando escribió “El rayo que no cesa”.
No tenía aún los veintinueve cuando cayó en la cárcel para no salir nunca más. Su gran error, volver al pueblo en busca del calor de su familia.
Miguel Hernández es un poeta que está con nosotros casi desde niños, en la escuela. Sin entenderlo en la infancia nos suena bien, sin entenderlo quizás tampoco en la adolescencia, nos estremece, y ya de adultos, al comprenderlo nos destroza el alma con sus versos.
Me quedo con estos versos, esos de siempre, esos que a todo el mundo le suenan porque pertenecen a su vida. A mi me estremece el poema “Andaluces de Jaén” por la propia historia de mi familia, y “Nanas de la cebolla”, ahora que soy madre. Mi homenaje a Hernández después de leerle, de entenderle es este, sus propios versos que siempre llevo conmigo.

“Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma:
¿quién, quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor

(…)

¡Cuantos siglos de aceitunas,
los pies y las manos presas,
sol y sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos.”

***

“La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

(…)

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

(…)

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.»

© 2009 Araceli Cobos

15Feb/10

EL CARTERO DEL REY. TAGORE

AMAL-ESPERA-UNA-CARTA-DEL-REY

“El cartero del Rey” es la obra de teatro más conocida de Rabindranath Tagore. Una pieza que no nos dejará indiferentes al abrirla. El protagonista es Amal, un niño enfermo que no puede salir de casa y que espera con impaciencia e ilusión una carta del Rey.
Mientras pasa los días en casa, alejado del viento y el sol del otoño, como el médico le ha aconsejado, se divierte mirando a través de la ventana y conversando con la gente que pasa. Habla con el lechero y entonces sueña con ser pregonero de quesos en cuanto se recupere, y también sueña con subir a las colinas, y repartir cartas, y con mil sueños más, como el de repartir flores con Sada, la hija de la florista.
Su padre adoptivo, Madav, sabe lo que le espera al niño. Sufre cuando ve que Amal, ajeno a todo, sigue soñando, sigue feliz.

“AMAL.-¡Me gustaría ser una ardilla! ¡Sería estupendo! ¿Por qué no me dejas salir, tío?

MADAV.-El médico dice que no es bueno para ti.

AMAL.-¿Cómo lo puede saber él?

MADAV.-¡Qué cosas dices! ¿Cómo no lo va a saber con la cantidad de libros que ha leído?

AMAL.-¿Y sus libros lo dicen todo?

MADAV.-¡Pues claro; no lo sabes tú bien!

AMAL.-(Suspirando)-¡Ay, soy tan bobo! Como no leo libros…

MADAV.-Pues entérate bien: las personas muy, muy instruidas hacen como tú; no salen nunca de casa.

AMAL.-¿De verdad que no salen?

MADAV.-No. ¿Cómo van a salir? De la mañana a la noche están dale que dale a sus libros, y no tienen ojos para nada más. Cuando seas mayor, caballerete, vas a ser una persona instruida. Estarás siempre metido en casa, leyendo unos libros muy gordos, y la gente que te conozca se quedará maravillada de tu sabiduría.

AMAL.-No, no, tío, por favor; por lo que tú más quieras. No me gusta eso de ser una persona instruida. ¡No quiero!
MADAV.-¿Pues sabes lo que te digo? A mí me hubiera encantado ser una persona instruida.

AMAL.-A mí no. Yo prefiero ir a todas partes y ver todo lo que haya que ver.

Esta pequeña obra de teatro es otra joya más de Tagore. Es dulce y triste, e incluso cruél. Amal es el único que no sabe que su vida está acabando, por eso no sufre, por eso aún sueña, por eso aún es feliz, y sin embargo el lector, que enseguida coge cariño a este niño inventado, no puede evitar entristecerse, porque también él, como su padre adoptivo, sabe la realidad.
El final de la obra, es uno de los finales más hermosos de todas las piezas teatrales que he leído hasta ahora. Sada, la hija de la florista, en una de las ocasiones que Amal se ha encontrado con ella, ha prometido al chico que un día, cuando acabe de recoger las flores, irá a visitarle. Amal está emocionado y le pide a la niña que no se olvide de él. Sada le asegura que no lo hará. “No te olvidaré, ya lo verás”, le contesta.
Por eso en la escena décima…

SADA.-¡Amal!

MÉDICO REAL.-Está dormido.

SADA.-Le traigo unas flores. ¿Puedo ponérselas entre sus manos?

MÉDICO REAL.-Si, pónselas.

SADA.-¿Cuándo se despertará?

MÉDICO REAL.-En cuanto venga el Rey y le llame.

SADA.-¿Le dirás al oído una cosa de mi parte?

MÉDICO REAL.-¿Qué quieres que le diga?

SADA.-Dile que Sada no le ha olvidado.

© 2009 Araceli Cobos

05Feb/10

YASUTAKA TSUTSUI. ESTOY DESNUDO

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Yasutaka Tsutsui (Osaka, 1934) es, sin duda, un polémico y brillante escritor japonés. Sus obras cargadas de humor negro y de contenido satírico no dejan a nadie indiferente. Tsutsui es uno de los escritores de ciencia ficción más famosos de Japón. Podemos abrir algunos de sus libros gracias a Ediciones Atalanta, que ya en el año 2008 publicaba “Hombres salmonela en el planeta porno” y ahora la editorial ha pedido al autor que seleccionase los que, a su juicio, eran sus mejores cuentos y así ha nacido el volumen “Estoy desnudo”.
En “Estoy desnudo” se agrupan ocho cuentos insólitos. Por ejemplo el que da título al volumen nos cuenta la historia de Yasuko, una mujer casada, y Takashi, un trabajador de élite en una empresa de prestigio. La pareja que mantiene un romance en secreto se ha citado en un hotel, pero un fuego les sorprende dentro y tendrán que abandonar su nido de amor rápidamente. Lo que sucede después es tan sorprendente y cómico como irracional y triste.
El propio Takashi se pregunta:

“¿Por qué una persona como yo, guapísimo, inteligente y de la élite que normalmente me encargaba de hacer transacciones de entre decenas de millones y varios cientos de millones de yenes y que, a veces, volaba al extranjero, donde me manejaba en un inglés fluido, tenía que debatirse en eta situación física con sólo unos calzoncillos.”
Esta es la única pista que puedo dar. El cuento hay que leerlo y les garantizo un buen rato de diversión.
Otro de los cuentos el titulado “El peor contacto posible” nos presenta a los “magumagus” seres de un lugar llamado Magumagu. Ellos quieren contactar con los terrícolas y un hombre debe ser el representante de la Tierra. Tienen que convivir una semana juntos para estudiar los usos y costumbres de cada uno. Es indispensable que el representante de la Tierra esté dotado de un gran sentido común. Así Takemoto, el terrícola y Kerara el magumagu se encuentran garantizando sorpresas al lector.
Kerara reflexiona así es una de las conversaciones que mantiene con Takemoto:

“En el punto en que colisionan el sentido común con el mismo sentido común nace una nueva civilización, ¿no te parece? De la mezcla mutua de las diferentes costumbres se puede obtener una nueva cultura. ¿Estás de acuerdo?.”

El objetivo de Kerara es matar al terrícola:

“Kerara me había golpeado con todas sus fuerzas y había puesto veneno en mi comida, y, en ambos casos, había estado a punto de matarme, pero a lo mejor los magumagus eran una tribu que sentía placer jugando con la muerte. Desconocía si habían establecido de verdad un dualismo; los terrícolas, por ejemplo, tenemos dos grandes impulsos representados en Eros y Tánatos. Según esto, la pulsión de vida es tanto de amor como de hambre, y se manifiesta abiertamente. Sin embargo, la pulsión de muerte permanece oculta inconscientemente, y sólo muy de tarde en tarde aflora con ímpetu. Por el contrario, quizá los magumagus tuvieran tendencia a regocijarse cuando se desencadena un impulso hacia la muerte del interlocutor.”

Se agradece en Tsutsui su prosa directa, irónica, clara, transparente. No tiene miedo, escribe sin prejuicios, sin ganas de embellecer el texto, sin ganas de ser preciosista, y consigue ser único, fresco y auténtico. Además de divertido, puede ser cruél también pero en todos los casos su prosa es valiente e inteligente.

En otro momento Kerara dice:

“La sorpresa que sorprende basándose en intenciones destinadas a sorprender no es una sorpresa de verdad y, puesto que una gran parte de las sorpresas que nos depara la vida son de ese tipo, en ese caso no se trataría de algo sorpresivo, sino más bien de algo que está llamado a ponernos en aprietos.”

“La ley del talión” describe, con bastante crueldad la historia de un fugitivo que ha entrado a una casa de un hombre y allí se ha atrincherado. El hombre vuelve de trabajar y no sabe nada hasta que ve como los medios de comunicación se abalanzan sobre él en busca de algún dato que aclare lo que está pasando en su casa. Su mujer y su hijo han sido tomados como rehenes, ¿por qué?, sin duda hay que abrir este cuento también por su singularidad.
Al estilo Agatha Christie en “Diez negritos”, pero con el sello Tsutsui, el cuento “Maneras de morir” nos cuenta como un “oni”, personaje típico de cuentos y fábulas japonesas, llega a una empresa y va matando a sus empleados.
Por último destacaré “El día de la pérdida”. Warai, un chico de 24 años que aún no ha tenido relaciones sexuales, está ilusionado porque a Keiko, una compañera de trabajo, le gustaría tener relaciones con él.
“…Warai no tenía la mente allí, sino que sus expectativas y su imaginación estaban puestas en el placer que iba a sentir aquella noche. En medio de esa ilusión, Warai ya se había quitado la ropa, incluidos los calzoncillos nuevos, y estaba completamente desnudo. Jadeando violentamente, alargó sus manos temblorosas hasta el vestido de Keiko, dispuesto a quitárselo. Pero lo que a él le resultaba más complicado era no saber qué tipo de vestido llevaría Keiko.”

© 2009 Araceli Cobos

01Feb/10

PLATERO, EL BURRILLO DE ALGODÓN DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

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Se puede decir que “Platero y yo” es el mejor conjunto de poemas en prosa de la literatura española, y también que es una elegía andaluza, o una autobiografía lírica. Traducido a las más importantes lenguas de la cultura, es un libro, que una vez abierto va directamente al corazón. Juan Ramón Jiménez (1881, Moguer, 1958, Puerto Rico) lo escribió casi en su totalidad entre 1906 y 1912.
Hay capítulos inolvidables en esta obra, pero yo quiero destacar, el primero, titulado “Platero”, por la bella descripción que hacer el escritor del burrillo.
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría que todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.(…) Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra.”
Es preciosa esta descripción. Ya intuímos el profundo amor que siente el hombre por Platero. Cuando Platero muere, uno de los últimos capítulos titulado “Melancolía”, nos deja esa ternura latente aún:

“-¡Platero amigo!, le dije yo a la tierra; si como pienso, estás ahora en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes, ¿me habrás, quizá, olvidado? Platero, dime: ¿te acuerdas aún de mí? Y, cual contestando a mi pregunta, una leve mariposa blanca, que antes no había visto, revolaba insistentemente, igual que un alma, de lirio en lirio…”
En el “Moridero”, ya deja claro el escritor andaluz, lo que Platero significa para él.
“Tú si te mueres antes que yo, no irás Platero mío, en el carrillo del pregonero, a la marisma inmensa, ni al barranco del camino de los montes, como los otros pobres burros, como los caballos y los perros que no tienen quien los quiera.(…) Vive tranquilo Platero. Yo te enterraré al pie del pino grande y redondo del huerto de la Piña, que a tí tanto te gusta. Estarás al lado de la vida alegre y serena. Los niños jugarán y coserán las niñas en sus sillitas bajas a tu lado. Sabrás los versos que la soledad me traiga. Oirás cantar a las muchachas cuando lavan en el naranjal y el ruido de la noria será gozo y frescura de tu paz eterna. Y, todo el año, los jilgueros, los chamarices y los verdones te pondrán, en la salud perenne de la copa, un breve techo de música entre tu sueño tranquilo y el infinito cielo de azul constante de Moguer.”
Hay capítulos muy bellos como “La Azotea”, o “Idilio de abril”, y otros duros como “La tísica” o “Lord”. En este último el premio nobel de Literatura habla de un perro que tuvo. Está claro el amor que sentía el escritor por los animales, el sufrimiento que sentía por los más débiles. Lejos de esa imagen de hombre serio y frío, el andaluz universal, se presenta, al lado de Platero, como un hombre tierno, que no es ajeno al sufrimiento de los demás, que tiene un gran corazón, que ama a su tierra y a Moguer pero también al mundo entero. Así lo demostró a lo largo de su vida.
Volveré a él con sus poesías, hasta entonces me quedo con este hermoso párrafo del capítulo “La luna”.

“Platero acababa de beberse dos cubos de agua con estrellas del pozo del corral, y vovía a la cuadra, lento y distraído, entre los altos girasoles. Yo le aguardaba en la puerta, echado en el quicio de cal y envuelto en la tibia fragancia de los heliotropos.
Sobre el tejadillo, húmedo de las blanduras de setiembre, dormía el campo lejano, que mandaba un fuerte aliento de pinos. Una gran nube negra, como una gigantesca gallina que hubiese puesto un huevo de oro, puso la luna sobre la colina.”

Y con este, del capítulo “Domingo”.

“Todos, hasta el guarda, se han ido al pueblo para ver la procesión. Nos hemos quedado solos Platero y yo. ¡Qué paz! ¡Qué pureza! ¡Qué bienestar! Dejo a Platero en el prado alto, y yo me echo, bajo un pino lleno de pájaros que no se van, a leer. Omar Khayyám… (…)Las avispas orinegras vuelan en torno de la parra cargada de sanos racimos moscateles, y las mariposas, que andan confundidas con las flores, parece que se renuevan, en una metamorfosis de colorines, al revolar. Es la soledad como un gran pensamiento de luz. De vez en cuando, Platero deja de comer, y me mira…
Yo, de vez en cuando, dejo de leer, y miro a Platero…”

Ediciones Cátedra editó este trabajo con una introducción de Michael P. Predmore, especialista en la obra de Juan Ramón, donde hace una análisis muy interesante de esta obra clave de la literatura contemporánea.

© 2009 Araceli Cobos

23Ene/10

UN RATO CON ELLOS, UN RATO CON MINI, UN RATO CON CHRISTINE NÖSTLINGER

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La escritora austriaca Christine Nöstlinger (Viena, 1936) fue galardonada en 1984 con el premio Hans Christian Andersen. Es una de las más reconocidas escritoras de literatura infantil y juvenil en lengua alemana.
Sus libros conectan muy bien con los niños porque el argumento se basa en problemas reales, que ella aborda sin dramatismo. El humor, la ironía y obras ilustradas con muchos dibujos son la referencia de esta gran autora.
Ediciones SM, El barco de vapor, ha publicado muchos de sus libros entre los que se encuentran: “Ana está furiosa”, “¡Que viene el hombre de negro!”, “Simsalabim”, “Federica la pelirroja” y las series de Mini. A estas últimas me quería referir. Especialmente bien trabajadas, con buenos y sencillos argumentos, la escritora austriaca nos presenta a Herminia Zipfel, “Mini”, una niña de ocho años, muy delgada y muy alta, con un hermano que se llama Moritz, un gato que se llama Mauz. Sus padres, su abuela, y su mejor amiga Maxi, serán otros de los protagonistas en la ajetreada vida de Mini.
“Mini va al colegio”, “¡Mini es la mejor!”, “Mini va a esquiar”, “Mini y su nuevo abuelo”, o “Mini, ama de casa”, son algunas de las obras que sobre este personaje a escrito Nöstlinger. Son, diría, imprescindibles, para leer a los niños. Los problemas que a Mini se le plantean, son los problemas que cualquier niño puede tener a su edad. De esta manera el niño puede verse reflejado en Mini, y la resolución que la escritora plantea al problema puede ayudarle a resolver el suyo propio o ver que la gravedad del mismo no era tal como el pensaba.
Por coger uno al azar, recomendaría “¡Mini es la mejor!”. En este libro Mini se enfrenta a un problema muy común entre los niños, el deseo a ser reconocido por algo y alabado en su entorno. Mini se da cuenta de que todos sus amigos y compañeros de colegio tienen un don especial. Maxi canta muy bien, Gabi baila ballet estupendamente, Xandi es una artista del pincel, Michi y Berti son “las estrellas de la piscina” y Daniela será algún día “una famosa pianista”. Entonces ella se pregunta, una y otra vez, que talento puede llegar a tener, para ser admirada también.

“Por lo general, a Mini las cosas le van estupendamente. Pero últimamente tiene una pequeña preocupación: le gustaría saber hacer algo “maravillosamente bien”.”
La escritora austriaca tiene un don especial para narrar las historias, tanto la serie de Mini como las demás, con un lenguaje muy sencillo y conciso. Con esta frase iniciaba el libro.
Mini se pasa parte de la historia intentando encontrar su talento, hasta que un día de una forma espontánea, debe interpretar un papel inesperado en una obra de teatro en la escuela. Es capaz de hacerlo tan bien que recibe el aplauso y la admiración de todos los allí presentes, sintiéndose por fin feliz.
“Como Mini no volvió a estar sola en el escenario, en seguida se le pasó el hormigueo de la tripa. Las frases le salían sin problemas. ¡No se olvidó de ninguna! ¡Ni siquiera dudó una sola vez! Interpretó el papel de conejo tan bien que las madres y los padres, los abuelos y las abuelas, los tíos y las tías aplaudieron varias veces en medio de la representación, ¡Y cuando se acabó la función, aplaudieron todos como locos! ¡Durante cinco minutos! (…) Todos los niños felicitaron a Mini. Exclamaron: ¡Has sido nuestra salvación! ¡Sin ti se habría echado todo a perder! ¡Ningún otro niño de la clase había sido tan admirado nunca!.”

Nöstlinger aprovecha esta buena historia, además, para que los niños se familiaricen con los problemas que sufre el mundo animal. Por eso diremos que dentro de esta historia hay otra gran historia. Si quieren pasar un rato divertido con sus hijos, no duden en presentarles a Mini. A los mayores también les cautivará.

© 2009 Araceli Cobos