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20Sep/15

MIGUEL DE UNAMUNO. PERU Y MARICHU

No voy a hablar de Miguel de Unamuno ( Bilbao 1864, Salamanca 1936), porque ya todos sabemos que perteneció a la generación del 98, que fue escritor, filósofo y profesor y rector de universidad, que tuvo una agitada vida política y que era profundamente apasionado y religioso. Todo eso fue Unamuno y muchísimo más

Me quedo con su novela «Paz en la guerra» y de entre muchos de sus poemas uno muy sencillo que me gustaría compartir con todos ustedes, después de tanto tiempo sin estar aquí. Se titula «Peru y Marichu» y me ha transportado este verano a mi infancia, de nuevo a ella. Ese lugar a donde volvemos con tanta frecuencia, al menos yo.

«Recuerdo un cuento que de niño

oí contar;

cómo Peru y Marichu levantaron

una casa de sal.

Cayó del cielo en lluvia el agua,

se fue el hogar;

lo arrastró derretido por la tierra

y lo más se fue al mar.

Los cuentos de la infancia dejan

siempre su sal;

el agua de los años nos los lleva

del olvido a  la mar,

pero queda del alma en el fondo,

queda el solar

salado para siempre con el jugo

de aquella dulce edad.

(…) »

Este verano me han venido continuamente a la mente estos versos de Alberti, que son sobradamente conocidos, pero me apetece volver a escribirlos aquí y compartirlos con ustedes, por si les ocurre en verano estas cosas que a mí siempre me ocurren, eso de volver al pasado. Son de su poema «Canción 8″ y son tan bellos…

» (…)

Yo, a caballo, por su sombra

busqué mi pueblo y mi casa.

Entré en el patio que un día

fuera una fuente con agua.

Aunque no estaba la fuente,

la fuente siempre sonaba.

Y el agua que no corría

volvió para darme agua.»

20Ago/15

ALEJANDRO CARRIEDO. ALGO DIFERENTE

ALEJANDRO CARRIEDO. ALGO DIFERENTE
Alejandro Carriedo (Palencia 1923, San Sebastián de los Reyes 1981) está considerado uno de los mejores poetas de la posguerra. Hasta hace poco, el escritor era un desconocido para mí, pero gracias a una antología poética que había entre los libros de las estanterías de mi padre llegué a él y me gustó bastante porque es de los pocos poetas que escribe con sentido del humor, creando versos divertidos y bastante sorpresivos.

El poema que les presento forman parte de su libro titulado «Los animales vivos». Les invito a abrirlo y disfrutar de una poesía diferente.

La caza de la cigüeña en África

Con un palo, con un hacha,

con una piedra muy grande,

con una flecha envenenada,

con un Winchester de repetición

cazar he visto a la cigüeña en África.

Con un cuchillo puntiagudo,

con una red, con una trampa,

con un susto inclusive

(…)

De un modo miserable

que los tratados de cinética rechazan,

presto a esta ave le dan muerte

o le encierran eternamente en una jaula.

¡Oh qué terrible continente negro

lleno de gente blanca!

¿Qué habanos hecho la cigüeña,

digamos las mujeres fláccidas

de los pechos de cera que llevan niños

de ombligo desnudo a las espaldas?

¿Por qué esta caza de tan simples artes

y no se les regala,

verbigracia una espuela, una comida,

por ejemplo una técnica, una casa?

¿Por qué no se abre el mundo para todos?

(…)

14May/15

JAMES AND THE GIANT PEACH. ROALD DAHL

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«Take a large jugo of water, and pour all the little green things into it. Then, very slowly, one by one, add ten hairs from your own head. That sets them off! It gets them going! In a couple of minutes the water will begin to frota and bubble furiously, and as soon as that happens you must quickly drink it all down, the whole jugful, in one gulp. An then, my dear, zoo will feel it churning and boiling in your stomach, and setas will start coming out of tour mouth, and immediately after that, marvellous things will start happening to you, fabulous, unbelievable things, and you will never be miserable again in your life. Because you are miserable, are not you? You need not tell me! I Know all about it! Now, off you go and do exactly as I say. And don t whisper a world of this to those two horrible aunts of yours! Not a word! And don t let those green things in there get away from you either! Because if they do escape, then they will be working their magic upon somebody else instead or upon you! And that is not what yo want at all, is ti, my dear? Whoever they meet first, be it bug, insect, animal, or tree, that will be the one who gets the full power of their magic! So hold the bag tight! Don t tear the paper! Off you go! Hurry up! Don t wat! Now s the time! Hurry!»

James Henry Trotter vive con sus dos tías desde que sus padres tuvieron la mala suerte de ser comidos por un rinoceronte que se había escapado del zoo de Londres el mismo día que ellos se disponían a hacer unas compras por la ciudad. Desde entonces la vida de James es triste, miserable. Obligado a estar encerrado en casa de sus dos horribles tías Sponge y Spiker no sabe que hacer para remediar su desesperación. Le hacen trabajar duro cada día casi sin darle de comer mientras ellas, mujeres raras y siempre de mal humor, ven los días pasar llamándole bestia a su pobre sobrino.

Pero algo cambiará la existencia de James para siempre. Y, por supuesto, y como no podía ser de otra manera, algo mágico, que hará que James emprenda un largo viaje lejos de sus malvadas tías.

Heredero de grandes escritores como Lewis Carroll, C.S. Lewis o George Macdonald, Roald Dahl, autor de la obra que hoy les presento «James y el melocotón gigante», como antes hicieron estos grandes autores, sumerge al personaje en un mundo fantástico al que se accede por un lugar también inesperado. Si bien en «Alicia en el país de las maravillas», la niña cae por un agujero mágico, o los niños de «Las crónicas de Narnia. El león, la bruja y el armario» acceden al país congelado que es Narnia a través de un armario, o el protagonista de «Fantastes» viaja hasta el país de las hadas a través de su propia habitación convertida ya en un bosque, James lo hará adentrándose en un melocotón gigante. Y allí no le esperan conejos blancos, ni faunos, ni flores que hablan y son hadas, le esperan unos insectos gigantes con los que vivirá esa aventura. Pero una vez más los paralelismos de todos estos fairy tales o cuentos de hadas son claros con las antiguas obras de la literatura infantil de lengua inglesa, un niño, animales fantásticos con la capacidad de hablar, y una naturaleza idílica y mágica.

James se ha topado en una parte del jardín con un anciano que le ha regalado unas pequeñas piedrecitas verdes casi como cristal.  Y le ha advertido, para alegría del muchacho que «There s more power and magic in those things in there than in all the rest of the world put together».

El niño las debe beber pero se le caen en el jardín, al lado de un viejo melocotonero y las piedras se esfuman sin dejar rastro provocando la inevitable tristeza del chiquillo.

Pero días después, sucedió que los melocotones crecían y crecían y uno en particular se convirtió en un melocotón gigante. Las tías ven en el un negocio y abren su jardín al público para lucrarse con la exposición de la fruta gigante y así sacar dinero a los visitantes. Una noche de luna llena, James sale al jardín y observa al melocotón. Entonces se da cuenta de que tiene un agujero, y después descubre que es un túnel y entonces recuerda las palabras del anciano que predijo que algo iba a suceder. Se adentra en el. Dentro del melocotón viven unos insectos gigantes con los que emprenderá su aventura: un viejo saltamontes verde, una mariquita, un gusano de tierra, un ciempiés y una araña. Además de un gusano de luz y un gusano de seda.

Primero ruedan colina abajo diciendo adiós a la casa de sus tías para caer en el agua. Mas tarde un grupo de gaviotas los eleva por el cielo como un aeroplano.

A lo largo de sus aventuras se toparan con los «Cloud- Men» habitantes de las nubes con los que tendrán algún percance. Después llegan a América y quedaran atrapados en la punta del Empire State Building.

Y hasta aquí puedo contar porque el final es una maravilla. El libro se disfruta de principio a fin. El viaje es uno de los viajes que a todos nos gustaría hacer, porque quizás hayamos estado arriba del Empire State, pero…¿llegó alguien gracias a un melocotón gigante? Es una historia maravillosa que les recomiendo abrir y no sólo para que la disfruten los niños sino también ustedes. Les fascinará.

«Far below them, in the City of New York, something like pandemónium was breaking out. A great round ball as big as a house had been sighted hovering high up in the sky over the very centre of Manhattan, and the cry had gone up that it was an enormous bomb sent over by another country to blow the whole city to smithereens. Air-raid sirena began wailing in every section. All radio and televisión programmes were interrupted with announcements that the population must go down into their cellars immediately. One million people walking in the streets on their way to work looked up into the sky and saw the monster hovering above them, and started running for the nearest subway entrance to take cover.»

Roald Dahl (Gales, Reino Unido 1916, Oxford, Reino Unido 1990), escribió «James y el melocotón gigante» en 1961.  «Charlie y la fábrica de chocolate» (1964) es otra de sus obras más conocidas.

13Abr/15

EDUARDO GALEANO. SEDUCIR CON LA PALABRA

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«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo.»

 

Le gustaba el fútbol y nunca lo escondió, algo de agradecer entre tanto intelectual con prejuicios, sabia de amor y de mujeres. Y además no callaba en cuanto a política se refería. Era tremendamente atractivo el escritor y periodista Eduardo Galeano (Montevideo, Uruguay, 1940, 2015) y tenía una voz tierna y un rostro pulido de guapo de película que te engatusaba.

Como suele suceder, en bastantes ocasiones, no fue todo lo reconocido que debió serlo, pero dejó obras excelentes y ejemplares que harán que siempre le recordemos, el mejor de los reconocimientos, en mi opinión. Llegué a el leyendo unos de sus «típicos» libros «Las venas abiertas de América Latina» escrito en 1971. Está en España, por lo cual no podré hablarles de él en este post que es un homenaje al autor, pero haré un repaso a algunas de las cosas que dijo o que escribió a lo largo de su vida y su carrera literaria que me impactaron en su momento y aún lo siguen haciendo cada vez que releeo algo de él o escucho alguna entrevista.

Desconozco si provenir de familia católica y de clase alta hizo en él que se diese la  media vuelta y tomara un camino bien distinto a su destino pero se lo agradecemos, sin duda. Con 14 años ya lo tenía claro y presentó su primera caricatura política al semanario El Sol, del Partido Socialista. Su carrera periodística la inició con apenas 20 años como editor de Marca, un semanario bastante influyente donde colaboraron genios como Vargas Llosa o Benedetti.

«Las venas abiertas de América Latina» fue, como no, un libro censurado por varias dictaduras de entonces, la de su propio país, Argentina y Chile.

Su compromiso social fue siempre intenso y lo pueden consultar ustedes en cualquier momento. Para resumir algunas de sus frases políticas me quedo con estas que  les dejo a continuación:

«La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.»

«No sólo Estados Unidos, sino algunos países europeos han sembrado dictaduras por todo el mundo. Y se sienten como si fueran capaces de enseñar lo que es democracia.»

«La Casa Blanca será la casa de Obama pronto, pero esa Casa Blanca fue construida por esclavos negros. Y me gustaría y espero que él nunca lo olvide.»

«Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: «Cierren los ojos y recen.» Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.»

«Estamos en plena cultura del envase. El contrato importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo, y la misa más que Dios.»

«El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de que lado quiere o puede estar…»

Y sobre el amor y las mujeres la que les escribo aquí para mí lo resume todo:

«No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.»

Sobre su obra o, mejor dicho, sobre todo el conjunto de su obra, dijo que en realidad todos los escritores escriben un solo libro. » Todos escribimos un solo libro, que va cambiando y se va multiplicando a medida que la vida vive y el escritor escribe.»

«Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué.»

Por último les dejo con este video para que le vean, para que le escuchen,  para que se dejen seducir con sus palabras y su mensaje.

07Abr/15

PARDO BAZÁN. TRABAJO DIGNO PARA TODOS

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«Nadie se figura el tormento del que tiene la obligación de traer en el pico la pitanza al nido de sus amores, y se ve precisado de volver a él con el pico vacío, las plumas mojadas, las alas caídas…»

«José volvió a su casa al anochecer. Su corazón estaba triste: nevaba en él, como empezaba a nevar sobre los tejados y calles, sobre los árboles de los paseos y las graníticas estatuas de los reyes españoles, erguidas en la plaza. Blancos copos de fúnebre dolor caían pausadamente en el alma del carpintero sin trabajo, que regresaba a su hogar y no podía traer a él luz, abrigo, cena, esperanzas.»

José es carpintero y se ha quedado sin trabajo en el Madrid de aquellos años en los que escribía Emilia Pardo Bazán. Como ya les adelanté en mi anterior post quería traer este tema que está incluido entre los cuentos de su libro «Cuentos de invierno», desgraciadamente, de total actualidad. En este relato, titulado «La Nochebuena del carpintero», se describe, a la perfección, el sentimiento de frustración, tristeza y rabia, que todo desempleado puede sentir, no sólo porque se le está machacando sin piedad su forma de ser en el mundo y ser útil a los demás sino también porque su familia se ve arrastrada en este problema de vivir en la miseria económica y emocional. Un trabajo digno para todos sería un sueño que, si se cumpliera, haría a una sociedad más libre, más segura, más feliz.
Este cuento tiene un final feliz, ojalá, ojalá tuviese la vida real este final. Por favor, políticos, hagan algo además de prometer. Eso lo sabemos hacer todos, bueno no, todos no, prometer promete sólo aquel que tiene poca empatía con los demás si sabe que no lo va a cumplir y políticos así ni los queremos ni los necesitamos.

«Un mes llevaba José sin trabajar ¡Qué jornadas tan penosas las que pasaba en recorrer Madrid buscando ocupación! De aquí le despedían con frases de conmiseración y vagas promesas; de allá, con secas y duras palabras, hasta con marcada ironía… «¡Trabajo! Este año para nadie lo hay…», respondían los maestros, coléricos, malhumorados o abatidos. (…) Y José iba de puerta en puerta, mendigando trabajo como mendigaría limosna, para regresar a la noche, de semblante hosco y ceño fruncido, y contestar a la interrogación siempre igual de su mujer con un movimiento de hombros siempre idéntico, que significaba claramente: «No, todavía no.»
Piensa José que no le da a los suyos más que «necesidad y lágrimas».

Y mientras tanto en el edificio donde vive con su familia, en los pisos donde viven los pudientes, no en las buhardillas húmedas y tristes donde viven ellos, se escucha un ir y venir de paquetes, un abrir y cerrar de puertas, el subir y el bajar de los criados, el turrón viene de la turronería, el bizcocho de casa del confitero y también hay vino de Jerez dulce y granadas rojas. Y entre ese bullicio alguien le nombra. Alguien llama al carpintero. Bazán lo escribe muy bien cuando lo expresa así: «En los momentos de desesperación, cualquier eco de la vida nos parece un auxilio, un consuelo.»
Una vecina necesita que le arme el Belén. La criada ha llamado a José para hacerlo. El está «pálido de alegría». «¡Qué renovación de su ser, qué bríos y qué fuerzas morales lo entraban al empuñar, después de tanto tiempo, los útiles de trabajo!».
Después dos duros de la señora y la cena de Navidad completa para toda la familia.

31Mar/15

EMILIA PARDO BAZÁN. NO AL MALTRATO ANIMAL

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Un burrito maltratado, un hombre sin trabajo y su desesperación, esquimales, una hombre necesitado de cariño, una madre y su hija enferma, una lotera pobre que logra casarse con un rico, mercaderes rusos que venden pieles, bandoleros, un ludópata que se cura de su enfermedad, un bebé abandonado que encuentra familia, unos reyes magos de mentira, una niña caprichosa, el Papa de Roma y mucho más podrán encontrar en el libro que hoy les invito a abrir. Se titula «Cuentos de invierno» y lo escribió Emilia Pardo Bazán (La Coruña 1851, Madrid 1921) cuando aún este género literario gozaba de una masiva demanda por parte de los lectores. Actualmente, y por desgracia, no sucede lo mismo.
No se dejen engañar por el título. Les aseguro que es un libro que se puede leer en cualquier época del año, porque si bien las historias están ambientadas en fechas incluso navideñas, los temas que se tratan son tan universales, como atemporales y, sin duda, no se podrían, a excepción de un par, encasillar en ninguna estación del año. Así es que, por ejemplo, ahora que llega la Semana Santa lo recomiendo como lectura.
Se exponen temas como la muerte, el abandono, el maltrato animal, el comportamiento de la familia, el juego como adicción, la enfermedad en los niños,…y muchos otros más. Como sería imposible hablar de cada uno de ellos, les diré que los que más me gustaron fueron los siguientes: «La Navidad del «Peludo» y «La Nochebuena del carpintero».
Haré mención del primero porque quiero referirme hoy al maltrato animal. Y en breve, en otro post, escribiré sobre este segundo cuento porque trata de un tema también muy actual como es el desempleo y todo lo que lleva consigo, como el daño devastador que hace en el individuo y las familias.
Pero antes, apuntar sobre la escritora gallega que fue además de novelista, periodista y que su obra abarca todos los géneros: poesía, ensayo, teatro, libros de viajes,… Ella introdujo el naturalismo en España.Fue una mujer culta y políglota que pudo cultivarse ya que venía de una familia noble.
Su obra más destacada y más recordada sin duda es «Los pazos de Ulloa». Pero escribió muchísimo y muy variado. También hay que señalar que fue una feminista no sólo de ideas sino de acciones. Pero sobre su vida hay mucho escrito así es que les dejo ya con algunos de los fragmentos de estos dos cuentos.

«La Navidad del «Peludo» trata el tema del maltrato animal como ya he comentado. Es un cuento duro, real y tierno que toca el corazón y la conciencia. Y desde este blog y este post me encantaría remover las cabezas de los que aún creen que los animales no tienen derechos, los que aún ven a los animales no como uno de los nuestros sino como seres a los que pueden hacer daño gratuito, sufrimiento indescriptible,…y volcar en ellos todas sus frustraciones. Basta ya al maltrato animal. ¡Basta ya! y basta de personas sin sentimientos, empatía, y corazones sin ternura.

«Catorce años de no interrumpida laboriosidad podía apuntar «el Peludo» en su hoja de servicios; catorce años en que no hubo día sin ración de palos y sin hambre. (…)
Sacar fuerzas de flaqueza para el cochinero trote, obligado por los pinchazos del recio aguijón; aguantar picadas de tábanos y de moscas borriqueras, enconadas, feroces con el sol y el polvo, en las llagas de la reciente matadura; sufrir talonazos y ver cortar la vara de avellano o de taray que, silbadora y flexible, se ha de ceñir a su piel, averdugándola; probar la dentellada de la espuela y el sofrenado violento del bocado; recibir puñadas en el suave hocico y en los ojos, en los dulces y grandes ojos cuya mirada siempre expresa mansedumbre; doblegarse bajo la excesiva carga; arrastrarse molido y pugnar por no caer al suelo antes de que se termine una caminata más fatigosa de lo que cada dentro de los límites del vigor asnal(…)»

«Hiciese lo que hiciese lo mismo tenía que ser… Hambre y palos, palos y hambre… Arriba con la carga; avante por la senda y nada de protestas ni de quiméricos ensueños…
Razón llevaba el paciente «Peludo» en desconfiar de la suerte y en prometerse mayores desventuras; su amo, en vez de mostrarle algún apego, una pizca de consideración, a medida que el Peludo» perdía fuerzas, agilidad y bríos, iba tratándolo con mayor dureza y encomendándole las tareas más rudas y bajas, los transportes más reventaderos y las jornadas a palo seco, en todo el rigor de la frase».

El «Peludo», aquella noche, la del 24 de diciembre, tal como lo narra Bazán, no tuvo suerte. Su amo no le buscó ni cobertizo, ni siquiera estercolero para pasar la noche, mientras el dentro de la taberna reía y disfrutaba. Lo dejó atado a una anilla al lado de una pared «sin más techo que un emparrado desnudo de follaje, cuyas ramas goteaban hilos de agua llovediza, formando una charca bajo los cascos.» Y allí «rendido de cansancio y desfallecido de necesidad no tenía ánimos ni para exhalar un suplicante y doloroso rebuzno pidiendo sustento y calor.»
Y así, en esa situación de abandono, y antes de morir «el Peludo» tiene un bello sueño. Viene otro borrico y muerde la cuerda que le ata, liberándolo, y los dos juntos caminan por un prado «fácil, seco, llano, lindo», con arroyos cristalinos donde poder saciar la sed y hierba fresca para calmar su apetito.
Menos mal que Bazán nos regaló el sueño del borriquillo para todos los que amamos los animales, porque después salió el amo de la taberna, borracho y vio «a su montura tendida en la charca, los ojos vidriosos, las patas rígidas».

«-Rompióse la cuerda, observó el tabernero. No le dé patadas, agregó, que de poco sirve; tiene la oreja fría; está difunto.
Pero el amo, con la terquedad característica de los beodos, seguía descargando puntapiés al animal, jurando, blasfemando y maldiciendo. Al fin, convencido de lo inútil de sus esfuerzos, soltó una opaca risotada.
-Para lo que servía…, gruñó. Ya ni podía conmigo…»