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25Sep/10

LO HISTÓRICO Y LO ERÓTICO DE KAVAFIS

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Konstantino Kavafis (Alejandría, Egipto, 1863-1933) fue una de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna.
Los mejores poemas de Kavafis concentraon la experiencia humana de forma intemporal y por ello han influido notablemente a autores como Luis Cernuda o Jaime Gil de Biedma.
Sus trabajos históricos nos trasladan al oriente helénico, los reinos griegos postalejandrinos, Bizancio, el ascenso del Cristianismo…
En sus poemas eróticos se manifiesta una atracción sexual que lucha contra el sentimiento de culpa heredado del cristianismo y la impotencia ante el paso del tiempo.
Abrir a Kavafis, bien por lo histórico, bien por lo erótico, siempre es un placer.

Aquí traslado unos versos de su conocidísima poesía “Ítaca” escrita en 1911.

“Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que el camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.

(…)

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;

(…)

El poema “Cuanto puedas” escrito en 1913, es todo una lección de sabiduría y templanza.

“Si imposible es hacer tu vida como quieres,
por lo menos esfuérzate
cuanto puedas en esto: no la envilezcas nunca
en contacto excesivo con el mundo,
con una excesiva frivolidad.”

Preciosos los poemas que escribo a continuación. El primero, titulado “En la escalera” y escrito en 1904.

“Bajando por aquella escalera,
junto a la puerta nos cruzamos, y por un instante
vi tu cara desconocida y tú me viste.
Yo me oculté en las sombras, y
pasaste rápido, alejándote,
y te perdiste en aquella casa vulgar
donde no encontrarías el placer, como tampoco yo habría
de hallarlo.

(…)

“Enero de 1904”, escrito en 1904:

“Al recordar las noches de aquel mes de enero,
en mi mente todo se remueve
bajo esos instantes, y te encuentro,
y escucho nuestras últimas palabras y las primeras.

Oh desesperadas noches de aquel enero
cuando desaparece la visión y quedo solo.
Cómo desaparecen rápidamente y se disuelven,
árboles, casas, calles, luces ya calladas,
y en la sombra se borra tu amada belleza.”

© 2010 Araceli Cobos