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16Sep/13

EL FANTASMA NICANOR. ROMERO YEBRA

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¡Cómo me gusta todo lo que escribe Ana María» Ana María Romero Yebra (Madrid, 1945) ocupa hoy un espacio en mi blog, porque me fascina esta escritora llena de imaginación, de dulzura, de musicalidad. Me encantan todos sus trabajos para niños y, este verano, he encontrado para mi hijo un libro perfecto de ella para él: «El fantasma Nicanor». Con ilustraciones de Gusti y editado por SM, mi hijo me ha pedido que se lo leyese una y otra vez. Romero Yebra se lo dedica a su nieto y dice: «A mi nieto Víctor para que siempre disfrute con la magia de los cuentos y la belleza de la poesía».

El fantasma Nicanor necesita una nueva vida, se ha visto viejo y sueña con formar una familia. Es una historia sencilla, en verso, cargada de ternura y humor. Les animo a que la abran, y si son abuelas, que lo lean a sus nietos, y que se lo dediquen, claro. El amor llega a la vida de Nicanor y así se cumplen todos sus sueños.

Aquí les dejo algunos versos:

«El fantasma Nicanor
se ha mirado en un espejo
y ha gritado con terror
porque se ha visto muy viejo.

Tiene ya seiscientos años,
la sábana, remendada,
llena de piezas, apaños,
y totalmente manchada.

(…)

-Voy a salir a buscar
una fantasma bonita
porque me quiero casar
y tener seis fantasmitas.»

Con que cariño y con que arte escribe Romero Yebra. Tiene una sensibilidad especial para hacer de lo simple, de lo especial, algo sugerente, atractivo y delicado para los niños.

Algunos versos más de poesías muy diversas de la autora. Espero que lo disfruten.

«El cuerpecillo leve.
Tul en las alas.
La libélula inquieta.
¡Qué delicada!

En los juncos del río
se paró anoche
la libélula inquieta.
¡Qué hermoso broche!»

«Hoy me ha dicho la jirafa:
-Cuando acabes de estudiar,
jugaremos en el parque
y yo haré de tobogán.»

«Ha estallado un cohete
como si se rompiera
encima de nosotros
un gran collas de estrellas.»

«Suben los corderitos
por la montaña
y su ladera verde
se vuelve blanca.»

«A la nadita, nana.
Se acabó el cuento,
y a la bruja del bosque
la lleva el viento»

«La sirena» es un poema que me gusta especialmente.

«Hemos hecho una sirena
en la arena de la playa.
Con un trozo de madera
yo le marqué las escamas.

Mi padre adornó de conchas
su cabellera ondulada
y mamá puso en sus manos
un ramillete de algas.

¡Qué linda está la sirena
junto a la orilla, tumbada!
Los que vienen a bañarse
se acercan a contemplarla.

Hemos hecho una sirena
con la arena de la playa.
Cuando suba la marea
se marchará por el agua».

«La merienda» es un poema que he querido incluir para llamar la atención de todos los padres. Para que nos demos cuenta de lo importante que es leer a nuestros hijos. Les aseguro que lo disfrutarán. Lo digo por experiencia. Porque a mí me leyeron y yo ahora leo a mi hijo y mi hijo, algún día, lo hará igualmente. Es increíble como lo agradecen y como lo gozamos los papás y las mamás.

«Hoy vienen mis amigos
a merendar
bizcocho y chocolate
que hace mamá.

Luego, sobre la alfombra,
nos cuenta un cuento.
No hay en toda la tarde
mejor momento.

Hoy es de una princesa
que está encantada…
Mientras tanto, la tele,
sigue apagada.»

Desde 1981 la escritora madrileña vive en Almería, donde ejerce de maestra en el Colegio Público «El Puche».